Nadie del oficialismo quiere un diálogo para una paz consensuada, sino un país genuflexo

Nadie del oficialismo quiere un diálogo para una paz consensuada, sino un país genuflexo.

La Comisión de la Verdad, la Paz Social y la Ley contra el Odio, tres mamarrachadas producto del deseo del afianzamiento de la tiranía castrocomunista en Venezuela –como diría Monseñor Diego Padrón, Arzobispo de Cumaná y expresidente de la Conferencia Episcopal Venezolana. Una Asamblea Nacional Constituyente que es un adefesio político, el cual no solo produce acciones para agudizar la diferencia y confrontación de las clases sociales venezolanas, sino que produce resentidos de todas las especies designados por el tirano, quienes dan rienda suelta a sus frustraciones, insultando, descalificando y hasta pidiendo el fusilamiento de los dirigentes de la oposición.

Ahí están los herederos de Omar Meza, Lina Ron, Luis Tascón, Robert Serra, que muchos resultaron corruptos, con discursos altisonantes, hasta Hugo Chávez, Nicolás Maduro y otros combatientes que insultan y promueven el odio entre los venezolanos.

Ah, de esta tiranía no podemos dejar afuera la cúpula de las FAN, que juraron más nunca permitir que se restaure la democracia en Venezuela. Ahí están los discursos de los miembros de la jefatura, abiertamente violentando la  Constitución Nacional que llaman Bolivariana, cuando se increpa la conducta indebida y se esgrime el argumento de faltarle el respeto a los militares abusadores. También uno que otro mercenario de la política, que por cualquier ganancia, obvia cualquier conducta poco digna.

Vamos a buscar las grabaciones de los discursos intemperantes de quienes se llaman miembros de la revolución, pero no son más que una banda de desvalijamiento de la República. Unos incapaces y corruptos alimentando el odio y agrandando la grieta entre la sociedad venezolana, y ahora pretenden ellos, en una comisión compuesta por ellos, promoviendo odio, criminalizar la reacción de un pueblo que paulatinamente se convierte en paupérrimo y que ve cómo sus conciudadanos mueren de mengua.

Ahí están, más resientes, los discursos de los miembros de la asamblea. Unas focas usurpando las funciones de legisladores para complacer al tirano.

No hay control de nada. Todos con chalecos rojos y gorra con los ojos de Chávez o bigotes de Maduro extorsionando a comerciantes e industriales, pero ningún procedimientos judicial, para condenar los supuestos abusos.

Todo se ha degenerado: la familia, la educación, la convivencia social, el comportamiento público y privado, los sindicatos, las asociaciones de vecindades, hasta el respeto a las instituciones históricas como a sus  personajes; pero ellos son los que estratégicamente han llevado el país a este caos.

Nadie del oficialismo quiere un diálogo para una paz consensuada, sino un país genuflexo al servicio del delito.

rbayed@gmail.com

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