Fallecimiento del salario mínimo

 

Por Julio Borges      

El aumento salarial que acaba de decretar Nicolás Maduro incrementará el hambre en Venezuela y desencadenará el aumento en el precio de los productos.

Hace unos días vimos cómo el presidente de la república, Nicolás Maduro, realizaba el acostumbrado aumento del salario mínimo como todos los primero de mayo, un aumento que está desfasado con la realidad económica que viven los venezolanos.

Es que el presidente no sabe que solo el valor de un pollo duplica el monto del salario mínimo. Cómo comen las familias venezolanas con ese aumento que anunció como la gran solución. Es una burla y falta de respeto a los venezolanos quienes cada aumento dado por el ejecutivo les pesa más, pues solo contribuye con la inflación y a seguir destruyendo la economía nacional.

Continuar aumentando el salario sin verdaderas medidas económicas, solo acentuará la problemática nacional. Se estima que, en 2018, la hiperinflación podría superar el 18 mil por ciento. La gente no quiere que le aumenten al salario, sino que los precios se estabilicen, que la gente pueda comprar lo que necesita. No alcanza para comer, para pagar medicamentos, transporte y las necesidades del hogar. El país está agobiado. Lo que vemos hoy es un sueldo de hambre, de miseria. Lo que hay que controlar es la inflación y se controla produciendo, no amenazando, ni cerrando empresas.

Hoy el 90 por ciento de los ciudadanos no tienen suficientes ingresos para comprar alimentos. La inflación de los últimos 12 meses (hasta abril de 2018) ha sido de 7.740 % y el salario integral (sueldo+tickets) solo ha aumentado 780 % en el mismo lapso. Además, según la encuestadora Delphos, 45 % de los venezolanos come menos de tres veces al día y 10 % come solo una vez al día, por lo que es necesario implementar el Plan de Emergencia Agroalimentario como solución al hambre en Venezuela.

En Venezuela, la desnutrición infantil pasó de 19 % a 30 % entre 2016 y 2017, según la Fundación Bengoa. Además, 280 mil niños podrían morir a causa de la desnutrición, según Cáritas. Y a diario, incrementa la deserción escolar porque los padres no tienen que darle de comer a sus hijos mientras van a la escuela; por lo que a través de este plan de emergencia podríamos beneficiar a 15 millones de personas aproximadamente, casi la mitad de la población.

Venezuela tiene capacidad para producir el 70 % de los productos agroalimentarios para atender las necesidades de la población nacional. Sin embargo, nuestros productores carecen de semillas, insumos, fertilizantes, maquinarias y repuestos para la siembra y la cosecha de frutas, leguminosas, hortalizas y demás productos. Actualmente, la producción nacional solo puede abastecer a 25 % de la población, por lo que exhortamos al Ejecutivo Nacional a escuchar y atender las necesidades de nuestros productores agropecuarios.

Este nuevo aumento salarial sólo incrementará el hambre en Venezuela. Los productos seguirán aumentando de precio. No es la solución aumentar un sueldo. Aquí hay que atacar la inflación, el desabastecimiento y la escasez de comida y medicinas.

Es necesario la implementación inmediata del Plan de Emergencia Agroalimentaria, que contempla la atención de la población más vulnerable, la recuperación de la producción nacional y el mapeo de puertos y aduanas para establecer convenios para aumentar la entrada de alimentos y medicinas a Venezuela.

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