Venezolanos dejan de usar el bolívar

En las regiones, abandonadas por el Ejecutvio, la economía comienza a cambiar, el intercambio de bienes y servicios se transa en dólares, pesos colombianos y reales

Los venezolanos comienzan a perder la soberanía monetaria, al sustituir el bolívar por el dólar, el peso colombiano, el dólar trinitario y el real brasileño, sobre todo en las regiones fronterizas. Zonas que han sido prácticamente abandonadas desde todo punto de vista institucional, por el gobierno de Nicolás Maduro, en materia de seguridad ciudadana, educación, salud, equipamiento urbano, infraestructura y sobre todo económica. En las regiones comienza a surgir un fenómeno que podría interpretarse más adelante como los primeros pasos para una recuperación económica, impuesta por los ciudadanos, al adoptar las monedas de países vecinos para el intercambio, el pago de servicios privados, la compra y venta de bienes y servicios.

Se trata de una especie de dolarización. En ciudades como en Barquisimeto, se logra conseguir establecimientos comerciales que en carteles señalan que “Se reciben pesos colombianos”. La razón es que la devaluación constante y acelerada del bolívar, no sólo ha destruido el patrimonio de los ciudadanos, sino el desempeño económico productivo, lo que ha obligado a las personas a irse a las fronteras para abastecerse. El intercambio se da, mientras desde Venezuela se contrabandea oro y gasolina, dos commodities apetecidos en el mercado colombiano, brasileño e islas del Caribe, por los cuales los extranjeros reciben temporalmente los bolívares que los venezolanos llevan para comprar alimentos y medicamentos, con el mismo dinero se paga el contrabando mencionado.

Pequeñas empresas y comercios en occidente, ante el fallo del bolívar, en vista de que los bancos apenas sólo pueden pagar, no todos los días, por persona, unos 10 mil bolívares (0,04 dólares al cambio del dólar paralelo), las fallas de las telecomunicaciones en el momento de pagos con puntos de venta electrónicos, que también afecta operaciones de transferencias, ha hecho que el comercio con dólares vaya en aumento, a cambio de servicios mecánicos menores, pago de mano de obra y la venta de algunos artículos. Los bajos sueldos en Venezuela, permite disponer todavía de mercaderías que respecto al precio en dólares o pesos colombianos, resultan sumamente baratos para los ciudadanos extranjeros que entran al país y en el “comercio de fronteras”, dejan moneda dura, lo que les permite aprovechar sendas gangas. Los pagos también son en línea, con transferencias de cuentas en sitios de pagos como Pay-Pal.

De este modo los ciudadanos están produciendo un cambio de las transacciones. Hay taxistas que reportan carreras interurbanas, pagadas por personas que llegan de viajes todavía esporádicos, con hasta 30 dólares.

El proceso anterior comienza a surgir como respuesta de los ciudadanos ante la depresión económica que sufre Venezuela y de la cual las autoridades no se han ocupado, al contrario, han complicado aún más las condiciones para que el desempeño económico empeore, los ciudadanos que no se van o no pueden irse del país, buscan oxigenar sus cuentas, dejando a un lado el uso de la moneda nacional, más aun que el mismo gobierno promueve el uso de las criptomonedas en clara confesión del fracaso del sistema monetario y financiero de Venezuela, como producto de la peor crisis económica que se haya vivido en los últimos 100 años en este país.