La mano negra de Rusia en las elecciones mexicanas amenaza con debilitar a EE.UU.

Por.- Karen Brito

Por años Rusia ha sido reconocida por ser uno de los países más importantes del mundo, y el que más ha sido acusado de intervenir en las políticas internas de otros países como Estados Unidos, España, Venezuela, México, entre otros. Sin embargo el gigante asiático ha considerado que el mundo desarrolla una “histeria antirusa”, pese a su notorio interés de influenciar a otras naciones, principalmente en el área económica.

El importante interés de los rusos en interferir en las elecciones mexicanas, por ejemplo, se basa en una estrategia geopolítica contra Estados Unidos debido a que México es el tercer socio comercial de EE.UU., el segundo importador de bienes y servicios, y la base de la industria de manufacturas que permite el funcionamiento de cientos de empresas norteamericanas. Si Rusia lograra involucrarse con el país azteca, Putin podría desestabilizar el sur de Estados Unidos al obligarlo a compartir 3.180 kilómetros con un gobierno rival.

Las sanciones impuestas por el Departamento del Tesoro a Rusia a través de la famosa “Lista del Kremlin”, y los constantes conflictos políticos que afectan al Gobierno de Vladímir Putin, han afectado las negociaciones empresariales en el exterior. El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que el crecimiento económico ruso será de apenas 1.5 % en los próximos cinco años, y en caso de que el precio del petróleo baje nuevamente, su incremento será aún menor de lo previsto.

El Ministerio de Desarrollo Económico de Rusia aseguró que la inversión extranjera directa en el país asiático se recuperó en 2017 al alcanzar los 14 millones de dólares en el primer semestre comparado con años anteriores. Sin embargo, el banco español Santander considera que los niveles de inversión son bajos para la economía del país.

Evidente reelección

La continuidad de Vladimir Putin en la presidencia hasta 2024 parece inminente, a pesar de las continuas y multitudinarias protestas que se han realizado en su contra, el mandatario ruso se muestra totalmente seguro de mantenerse en el poder.

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Una encuesta sobre intención al voto realizada por el Centro de Estudios de la Opinión Pública de Rusia, señala que 83 % de la población apoya la reelección del jefe del Kremlin, quien se postuló como candidato independiente, mientras que apenas un 4.1 % se decide por el líder del ultranacionalista Partido Liberal Democrático, Vladímir Yirinovski. El candidato del Partido Comunista de Rusia, Guennadi Ziugánov, solo obtuvo 8 décimas más que el segundo postulado.

Pese a la gran controversia que se generó en torno a la candidatura del opositor Alexéi Navalni, por sus multitudinarias y continuas protestas en contra de Putin, además de sus reiteradas denuncias de corrupción, dejó de ser incluido en las encuestas tras ser prohibida su participación en las elecciones presidenciales por sus antecedentes penales.

Ante la restricción, Navalni aseguró que se trata de una persecución política por haber logrado demostrar “que no toda Rusia está dispuesta a renunciar a las elecciones (de verdad) y a resignarse a una monarquía”. La “Huelga de Electores” promovida por el líder opositor provocó la detención de 350 ciudadanos aproximadamente, debido a que las protestas no habían sido autorizadas.

Por su parte quienes se mantienen leales al presidente ruso, les “cuesta creer que alguien pueda poner en duda que Vladimir Putin es el líder absoluto para la opinión pública, el líder del Olimpo político, con quien en esta etapa difícilmente alguien pueda competir”, afirmó el portavoz de la Presidencia, Dmitri Peskov.

Sin embargo, la reelección de Putin podría representar un duro golpe para la economía rusa. “No se esperan cambios significativos en términos de reformas económicas o política exterior”, aseguraron economistas de IHS Markit.

Los expertos en el área económica rusa han destacado que en los 18 años que Putin ha estado a cargo, el país asiático no ha logrado romper su adicción al petróleo y diversificar su economía.

Injerencia

El gran poder tecnológico del Gobierno ruso, en especial del presidente Vladimir Putin, convirtió a Rusia en uno de los países con mayores acusaciones de intervencionismo en las políticas internas de otros países.

En Estados Unidos, la CIA y el FBI confirmaron el intenso activismo que se realizó desde el país asiático para desprestigiar a Hillary Clinton durante las elecciones presidenciales de 2016. Reino Unido tiene abierta una investigación para determinar el grado de injerencia de Moscú en la financiación de la campaña a favor del brexit. El Gobierno español constató la utilización de una enorme maquinaria online rusa que respaldó el referéndum separatista de Cataluña.

Rusia ha sido acusada de generar “campañas políticas basadas en la mentira y en la desinformación, con el fin de contaminar deliberación pública y reducir el ejercicio democrático”.

Actualmente Rusia mantiene sus ojos fijos en México, donde el próximo primero de junio se llevaran a cabo elecciones generales, en las que se elegirán presidente de la República, miembros del Senado, parlamentarios de la Cámara de Diputados y nueve gobernadores.

Los rusos mantienen su apoyo al candidato de izquierda Manuel López Obrador como estrategia política, debido a que una alianza con los mexicanos podría tensar más las relaciones con el Gobierno norteamericano y fortalecerlos a ellos.

La condición política, económica y geográfica de México lo convierte en un blanco fácil y estratégico para el Kremlin, por lo que genera alerta en EE.UU. que ha denunciado continuamente “su comportamiento agresivo hacia otros vecinos regionales al interferir en los procesos electorales y promover ideales no democráticos”. Para Estados Unidos los rusos tienen una estrategia de “subversión, desinformación y propaganda” en las elecciones mexicanas con el único fin de contaminar las campañas electorales.

Igualmente, el Kremlin ha demostrado su interés en que el régimen de Nicolás Maduro continúe en Venezuela, con quien mantiene acuerdos bilaterales desde la llegada de Hugo Chávez al poder.

Recientemente el presidente Donald Trump, cuestionó a Barack Obama por no “hacer algo” ante la injerencia rusa en las elecciones presidenciales en las que el magnate resultó electo.

“Obama fue presidente antes y después de las elecciones. Entonces, ¿por qué no hizo algo sobre la intromisión rusa?”, escribió el Ejecutivo estadounidense a través de su cuenta en la red social Twitter, por donde suele hacer anuncios.