Los líderes de la Unidad deben sentarse a dialogar para establecer las normas de convivencia democrática que nos conduzcan hacia el cambio del régimen.
El extraordinario triunfo de la alternativa democrática en las elecciones parlamentarias del 2015 es indispensable reconstituirlo, y trabajar para volver a tener un ejército victorioso de más de ocho millones de votantes que adversamos a este régimen. Ya lo hicimos. Entonces no es quimera lo que propongo repetir sino cuestión de voluntad política y supervivencia.
Las diferencias entre las organizaciones políticas que hacen vida dentro de la unidad opositora no son un hecho sobrevenido. Son una realidad conocida y que habíamos sobrellevado mientras nos sentíamos victoriosos. Con la derrota en las elecciones regionales vino el maremágnum, pero era previsible. Ahora, el más craso error cometido fue buscarle un padre postizo a la derrota. Se salió a buscar un chivo expiatorio y creyeron encontrarlo en Acción Democrática. Se equivocaron, no porque AD no tenga su cuota de responsabilidad en el desaguisado, pero si la derrota es huérfana y se le busca quien asuma su paternidad, así sea adoptiva, vamos a compartir esa responsabilidad paternal.
No puede ser ignorado por quienes conocen a Acción Democrática y sus dirigentes, que tenemos memoria corta y larga, que poseemos un disco duro en nuestros ordenadores constituido por un compendio de conocimiento de conductas de diversos partidos políticos y personalidades de diverso signo ideológico, que si las exhibimos ante la opinión pública pueden originar especulaciones de todo tipo. Obviamente, eso sería un manjar para la sala situacional de Miraflores. Hasta ahora, esa sala se ha dado banquete con la guerrita sucia contra AD y sus dirigentes. Eso sí, ya está bueno, no permitiremos que se nos convierta en el desaguadero de los males de la República.
Los partidos políticos que decidimos abstenernos en estas elecciones municipales, (AD, PJ y VP) para denunciar ante el mundo el fraude continuado del régimen y mejorar las condiciones electorales para participar con éxito en las elecciones presidenciales y salir de esta pesadilla, no debemos agraviar a quienes consideraron más eficiente la vía de la participación, como Copei, UNT, AP y el MAS.
Todos somos necesarios. Incluso considero, en esta categoría, a los grupos y organizaciones que llamaron a la abstención en las elecciones regionales, aunque consideremos que cometieron un error en aquella oportunidad no podemos olvidar que formaron parte de la unidad coherente de la victoria parlamentaria que propongo replicar.
Si hablamos con nombres propios, dejémonos de diplomacia y digamos que Henry Ramos Allup, Julio Borges, Leopoldo López, María Corina Machado, Manuel Rosales, Henry Falcón, Felipe Mujica, Eduardo Fernández y líderes independientes de las regiones que auspician un cambio de régimen, deben sentarse a fijar las normas de convivencia democrática para visualizar una nueva luz al final del túnel. Pretender excluir a algún grupo sería un suicidio colectivo, pues si juntos es difícil la victoria, frente a un enemigo truculento, divididos es imposible triunfar.
Es el colmo de las desgracias ser mayoría y permitir que la minoría nos derrote por actitudes subalternas aprovechadas por el adversario. No esperemos más, pues el enemigo acecha, ¡Manos a la obra!
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@EcarriB