Cataluña sin Gobierno

La incertidumbre catalana continúa. Después de que se constituyera la Mesa del Parlamento el pasado 17 de enero, se convocó el debate de investidura de Carles Puigdemont para el 30, pero el Presidente del Parlamento de Cataluña, Roger Torrent, lo ha aplazado, aunque ha anunciado que mantiene la candidatura del expresidente catalán, cuyo debate se realizará en una fecha todavía desconocida.

¿Dónde estamos?

Luego de la constitución de la Mesa, el recién elegido presidente del Parlamento catalán convocó para el martes 30 de enero el debate de investidura donde debía ser elegido Carles Puigdemont nuevamente como Presidente de la Generalitat. Pero había un pequeño detalle: el expresidente y ahora candidato está huido en Bruselas desde que el Ejecutivo de Mariano Rajoy aplicara el artículo 155 que disolvió el gobierno catalán. Y claro, regresar implica enfrentarse a la ley. Así que el JuntsXCat, el partido de Puigdemont, solicitó que éste pudiera ser investido por vía telemática, cosa que el Tribunal Constitucional no permitió, así que Torrent prefirió suspender la investidura.

Vamos por partes. La sentencia del Tribunal

El Tribunal Constitucional ha alcanzado el pasado 27 de enero un acuerdo para impedir la investidura telemática o por delegación que pretendía hacer Puigdemont.  A pesar de las diferencias de criterio entre algunos magistrados, finalmente han alcanzado un acuerdo para evitar el principal miedo del Gobierno: que Puigdemont sea reelegido sin asistir al pleno y el Ejecutivo tenga que recurrir luego esa investidura.

La decisión entonces es que Puigdemont solo puede ser investido si acude al Parlament, pero previa autorización del juez Pablo Llarena, el encargado de su causa. En otras palabras, el tribunal deja la puerta abierta a que el expresidente sea investido, pero para poder hacerlo tiene que volver a España y conseguir la autorización del juez para acudir al Parlament. Es decir, primero tiene que entregarse y luego, acudir a la Cámara. El Constitucional acordó también que ni Puigdemont ni los otros diputados electos huidos con él a Bruselas pueden delegar el voto en otros parlamentarios.

La actuación de Torrent

En una breve comparecencia antes de que se reúna la Mesa del Parlament, Torrent ha realizado un alegato independentista contra el Gobierno y el Tribunal Constitucional, al que ha reclamado que «deshaga la chapuza jurídica que perpetró para no contradecir al Gobierno español”, en alusión al auto que prohíbe la investidura de Puigdemont si no se presenta en el Parlament con la autorización del Juez. «El presidente de la Generalitat será el que elijan los diputados de esta Cámara, no el que decida un Tribunal o un ministro a 600 kilómetros», ha insistido Torrent, quien, al mismo tiempo, ha encargado a los servicios jurídicos que presenten alegaciones en el plazo de 10 días concedido por el Tribunal Constitucional, al tiempo que ha asegurado que el pleno solo se realizará cuando haya “garantías”.

En definitiva, Torrent quiere ganar tiempo para intentar llegar a acuerdos sobre la investidura con todas las fuerzas independentistas, pero ese mismo tiempo puede jugarle en contra porque si se pasan los plazos, lo que va a tocar es volver a convocar elecciones, algo que no beneficiaría a nadie ¿o sí?

La propuesta alternativa de Junqueras

El líder independentista de ERC, Oriol Junqueras, ha declarado desde la cárcel, a través de sus abogados, la opción de combinar una presidencia de la Generalitat “simbólica” con otra “efectiva”. “La cuestión es si el Parlament puede investir a un diputado electo. Ahí radica un principio democrático elemental”, explica Junqueras, que admite que la situación de bloqueo que enfrenta la política catalana y el veto del Tribunal a Puigdemont, deben conducir a replantear la estrategia independentista.

En esa línea, la diputada Marta Rovira, ha reiterado el plan de ERC para lograr que se forme Gobierno:  «Ganar unos cuantos días para conseguir que la investidura sea efectiva es lo que realmente nos garantiza recuperar las instituciones, no malbaratar la mayoría independentista al Parlament y no acabar teniendo efectos judicialmente negativos para muchos diputados”.

¿Estamos hablando de una Presidencia “florero”? Mal va el independentismo catalán si no consiguen, ni siquiera, ponerse de acuerdo entre ellos.