La organización de los países de la región y del mundo para enfrentar al régimen de Maduro se está concretando. Se inició con el Grupo de Lima pero con la gira de Tillerson y ahora la de Mnuchin ha tomado otra dimensión. Recientemente en Argentina se reunieron varios ministros de finanzas para afinar las sanciones económicas y pronto se reunirán otra vez en Washington
La idea de imponer sanciones personales y económicas al régimen no ha mermado. Muy por el contrario, los países occidentales desarrollados están trabajando conjuntamente para aplicar nuevas y más inclusivas sanciones en términos de países, personas y áreas que cubrirían.
En la reunión de Ministros de Finanza de los países del G20, es decir de los países más desarrollados del mundo, que se realizó por primera vez en nuestra región, en Buenos Aires, Argentina, el tema de Venezuela también estuvo presente.
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Tomando ventaja de la presencia de estos altos funcionarios se realizó un encuentro del Grupo de Contacto de Ministros de Finanzas sobre Venezuela presidido por el ministro argentino, Luis Caputo. A ella asistieron Brasil, Canadá, Chile, Colombia, España, EE.UU, Guatemala, México, Paraguay y Perú, adenás participaron como observadores, Japón, Panamá, Reino Unido, Alemania y representantes de Francia e Italia. Ni Rusia ni China fueron invitados.
Las finanzas internacionales alertas
En el comunicado del Grupo de Contacto se describe que el éxodo de venezolano provocado por el régimen de Maduro tiene «efectos colaterales para los vecinos de ese país y otros países que están recibiendo a los migrantes» y hace un «llamamiento a los correspondientes organismos internacionales para promover asistencia a los países que la necesiten», Pero también «le solicitaron al presidente Maduro aceptar ofertas de asistencia humanitaria internacional para tratar la salud y el bienestar de la cada vez más empobrecida población de Venezuela». Además solicitan unas elecciones “libres y justas” y reafirman el no reconocimiento de la Asamblea Constituyente.
Los presentes “revisaron las sanciones que la comunidad internacional ha implementado en contra del régimen de Maduro, incluyendo la capacidad para obtener financiamiento por fuera de los procedimientos estipulados por la Constitución de Venezuela y para proteger el sistema financiero internacional de posibles abusos». Lo que en pocas palabras significa que el cerco financiero se aprieta pues no aceptarán procedimientos fuera de la Constitución o sea sin aprobación de la Asamblea Nacional en referencia a nuevos créditos internacionales y la circulación del Petro. Y afirman que seguirán “…trabajando coordinadamente a través de sus respectivas unidades de inteligencia financiera para impedir cualquier forma de financiación ilícita”.
Como expresó el comunicado de la Secretaría del Tesoro de EE.UU. esta reunión “… se centró en la coordinación de medidas económicas para alcanzar objetivos políticos democráticos en Venezuela, abordar la tragedia económica y humanitaria, y respuestas constructivas una vez que Venezuela permita elecciones libres, justas y regulares”,
En general los ministrosestán conscientes que la recuperación de Venezuela “… llevará tiempo y requerirá de un importante apoyo externo”. Y “…acordaron continuar cooperando para desplegar rápidamente las herramientas de la comunidad internacional cuando las circunstancias lo ameriten”.
Organizando la aplicación de las sanciones
Vendrán más sanciones, de más países y se afinarán y endurecerán las ya aplicadas. En este sentido el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin declaraba «Puedo asegurarles que seguimos evaluando la situación en ese país y consideramos aplicar más sanciones». Mnuchin está, como hizo RexTillerson, en una cruzada para organizar con los países de la región y del mundo que se“ aplicacen sanciones en coordinación con la nuestra” … y en la creación de “…un frente unido». También informó en su visita a Chile, que “…mantienen conversaciones con la Unión Europea para que impongan sanciones y se cumplan las nuestras» y señaló la importancia de «… que tengamos un frente unido». Y se ofreció “…a organizar una reunión de seguimiento de los ministros de finanzas al margen de la reunión de primavera del Banco Mundial / FMI en Washington, DC, el próximo mes”. EE.UU. está impulsando que se concreten las sanciones que ellos están imponiendo en toda la región y el mundo occidental y sus aliados. Se trata de buscar, como declaró Rebecca Bill Chávez, ex subsecretaria adjunta de Defensa de EE. UU.para el Hemisferio Occidental, que » Las sanciones adicionales sean multilaterales para que tengan legitimidad”.
Esta coordinación se aprecia en el comunicado del Ministerio de Hacienda y Crédito Público de Colombia donde deja claro que “apoyará con firmeza todas las líneas de investigación financiera que se realicen a los cuatro ciudadanos venezolanos recientemente incluidos en la lista de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC)” y también “impedir que las criptomonedas, como el Petro, sean utilizadas para lavado de activos y/o financiación del terrorismo”.
¿Más medidas?
Sin duda vendrán nuevas sanciones hacia los funcionarios venezolanos que hayan cometido actos de corrupción, violado los derechos humanos o impedido el desarrollo democrático. Otras económicas y en particular financieras.
Sin embargo, hay preocupación en algunos gobiernos que las sanciones que no sean a individuos específicos, no hagan sino empeorar la situación del país y la crisis humanitaria. Incluso recientemente el Consejo de Derechos Humanos por iniciativa del grupo de Países No Alineados, aprobó una resolución sobre “Derechos humanos y medidas coercitivas unilaterales”, que es un tema de los cubanos y cuyo Relator Especial (IdrissJazairy) es un muy cuestionado amigo de Cuba y Rusia. Allí se critican sin nombrar este tipo de medidas, porque violan los DD.HH. al empeorar la situación de la población. Olvidan decir que en casos como el de Venezuela el régimen con solo aceptar unas elecciones libres y justas, solventaría todas esas sanciones.
Hacia “peor”
Los otros países de la región más allá de tomar medidas diplomáticas y en algunos casos aplicar las restricciones impuestas por EE.UU. no han avanzado más allá. Podrían, por ejemplo, aplicar el espíritu de la Cláusula Democrática de Unasur – ya que esta organización está en crisis y nunca se conseguiría un consenso para eso.
Es posible que, como dice el analista Mariano de Alba, a muchos gobiernos les preocupe que más y nuevas medidas económicas acelerarían la estampida migratoria. Pero ni la situación económica del país ha sido causada por estas medidas, ni su levantamiento frenaría la debacle que supone el nivel de inflación y contracción económica que se ha alcanzado y que ya ha tomado, como dice Steve H. Hanke de Johns, de la Universidad de Hopkins, una tendencia que él llama la “espiral de la muerte” por los niveles de inflación, desabastecimiento y estancamiento económico alcanzados, que se repotencian unos a otros.
Preocupan en EE.UU. dos asuntos: que estas medidas terminen asegurando la presencia de China y Rusia en Venezuela, pues serían las únicas fuentes de divisas para el régimen – aparte de las afinidades ideológicas- y el agravamiento de la crisis humanitaria. Por esto el enfoque multilateral se impone.