Desde su llegada al poder, Donald Trump ha demostrado con sus palabras qué es un presidente que ama la polémica. Así lo demostró el pasado mes de septiembre cuando dijo: “¿No amarían que los dueños de uno de estos (equipos) de la NFL, al ver que alguien le falta el respeto a nuestra bandera, diga: ‘Saquen a ese hijo de p… de la cancha ahora mismo: está despedido’?”.
Para llegar al origen de esta polémica hay que remontarse al 2016, cuando el jugador Colin Kaepernick, decidió quedarse sentado al momento que se entonó el himno nacional previo al partido.
La acción de Kaepernick, fue un forma de protesta por los reincidentes homicidios por parte de los policías blancos en contra de los ciudadanos de piel negra. “No me pondré en pie para homenajear a un país que oprime a la gente negra”.
A la semana siguiente al momento de sonar el himno, el futbolista se arrodilló. Gesto que desde entonces se popularizó en la liga, que en su mayoría está conformada por jugadores afroamericanos.
Cuando parecía que las protestas habían quedado en el pasado, para el inicio de la temporada 2017, los deportistas volvieron a hincarse, esta vez reprochando la apatía de Trump hacía las injusticias que se cometen en contra de las personas de color.
Ante estas acciones el primer mandatario empezó a hacer comentarios en contra de la liga. “La audiencia del fútbol de la NFL ha bajado mucho salvo antes de los inicios de los juegos, cuando la gente se conecta para ver si se faltará o no al respeto a nuestro país”, dijo Trump.
La gota de derramó el vaso, para aumentar aún más las protestas, fueron las peticiones de Trump solicitando que se despida a todos los jugadores que no se levantan a escuchar el himno (Más de 150 hasta ahora).
La respuesta por parte del comisionado de la NFL, Roger Goodell a través de un comunicado, fue: «comentarios divisorios como estos demuestran una desafortunada falta de respeto a la NFL, a nuestro gran deporte y a todos nuestros jugadores», dijo el dirigente.
Otro arremetida del mandatario en su cuenta de Twitter fue: «si los fans de la NFL se niegan a ir a los partidos hasta que los jugadores dejen de faltarle el respeto a nuestra bandera y a nuestro país, verán que el cambio ocurre rápido. ¡Despedir o suspender!», opinó.
Y es que el descontento hacia la imprudencia del primer mandatario, se ha notado hasta en los jugadores que estuvieron apoyándolo durante su campaña, como es el caso de el mariscal de campo de los New England Patriots, Tom Brady, quien indicó en el programa Kirk and Callahan” de WEEI, su rechazo. “Definitivamente estoy en desacuerdo con lo que dijo. Creo que simplemente creo división”.
Brady, cinco veces ganador del Super Bowl, añadió “Sólo quiero mostrar mi apoyo a mis compañeros. Nunca soy el que dice ‘Oh, eso está bien o eso está mal’. Pero sé en lo que creo y eso es en unir a las personas con amor y confianza. Esos son los valores que me enseñó mi familia y así es como trato de vivir todos los días”.
No obstante algunos dueños de equipo como Jerry Jones de los Cowboys, han asegurado que los jugadores que no se pongan de pie para el himno, no jugarán “así sea Dak Prescott o Ezekiel Elliot”.
Después de celebrarse una reunión entre los 32 dueños de equipos de la NFL, la semana pasada, en la que se revisaron algunas políticas y reglas de ética en la liga, se decidió que no se obligará a los deportistas a estar presentes en la ceremonia previa a los juegos, lo que intensificó la cólera de Trump, quien afirmó que es una “total falta de respeto para el país”.
El descontento de los deportistas ha sido tan significativo que otro de los deportes más populares de los Estados Unidos, el baloncesto, decidió unirse a la protesta. Sin embargo, la NBA decidió que la libertad de expresión no era lo suyo y emitió un comunicado amenazando a las 30 franquicias. «La liga decidirá cómo lidiar en caso de que un jugador, un entrenador o un miembro de los equipos no esté de pie durante los himnos. Los equipos no tienen la potestad de omitir esta normativa». De este modo evitaron que los jugadores se siguieran arrodillando durante el himno.
Más allá de detenerse los comentarios en contra del presidente, esta decisión de la liga le echó más leña al fuego. «Trump puede dejar de escribir sobre las protestas de los jugadores en Twitter, pero el problema de las injusticias sociales continúa en el país» dijo el entrenador de los Los Angeles Clippers, Doc Rivers.
Semanas atrás, el presidente decidió romper con una tradición de años en la que el campeón de la NBA visita la Casa Blanca, al retirarle la invitación a los Golden State Warriors tras el rechazo público de varias de sus figuras como Stephen Curry y Kevin Durant.
El jugador estrella de los Cleveland Cavaliers LeBron James, llamó “zángano” al mandatario por retirar a través de Twitter la invitación a los Golden State Warriors. “Ir a la Casa Blanca era un gran honor hasta que llegaste”, afirmó.
La polémica entre los deportistas norteamericanos y Donald Trump, parece crecer cada día más ante la negativa del primer mandatario a escuchar las denuncias de los deportistas. Aunque en muchas ocasiones no les permiten protestar en la cancha, cada vez son más los jugadores que se han convertido en activistas a favor de los derechos raciales y firmes opositores al modo de gobierno empleado desde Washington.