Humillante pensión

*Mientras el costo de la Canasta Alimentaria Familiar del pasado mes de marzo escaló hasta los 52 millones de bolívares, los 549 mil bolívares que los jubilados cobraron -tras padecer horas en las colas, parecen una burla contra quienes todo lo dieron por un país, que no cumple con el deber de ampararlos.

Son casi las 6:00 pm y comienzan a buscar un sitio en la cola, unos con sus andaderas, otros en sillas de ruedas y la mayoría con bastones. Todos abrigados, se acomodan como pueden, con periódicos y cartones, sobre el frío pavimento que les servirá de cama esa noche.

Escasea la comida mientras que pocos llevan café, pero lo que sí abundan son los cuentos, las anécdotas y las experiencias de esos 70 y más años de vida, con remembranzas que afloran en medio de esos relatos que dibujan el pasado de una Venezuela que sin duda fue mejor a esta que se padece en “tiempos de revolución”.

Ya es la una de la madrugada y emerge la nostalgia por ese ser querido que ahora se gana la vida vendiendo ‘donas’ en las calles de Lima. Avanza el reloj y el sueño es reemplazado por la incertidumbre, pensando qué comerá mañana y cómo hará para comprar ‘la pastilla de la tensión’, que ya pasó de largo del millón de bolívares.

Cuando la noche está más oscura, a punto de amanecer, un nuevo ‘compañero’ se suma la ‘vigilia’ de ancianos: el hambre, esa que pocos pueden saciar y que la mayoría ‘engaña’ con un vaso de agua.

Ya van 12 horas de cola, el sol apenas se asoma y la cola ya abarca más de dos cuadras de cabezas canosas y rostros cansados. Tras 14 horas y media, el Banco Bicentenario abre sus puertas y en medio del tumulto generado por querer cobrar los 549 mil bolívares correspondientes a la pensión del mes, sale la gerente de la agencia a gritarle a los jubilados: “¡No hay efectivo, hay que esperar que manden la remesa!”.

Paseo Meneses de Ciudad Bolívar, avenida San Martín de Caracas, Calle 77 en Maracaibo, avenida 5 de Mérida… en cualquiera de estas ciudades de Venezuela se reproduce la escena, solo cambia el escenario, pero la misma rabia, los desmayos por hambre y sed, la misma espera y la misma humillación se repite cada mes cuando los adultos mayores intentan cobrar una pensión que no cubre sus necesidades alimenticias, y mucho menos las medicinas-si las consiguen-, que deben costear para atender su salud.

Por número de cédula también fracasó

El drama en el que se ha convertido para los ancianos el cobro de las pensiones, que se ha agravado por la falta de efectivo, no ha sido solucionado ni siquiera por la política que desde el pasado mes de marzo comenzó a aplicar la Superintendencia de Instituciones del Sector Bancario (Sudeban), de cancelar por el último número de la cédula de identidad del jubilado.

“Pasó lo que sabíamos que iba a pasar”, dijo el coordinador de Comité de Derechos Humanos para la Defensa de los Pensionados, Jubilados y Personas Adultas Mayores y con Discapacidad, Edgar Silva, al referirse al fracaso de la modalidad experimentada para intentar humanizar el hecho de que los abuelos puedan disponer de su dinero, que estipula el primer día de cancelación de las jubilaciones para los terminales de las cédulas en 0, 5, 6 y 9; para el segundo día los que culminen en 1,4 y 8; mientras que para el tercer día corresponden los números 2, 3 y 7.

“El drama para el cobro de la pensión, es por la carencia de efectivo y eso es lo que conlleva a esta situación tan humillante. En diferentes estados es conocido cómo amanecen de pensionados y jubilados en las entidades bancarias, especialmente en el Venezuela y Bicentenario, todo para cobrar la miserable pensión, que no alcanza ni para comprar un cartón de huevo”, agregó Edgar Silva entrevistado por Unión Radio.

Pensiones de hambre

A ese calvario se une otro igual o más dramático: el monto que cobran, -en caso de que la pensión la reciban completa -, ni siquiera alcanza para el kilo de queso ‘más barato’, el blanco duro, que ya ronda los 800 mil bolívares.

De hecho, el más reciente informe del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas–FVM), reveló que el costo de la Canasta Alimentaria Familiar del pasado mes de marzo, escaló hasta los 52 millones de bolívares, lo que convierte en una especie de burla los 549 mil bolívares que los jubilados cobraron en abril.

A ello se suma que medicamentos que suelen requerir los abuelos, como los que controlan los niveles de azúcar en la sangre o la tensión arterial, valen más de un millón de bolívares.

El “universo paralelo” de Nicolás Maduro

La noche del martes 17 de abril, mientras abuelos ya hacían colas o se alistaban para madrugar frente a las taquillas de los bancos, Nicolás Maduro, en una transmisión de carácter obligatorio para todos los medios, a través de la radio y la televisión declaró que su régimen “hizo lo que ningún país ha hecho en el mundo”, al asegurar que “el 100% de los adultos mayores de Venezuela ya reciben su pensión”, lo que equivale a más de cuatro millones de personas.

En el show preparado para el anuncio, de forma “espontánea” llegaron mensajes de textos a algunos de los ancianos presentes en el evento, en los que se les informaba que ya eran beneficiarios de pensiones ‘gracias’ al registro que hicieron a través del ‘carnet de la patria’, uno de los instrumentos de control social que el chavismo ha implementado para mantenerse en el poder.

Y mientras Simón Gamboa, de 71 años de edad, pernoctaba frente a un banco en San Cristóbal junto a otro grupo de ancianos para cobrar la pensión al día siguiente, esto decía Maduro en cadena nacional:  “Cuando uno llega a la edad de adulto mayor necesita su apoyo para tener su independencia… es una cosa elemental, la dignidad, uno tener sus 60, 70, 80, 90 años con independencia, aportar a la familia, aportar a los hijos, aportar a los nietos… ¿verdad? No tener uno que depender, porque la vida es triste si uno al final de la vida dependiendo de todo después de haberlo dado todo… ¿verdad? Es la dignidad, llegar a la llamada tercera edad con dignidad, con una sonrisa, sintiéndose útil y partícipe de la sociedad, de la lucha, por eso yo llamo a los pensionados y a las personas de la tercera edad a la lucha, a la calle y a la batalla, a defender a Venezuela con su alma, con su cuerpo, con su vida”.

Twitter: @rsanz777