Existen similitudes entre el independentismo catalán y el chavismo-madurista de Venezuela, así lo ha advertido la eurodiputada Beatriz Becerra al afirmar que se trata de dos «totalitarismos, el del aparato tiránico de Maduro y el del supremacista y xenófobo independentismo catalán”.
Por: Carmen Omaira Ruiz
La actual vicepresidenta de la Subcomisión de Derechos Humanos del Parlamento Europeo, Beatriz Becerraha ha afirmado que no hay nada bueno en el independentismo, «no hay una sola cosa buena para nadie», así lo ha expresado al instalar el Ciclo Tertulias Zeta que ha comenzado este viernes con la puesta en discusión del tema ¿Ha vuelto el independentismo a Cataluña?
Durante la jornada la eurodiputada española ha advertido que existen similitudes entre el independentismo catalán y el chavismo-madurista de Venezuela, por lo que se ha convertido en uno de los temas de máxima preocupación y acción en España.
«Sí pensamos en esas similitudes entre el chavismo y el independentismo catalán yo creo que uno de los elementos principales que podemos encontrar es ese afán por dar un barniz, una pátina de legitimidad a la democracia. Y eso lo hemos visto no solamente en las recientes citas electorales en Venezuela, como la Constituyente, las elecciones municipales y las nacionales; sino también en la pantomima del 1 de octubre en Cataluña», ha señalado Becerra. «En ambos casos está claro que todo es un artefacto, insistir en que votar es lo que hace una democracia, todos sabemos que no es cierto. Hace falta transparencia democrática, instituciones firmes y cumplir la ley«, ha puntualizado.
Entre sus consideraciones la eurodiputada sostiene que ambos regímenes desprecian absolutamente y de manera muy profunda a los ciudadanos. «Hemos visto que ese desprecio pasa por lo más grave que es estar dispuesto a someter a todo el país a que no exista lo más básico, a que no haya ni alimentos ni medicinas, ya no hablo de seguridad jurídica o de libertad de expresión», aseguró.
Advirtió que, aunque no se comparan en las mismas magnitudes, en Cataluña ese desprecio se ha puesto en evidencia en la seguridad. «El gobierno independentista estuvo dispuesto -cuando tuvo información de un atentado terrorista que se iba a producir en Barcelona- no solo a ignorarlo, a pretender a ocultarlo, sino que mientras tanto, las fuerzas de seguridad autonómicas -que son fuerzas de seguridad del Estado- a lo que estaban dedicándose era a espiar».
A opinión de Becerra, Eurodiputada del Grupo de la Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa (ALDE), «los valores del independentismo son claramente supremacistas, xenófobos, excluyentes«. Sobre sus aliados destaca la información de que «Rusia está muy dispuesta a expandir su estrategia de debilitamiento de Europa a través de Cataluña. Y qué voy a decir de Rusia y Venezuela, su aliado principal, su accionista principal, su dueño. Hay otro aspecto que me parece que es profundamente preocupante y el más doloroso que emparenta a ambos: al independentismo en Cataluña y al chavismo-madurista de Venezuela, que es el populismo más lamentable, más pervertido, más arrastrado. Creo que eso se traduce en algo que para mí es la mayor traición».
Beatriz Becerra ha puntualizado que, al final, todos los populismos terminan siendo nacionalistas y todos los nacionalismos terminan siendo populistas. «Son incompatibles con los planteamientos básicos de progreso de democracia de modernidad y de convivencia. Es imposible hablar de nacionalismos en el siglo XXI sin que sean populistas, engañosos y fraudulentos. Es tan contrario a la legalidad como la realidad, por lo tanto, es imposible».
«Tenemos enormes problemas que solucionar en Cataluña, pero también creo que hay enormes beneficios, creo que los va a haber en un futuro inmediato y en un poco más a largo plazo para España».
Con esta reflexión de la Eurodiputada española se ha llevado a cabo esta primera Tertulia Zeta enmarcada en la semana aniversario del diario El Nuevo País, que recién ha llegado a sus 30 años. Queda abierta la invitación para los próximos eventos que mensualmente se debatirán en los espacios de Apartaco Restaurante, en Madrid.