Es una falta de respeto con el electorado que el liderazgo haya puesto al votante en el dilema de votar o no votar por lo único que hay

Por J. Gerson Revanales

Es una falta de respeto con el electorado que el liderazgo, al no ponerse de acuerdo, haya puesto al votante en el dilema de no votar o votar por lo único que hay.

La falta de dirección política ha puesto a la oposición en el dilema shakesperiano del “ser o no ser”; de votar o no votar; de validar unas elecciones convocadas fraudulentamente o desconocer su convocatoria. Todas y cada una de las anteriores razones han sido motivo para dividir al electorado, al colocar al votante en la disyuntiva de sí legitimar un gobierno que perdió desde hace tiempo su legitimidad de ejercicio o darle bola negra con la abstención.

Indudablemente, el gobierno le tiene tanto terror a que le den Bola Negra y tenga que ir solo a unas autoelecciones de yo contra yo, que ha tenido que comprar a unos esquiroles para que no le suceda lo que le pasó a Fujimori. Sin embargo, a pesar de la campaña desigual, ventajista, amoral, Maduro no se siente seguro y está buscando descaradamente el voto debajo de las piedras; sino, no andaría comprando la voluntad de los desamparados, olvidados de Dios y oportunistas.

Tengamos claro que frente a un gobierno que tiene como norma la máxima maquiavelista “el fin justifica los medios”, nuestros principios son lo primero. Dejarlos de lado sería caer en el barrial del oficialismo del siglo XXI; pero sí se debe aprender de las experiencias, no de otros países, sino las nuestras, en estos 19 años de desgobierno. Luego de la fracasada experiencia en el 2005 y del arrollador triunfo en el 2016, donde se demostró que la unidad es la clave para derrotar a estos comunistas de (V), no es entendible cómo la dirigencia nacional no pudo llegar a un acuerdo, dejando al país, al electorado, a la oposición que es mayoría, huérfana de un candidato presidencial.

El dilema shakesperiano que enfrenta el electorado se debate entre la moral principista y la Real Politik. El consecuencialismo producto de la Real Politik es una postura dentro de los terrenos de la moral, una posición que tiene como base las consecuencias de las acciones para juzgar, si esas acciones son buenas o malas, todo de acuerdo a dos reglas: •Una conducta es buena si los efectos o consecuencias que tiene son buenos. •Una conducta es mala si los efectos o consecuencias que tiene son malos. En el caso de las elecciones convocadas fraudulentamente, estaría claro que la unidad, como un todo del espectro electoral con la participación de ese chavismo molesto e inconforme con la corrupción, populismo y desgobierno hubiera creado las bases de un triunfo seguro, sin vuelta atrás ni arrepentimiento ni cargos de conciencia. Hoy la oposición, a pesar de tener una multiplicidad de líderes, no fue capaz de organizarse y presentar un candidato salido de sus propias filas. Los que salieron adelante los mataron al nacer como a Ramos Allup

El 20 se responsabilizaran los unos a los otros de haber perdido, mientras la agonía continua: el gobierno amanecerá cada mañana como el bagre, boqueando y la oposición como los lobos, esperando que algún día la presa muera, mientras que los ciudadanos el 20M quedarán como novia de pueblo con los crespos hechos frente al altar.

Salir de la versión móvil