“Gritos de desesperación y un gran clamor se levantan en Venezuela por la falta de comida y medicinas”.
Así abre el Frente Amplio Venezuela Libre su primer manifiesto al país, porque es la urgencia de los venezolanos por un cambio lo que impulsa el vasto movimiento de unidad nacional que es sentimiento natural y consecuencia lógica de la situación, y al cual busca dar forma organizativa para realizar tareas cívicas múltiples tendentes a rescatar la vigencia efectiva de la Constitución y, con ella, el derecho de todos a decidir, libremente, limpiamente, nuestro próximo gobierno y nuestro destino.
Sectores diversos de la sociedad civil: laborales y empresariales, académicos y estudiantiles, religiosos y organizaciones no gubernamentales representativas de legítimos intereses sociales ignorados, postergados o perseguidos, confluyen con actores políticos, como la Mesa de la Unidad Democrática, coalición plural, y las expresiones que desde el chavismo luchan por la Constitución y la democracia. La idea es vertebrar en las regiones, municipios y parroquias de Venezuela, un poderoso movimiento de movimientos que difunda el mensaje para motivar y movilizar, que proteste y proponga, que articule iniciativas concretas de activismo cívico.
Ya el martes 6 de marzo en el formidable escenario del Aula Magna de la UCV, la “Casa que vence las sombras” de su himno, lo que empezó a convocarse como un acto universitario para decir que la universidad no se rinde, desembocó por fuerza de la realidad en una proclama tan ancha y profunda como ésta: “Venezuela no se rinde”.
Nos unimos para rescatar la democracia, cambiar el gobierno y el modelo inconstitucional que se nos impone, en una estrategia común por objetivos comunes y claros de democracia y progreso. Decimos no a la falsa elección del 20 de mayo y sí a una verdadera elección presidencial libre, justa y transparente. Como respuesta a la exclusión, a la división y a la discriminación, el cambio que planteamos incluye a todos, también los integrantes de la Fuerza Armada Nacional, ciudadanos y venezolanos como nosotros. Partidos políticos y organizaciones sociales se comprometen a luchar unidos, superando la pasividad y corrigiendo errores. Exigimos la apertura inmediata de la ayuda humanitaria para aliviar las necesidades de los venezolanos. Agradecemos la solidaridad política y humanitaria de los países democráticos de América Latina y el mundo, tan valiosa para reforzar lo que es una responsabilidad venezolana.
Desde el poder arrogante con sus aliados explícitos o implícitos, tenacidad y recursos se emplean en dividir, desalentar, desmoralizar. Conscientes de la dificultad y apremiados por el gravísimo momento que vive la República, nos unimos para superar las diferencias y también la indiferencia. Para derrotar la antipolítica y también la politiquería. Para vencer la desconfianza y también el exceso de confianza.