La hiperinflación, escasez y precariedad general de la situación, hacen que profesores y estudiantes abandonen las aulas, mientras el gobierno guarda silencio en este aspecto
El sector educativo venezolano sufre las consecuencias de la peor crisis económica jamás ocurrida en Venezuela en los últimos 100 años. Los reportes son que la deserción escolar arrasa los centros educativos, desde universidades, liceos, escuelas y preescolares, tanto en el sector privado como en el público. La crisis no sólo hace que los estudiantes abandonen la formación educativa, sino también los profesores y maestros, condenados a vivir en condiciones extremas por los bajos salarios que cobran, frente la hiperinflación que azota toda la economía.
Las universidades han visto mermar la asistencia de estudiantes en más de 35%. Las razones es que es imposible para una familia sostener la educación de al menos un hijo, sobre todo si le toca ser foráneo en otra ciudad. Por ejemplo, tener que pagar una sencilla habitación de alquiler, los costos están entre los 800 mil bolívares hasta los 3,5 millones de bolívares, dependiendo de la zona, las características del inmueble y las condiciones, a ello debe sumarse que el traslado en transporte público, se ha vuelto caótico y sumamente costoso, aparte de que las unidades han salido de circulación en 80%, para un estudiante pagar su movilización, sólo ida y vuelta significa unos 110 mil bolívares al mes. La alimentación es otro factor clave, la crisis alimentaria que atraviesa el país es enorme, la producción en Venezuela no supera los 2 mil millones de dólares, un país que demanda al menos 19 mil millones de dólares en alimentos todo el año, las importaciones que el gobierno hace, se han desplomado en 80%, lo poco que se produce en el país, debido a los controles de precios, se convierte en contrabando a los países vecinos y en el propio territorio nacional se revende a precios internacionales.
Los estudiantes carecen de comedores surtidos, en el sector de educación media y básica, el asunto es igual, son muy pocas las escuelas dotadas a medias con el Programa Alimentario Escolar (PAE), en muchas escuelas bolivarianas, terminan dando clase sólo media jornada porque no hay manera de dar comida a los niños. Muchos representantes han acudido a inscribir a sus hijos en estas escuelas buscando que al menos uno de de la familia satisfaga la alimentación de mejor manera que en su hogar, sin embargo tal intención se ve frustrada cuando los alimentos que llegan a las instalaciones son muy pocos y de manera intermitente.
Los profesores abandonan las aulas, tanto en las escuelas privadas y públicas, los salarios de los docentes son extremadamente bajos, no se supera los 10 dólares al mes, la hiperinflación sigue avanzando sin detenerse, en los colegios privados sin más remedio se debe aumentar las matrículas cada mes, debido a los constantes aumentos, lo que hace inviable la gestión de muchos. Los docentes han comenzado a emigrar a otros países de la región, la mayoría no está ejerciendo su carrera como emigrantes, sin embargo se suman a los ya casi cuatro millones de venezolanos que han salido a buscar un trabajo más estable, mejor remunerado y una economía mejor abastecida. Las aulas comienzan a quedarse vacías, el desplome del sector educativo tiene actualmente una buena cantidad de escuelas y liceos, sin que los alumnos comiencen clases por la falta de profesores, asunto que el Ejecutivo no reporta a la luz pública. La mayoría de escuelas deben ser mantenidas por los representantes, surtiendo con productos de limpieza y materiales para clases para prestar el precario funcionamiento actual.