El régimen de Nicolás Maduro no permitirá la restitución plena de la democracia, porque en ello va su existencia y su permanencia en el poder.
¡Qué horror! Pedir ayuda militar a un país extranjero para que nos ayude a salir de un régimen oprobioso como el que existe en Venezuela, donde desde 1999 hasta el 2012, por la muerte de Chávez, y que por una sentencia inconstitucional del TSJ imponen a Maduro desde el 2013. A estos sátrapas no les importa la verdadera soberanía de Venezuela. Convinieron la presencia de cuerpos de seguridad cubana para sostener al régimen bellaco que impera en el país, aplicando cualquier método para impedir la restitución de la democracia.
¡Qué desastre! Solicitar medidas económicas a los países relacionados contra los que, indebida e ilegítimamente, expolian a la República y tienen vínculos con terroristas y narcotraficantes para desmoralizar al país.
¡Qué vergüenza! Denunciar cómo se ha venido paulatinamente desfalcando la nación financieramente, primero con Cadivi y luego con cuanta institución ilegal se les ocurra.
Planes sociales que copan más del 70% de lo que estipulan para los gastos de mantenimiento de la banda en el poder.
Sin dinero orgánico, todos los días el torvo ordena imprimir dinero sin respaldo para repartir a la clase paupérrima y tenerla genuflexa para luego solicitar que salgan a defenderlo y defender a los delincuentes que lo rodean.
Es decir, han desmantelado las instituciones y someten al país a la violencia represiva, la abyección, el fraude electoral y la corrupción que, ejercida desde arriba, carcome el andamiaje social. Y el que denuncie es un traidor que ofende la soberanía de la República.
Un sistema de gobierno que pide respeto, pero no respeta ni al pueblo que lo sigue, mucho menos a la mayoría de la nación que es demócrata y rechaza la vileza del poder.
Nada nuevo. Sus intervenciones como las de su predecesor, peroratas sin consistencia de ninguna índole, tergiversando la historia y el pasado reciente, mintiendo y engañando sobre los acontecimientos de la creación de la fisura social creada por Chávez y aumentada al abismo por él, que fue un resentido, un corrupto, hoy con otros de sus compañeros, autores probados de crímenes contra la sociedad.
A quienes consideran que la salida de este régimen es mediante elecciones, despierten de este sueño. Mientras exista una ANC al servicio de la tiranía ella ordenará cualquier medida para imponer criterios y conductas que impidan cualquier acto que permita la restitución plena de la democracia.
A pesar de la posición del régimen de seguir “truculeando” los procesos electorales por instrucciones de Cuba, hoy la situación es más difícil. No creemos que Rusia, China, Corea del Norte e Irán vayan a quebrar lanzas por un régimen criminal y corrupto. A Cuba, con el problema de confrontación interna por la sucesión, no le es fácil quemar barcas por los delincuentes de aquí. Total no saldrán por las buenas.
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