Economía: un caos total

En el último año, el precio del petró-leo venezolano ha estado en alza en 35,34%, al pasar de 45,33 dólares el barril, a 61,35 dólares. Si se revisa desde agosto de 2016, se viene registrando una subida promedio mensual del precio del petróleo en 28,75% de manera sostenida, para ese tiempo el crudo venezolano costaba 37,55 dólares. A pesar de la notable recuperación del precio del petróleo, la economía venezolana se sigue hundiendo en una crisis sin precedentes, con la peor inflación del planeta, con un dólar elevado en los últimos doces meses en 7.535,42% y que marca el rumbo de la inflación interna. A pesar de la recuperación de los precios del petróleo, la administración Maduro se ha visto obligada en eliminar el dólar del sistema Dipro, el que cotizaba 10 bolívares y que era de acceso sólo para empresas de allegados del partido de gobierno, según denuncias de factores opositores.

Pdvsa viene arrastrando grandes problemas financieros, al punto que se encuentra en “default selectivo”. Los reportes de la OPEP señalan que desde Venezuela se está exportando apenas unos 1,65 millones de barriles diarios, la mitad de lo que se producía entre 2008 y 2010. El daño técnico a la infraestructura de la estatal, hundida en la corrupción de los gerentes, ha hecho que la falta de inversión no permita recuperar instalaciones y mantenerlas operativas; el deterioro todavía se arrastra desde el año 2002 y 2003, cuando ocurrió un paro petrolero por razones políticas, daños a pozos que se condensaron, se sedimentaron y quedaron paralizados, así como la expulsión del personal calificado para las operaciones, lo que conllevó a que la petrolera estatal haya caído en improductividad. Tiene pérdidas enormes con un subsidio de gasolina que sólo beneficia a mafias contrabandistas a lo largo de las fronteras, con un personal que está dejando sus puestos de trabajo abandonados por los bajos salarios, hoy arrasados por la hiperinflación. El desplome de la producción, calculada por Fitch Ratings, es de manera sostenida de al menos 4% al año.

Decadencia

Los efectos en la economía venezolana, sostenida precariamente por los ingresos petroleros, tienen que ver con una hiperinflación que arrasa al resto del sistema y va acompañada de una recesión de grandes proporciones. Se comienza a notar la recesión en las principales ciudades del país, con pocas colas de vehículos en las calles, actividad comercial prácticamente paralizada, la falta de autobuses para el transporte público, el desplome de los servicios de transporte de las empresas estatales en diversas ciudades, la caída de productividad en todas las regiones, el cierre masivo de empresas y comercios, la escasez de bienes y servicios de manera más profunda, lo que ha generado una ola de motines por todo el país, con saqueos a comercios y toma de carreteras para dar captura a camiones cargados con alimentos. Estos hechos  ya reportan cientos de heridos, detenidos y al menos unos siete muertos.

Más y más dinero sin valor

Lo anterior es el resultado de una política monetaria expansiva, con el bolívar como moneda para cubrir el déficit estatal, tal como se ha reportado durante los últimos años en Zeta y El Nuevo País. Esta acción no se detiene y al contrario, el Ejecutivo, que mantiene un control directo sobre el Banco Central de Venezuela (BCV), fundamentado en un decreto de emergencia que avala el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), sigue aumentando la oferta monetaria. Ni siquiera lo hace por el mecanismo físico, sino  de manera electrónica, lo que ha colapsado sitios de compra, operaciones de intercambio pequeñas, hasta el pago de pasajes en buses colectivos, debido a la escasez de billetes o dinero efectivo.

La liquidez monetaria volvió a subir con fuerza en enero de 2018, al cerrar en 149,8 billones de bolívares, como se ha vuelto costumbre en la administración Maduro, que cada mes se reporta una cifra récord histórica. El mes anterior era de 127,3 billones, lo que significa un aumento de la circulación de dinero de 17,63% en el mes que termina, enero de 2018. Esta subida es de 1.228,52% en el último año. El aumento de la liquidez monetaria, ejerce una presión enorme en el alza de precios de bienes y servicios debido a la poca capacidad productiva que tiene Venezuela, en al menos 5% de parte del sector privado nacional, al mismo tiempo que existe una caída de 80% de importación de bienes y servicios.

Por el lado de las reservas internacionales, a pesar del alza del precio del petróleo, éstas volvieron a derrumbarse -14,55% en el último año al caer a 9.106 millones de dólares. Sobre este particular existen declaraciones de diputados y economistas, que dudan de la información que brinda el BCV, sobre su disposición de reservas internacionales, las cuales, con la cantidad de liquidez monetaria que se registra, arrojan un dólar implícito de 16.450,87 bolívares, quedando por debajo del dólar paralelo en 93,51%.

La administración Maduro busca desesperadamente nuevos recursos, por lo que a través del BCV planteó reactivar el mercado de subastas de dólares. Con el sistema Dicom, aspira el gobierno lograr captar las remesas que envían los venezolanos a sus familiares, que serían al menos 2,3 mil millones de dólares al año, para tener acceso a las divisas por esa vía. Se trata de un mecanismo que el gobierno implementa con controles en cuanto a cantidad de divisas controladas y funge como árbitro con los precios, con tiempos de liquidación de hasta cinco días.

En este esquema pretenden también que se comercien las divisas de las exportaciones y la actividad turística, pero los economistas señalan que el Dicom tendrá resultado poco favorable, ya que la oferta de divisas allí es escasa, comienza con una base de 3.345 bolívares por dólar, el último precio que quedó en la puja por divisas.

El petro no genera confianza

Entre las acciones para la búsqueda de dinero, el Ejecutivo presentó finalmente el “White paper” de lo que será el “petro”, confirmando algunas apreciaciones que en este espacio se adelantaron hace un par de semanas. Esta criptomoneda, de comienzos será de difícil colocación en el mercado internacional buscado por el oficialismo, ya que el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos advirtió a quienes comercien usando este recurso, que le aplicarían sanciones comerciales. Esto evitará que los principales intermediarios de criptomonedas en el mundo integren en sus operaciones o listados, intercambios entre bitcoin, litecoin, ethereum y otras, por “petros”.

Otro aspecto que le resta confianza al instrumento es la modalidad elegida para sacarlo a circulación, utilizando los grupos de participación para la minería. Aunque en el “White paper” no se aclara fielmente esto, ni se da a conocer el código o protocolo de la criptomoneda, queda entendido que si el gobierno se queda con reservas importantes de la primera emisión, la minería sería de la manera mencionada, lo que le garantiza “gobernanza” en la misma, ya en que los grupos de participación en los procesos de minería, la creación de nuevos bloques se elige de forma determinista, en función de la cantidad de “tokens” que disponga cada participante, en este caso el Estado sería quien domine.