El propósito de la última ocurrencia del oficialismo, es que en vista de que no puede lograr captar inversiones extranjeras, no logra nuevos préstamos por emisión de deuda, no le alcanza la renta petrolera para dar cobertura a la crisis, el primer mandatario ahora intentará burlar las sanciones de EEUU y a la Asamblea Nacional (AN), emitiendo monedas de la cadena de bloques, aprovechando la condición de anonimato que las mismas tienen, para lograr dinero fresco.
Por ALEX VALLENILLA
Destruido el bolívar, perdida la confianza de los inversores de deuda en Venezuela y Pdvsa, un gobierno que tiene aplicadas sanciones en sus funcionarios principales lo que le impide hacer negociaciones con firmas financieras extranjeras, además de que se le prohibió en EEUU comerciar con bonos de deuda venezolanos, buscará una salida radical. En consecuencia, Maduro pretende entrar al oscuro mundo de las criptodivisas, como quizás la última jugada que tiene en materia financiera, a ver si logra conseguir dinero fresco con el mecanismo.
El invento
Una criptomoneda es producto de un proceso informático. Los ordenadores conectados en una red descentralizada, realizan cómputos para aprobar operaciones de envío de data de un nodo a otro, o de un usuario a otro, al ser descifrado el criptograma que protege la operación, la red, es decir todas las computadoras conectadas, aprueban el bloque que se ha “minado” y al proceso se le llama “minería”. Los ordenadores se quedan con la parte del bloque, que se traduce en una comisión, y asignan al usuario que recibe, el resto del bloque de datos aprobados. Los bloques se guardan en direcciones o “carteras”. Así como una página web tiene una dirección única en la red, una dirección de una criptomoneda es única y puede albergar cualquier cantidad de bloques minados, que son propiamente las monedas.
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La red, al ser descentralizada, no es controlada por nadie, de allí que el proceso de verificación se hace por toda la comunidad interconectada, según la capacidad de cómputo que tiene cada computador. El protocolo se denomina “blockchain” o cadena de bloques, que tiene sus principios en las redes P2P o conexiones “persona a persona”. Lo anterior permite entonces decir que los bloques minados se pueden considerar una moneda que no emite un banco central, sino que es producto de un proceso informático y del consumo eléctrico, la emisión de las criptomonedas es controlada, ya que en el caso del Bitcoin, cada 10 minutos, un grupo de computadoras en el mundo, logra descifrar el criptograma que “mina” 12,5 Bictoins actualmente y que se reparten entre los “minadores”, al haber una “emisión” controlada, se determina cuanto tiempo habrá una cantidad de monedas en circulación, muy distinto a los bancos centrales que emiten dinero fiduciario según la política monetaria del país, las necesidades de dinero, entre otras.
La trampa
El Ejecutivo pretende emitir una criptomoneda. Por primera vez un gobierno haría algo así, de hecho, los gobiernos y banqueros en el mundo son los principales adversarios del Bitcoin, ya que haberle dado valor a los bloques que se “minan” y que ahora se cotizan en mercados, ha permitido desarrollar sistemas de transferencia de dinero a costos muy bajos y en menor tiempo, lo que la banca global percibe como el germen de una amenaza.
La propuesta del mandatario venezolano, tiene como aditivo que sería respaldada con petróleo, gas y diamantes. Hasta ahora el respaldo con activos físicos no existe en el mundo de las criptomonedas, ya que se trata de un activo intangible, que se fundamenta en la seguridad del programa que la genera, el orden y transparencia en que se emite, lo que genera confianza en la misma, por lo que no es necesario ningún activo físico como respaldo.
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Maduro ha denominado el artilugio “el petro”. Sería una criptomoneda que se emite bajo criterio del gobierno, hasta ahora no se ha dicho de qué manera, cómo se va a generar, en qué mercados se va a cotizar, no existen datos precisos que permitan señalar si eso funcionará o no, si tendrá aceptación nacional e internacional; las criptomonedas no son nacionales, su uso es global y se cotizan en todas las divisas conocidas.
En medio de una crisis de divisas, y el país hundido en la peor inflación, además de la baja renta petrolera que hay, se percibe que Nicolás Maduro busca un mecanismo que le permita hacerse de dinero rápidamente. En principio se puede señalar que el “petro”, tiene el propósito de captar dinero que no logra la renta petrolera, que no se puede obtener con créditos internacionales por las sanciones y porque la Asamblea Nacional no lo aprueba ya que el Ejecutivo ni siquiera lo solicita, porque no la reconoce.
El fin del “petro” es burlar las sanciones y a la AN, ya que el gobierno sin la AN, no puede emitir bonos de deuda. La condición de anonimato de las operaciones y la no regulación en el mundo de las monedas virtuales, es el fundamento en que Maduro se basa para buscar financiamiento, puesto que hasta ahora por el hecho de que estos activos intangibles no gozan de respaldo alguno, no tienen regulación de ningún gobierno, en el Ejecutivo apuestan que lograrían evadir controles y supervisión financiera internacional. Percibido esto de parte de los inversores, la criptomoneda de Maduro, tiene muy poca probabilidad de tener éxito. La situación de confianza es clave en esto, Venezuela no informa ni siquiera de su situación inflacionaria, la OPEP tampoco recibe reportes con una data verificada de la producción petrolera venezolana, visto esto el Ejecutivo poco podrá probar cómo respaldar con petróleo, gas y diamantes un activo intangible, con activos tangibles que tendrían dudosa certificación. Con una calificación de “default selectivo”.