En el año 2018, de continuar este gobierno y la tendencia económica, una tarea básica como la de comer será imposible para al menos 77% de los venezolanos. Si todo el presupuesto de 36 billones de bolívares, el que anunció el vicepresidente El Aissami, se convierte sólo en comida, todos los venezolanos podrían comer tres veces al día sólo por mes y medio, por lo que para este gobierno u otro nuevo, se tendrá que recurrir inevitablemente a una dolarización de los salarios, puesto que los alimentos ya lo están.
Por Alex Vallenilla
Según el vicepresidente Tarek El Aissami, con el nuevo presupuesto que presentó ante la ilegal Asamblea Nacional Constituyente (ANC), designada a mediados de año por el Consejo Nacional Electoral (CNE) sin contar con el debido referendo consultivo previo establecido en la Constitución, “se busca mantener y garantizar el equilibrio económico y social de la nación, para asegurar la protección de las familias venezolanas”. El monto que presentó el vicepresidente fue de 36,1 billones de bolívares, además de que en el artículo 187° de la Carta Magna, se establece que el presupuesto sólo lo aprueba la Asamblea Nacional (AN), que no es el caso.
La promesa de El Aissami se quedará muy corta en materia de “proteger a la familia”. La crisis económica se la ha escapado de las manos a la administración Maduro, han perdido control de la situación y el gobierno en estos momentos está a la deriva en ese tema, no tiene capacidad de respuesta, no cuenta con recursos y ahora en una reunión de negociaciones en República Dominicana, claman por el perdón de las sanciones que han aplicado Estados Unidos, Europa y Canadá. La cúpula madurochavista está atrapada y ha sido la economía la que los ha rodeado.
La tragedia del oficialismo y del pueblo
El año pasado Nicolás Maduro estableció el presupuesto en 8,4 billones de bolívares, lo aumentaba desde 1,4 billones de bolívares, que era el de 2016. Subía Maduro en 500% el presupuesto de 2017, para lo que necesitaba aumentar la liquidez monetaria en mayor proporción. Así fue advertido en este espacio de ZETA el 21/10/2016: “El presupuesto que Maduro propone para 2017, se ubica en 8,4 billones de bolívares, esa cantidad de dinero no existe ni siquiera en el sistema monetario (…) El gobierno tendría que absorber toda la liquidez que existe actualmente y crear 2 billones de bolívares nuevos, ya sea por la vía de impresión o de producto interno bruto (PIB). Crear más dinero para la economía venezolana, para financiar el gasto público, presionará la inflación, por lo que no se notan cambios en la política fiscal, sino más bien una agresiva y más acelerada inflación”.
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Lo que era previsible ocurrió con severas agravantes: el BCV ha creado de la nada cualquier cantidad de dinero, con una liquidez monetaria expandida en 828,17% en el último año, una proporción record, jamás registrada, con la bicoca de 81,7 billones de bolívares en circulación, lo que explica la economía deprimida, la subida de precios en más de 1.000% según algunos analistas y 709%, según el Índice “Café con Leche” que lleva Bloomberg; si se revisa en cuanto al alza del dólar, se ubicaría en 1.444,44%, datos dispares gracias a que el banco central viola la Ley al no publicar las cifras oficiales de inflación. El dinero es electrónico, el gobierno no tiene capacidad de seguir imprimiendo dinero efectivo, de hacerlo y continuar esta situación, no se descarta que aparezcan los billetes de 500 mil bolívares, los de 1 millón y 10 millones de bolívares.
Lo anterior permite comenzar a detectar de qué serviría el monto que El Aissami anunció y que Delcy Rodríguez aprobó con la ilegal ANC: se trata de si el PSUV puede mantener la gobernabilidad en Venezuela, la cual en la medida en que los indicadores económicos se disparan, se va perdiendo.
¿Qué podría hacer Maduro con 36,1 billones de bolívares? El presupuesto de la nación es para cubrir, según lo detalló El Aissami, gasto social, educación y salud, además del funcionamiento del Estado, pago de nóminas públicas, aportes a gobernaciones y alcaldías. Si todo ese dinero se usara sólo para alimentar a los venezolanos, es decir que las seis millones de familias que conforman este país puedan comer tres veces al día según lo estipulado en la Canasta Alimentaria del Cendas (CAC), el monto que el vicepresidente anunció, sólo alcanzaría para que los venezolanos comieran un mes y medio a los precios actuales. Ese monto arroja 9.187.561 de CAC, que según el estándar del Cendas, una CAC la consume una familia de cinco personas en un mes. A los precios actuales, eso es sólo comida tres veces al día para apenas 12,76% de la población.
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Si con todo ese dinero se intentara pagar el déficit del sistema de salud venezolano, que para dotar hospitales, ambulatorios y farmacias, con insumos médicos, medicinas y equipos, se requiere al menos 6,5 mil millones de dólares, apenas podría cubrirse todo el año 5,53% del sistema sanitario nacional, eso sí, sin poder pagar las CAC del ejemplo citado en el párrafo anterior, o se gasta en uno, o en otro.
El presupuesto del año pasado visto en dólares era para el cierre de octubre de 2016, de 5,25 mil millones de dólares, al convertir para entonces 8,4 billones de bolívares en dólares a una tasa de 1.600 bolívares, según el cambio paralelo. Para ese entonces las reservas internacionales eran de 10.922 millones de dólares y el Ejecutivo tuvo que recurrir a la emisión de dinero, lo que ha producido la peor inflación de la historia venezolana. Con el presupuesto actual la situación es la siguiente: al cierre de octubre la tasa de cambio que se registra en Cúcuta es la de 28.200 bolívares por dólar, el presupuesto de 36,1 billones de bolívares se reduce a 1,28 mil millones de dólares para el año venidero, es decir en divisas hay un desplome de 75,61%. Esto indica que la recesión para el año próximo será mucho más profunda, el Ejecutivo, atrapado en una situación de hiperinflación seguirá emitiendo dinero y se tendrá la peor de las situaciones en materia de estanflación jamás vista en país alguno.
Al seguir con el ejemplo de la comida para los venezolanos, para tener una idea de lo que se requiere, para garantizar a los precios actuales la CAC a toda la población durante un año, se necesitaría al menos 282 billones de bolívares sólo para comer y una inflación en 0% contínua durante 12 meses; crear esa masa de dinero que supera en casi 250% la actual liquidez monetaria, ayudaría a acelerar mucho los precios, por lo que en materia de alimentación para el año venidero, para el venezolano, el sólo comer será una tarea sencillamente imposible de cumplir. Para este gobierno o para uno nuevo, de ocurrir alguno como resultado de las negociaciones, se tendrá que recurrir a la dolarización del resto de la economía que son los salarios, montos no indexados todavía al dólar.
La situación para 2018 es “altamente explosiva”, el venezolano no podrá ni siquiera alimentarse, esto configura una previsión de dimensiones catastróficas, el Ejecutivo ha llegado al extremo, a límites que para muchos son insospechados incluso todavía, situación que por más de dos años en este espacio se viene advirtiendo: el oficialismo ha quedado a la deriva en materia económica y la repercusión social no se hará esperar.