Por José Curiel
No debemos ir a votar porque estaríamos participando en una farsa electoral. Debemos exigir elecciones limpias y transparentes con un nuevo CNE independiente.
El próximo 20 de mayo, por decisión del gobierno, se efectuarán unas votaciones para extender por seis años o más la vigencia del régimen actual que ha acabado con Venezuela.
Lamentablemente, todo parece indicar que aplicarán una técnica cada vez más refinada para quedarse en el poder. Esto para nada difiere de lo que ha sido la historia de un fraude continuado desde finales del siglo pasado hasta el presente; salvo el referéndum constitucional del 2007 que ganaron los sectores democráticos por 8 %, por la intervención de las Fuerzas Armadas para evitar ser abolidas y sustituidas por una milicia a lo cubano; y las elecciones parlamentarias del 2015, porque el triunfo de las fuerzas democráticas fue tan abrumador que les salió de sorpresa y no podían negarlo.
Como alguien dijo: tienen los resultados listos y sólo faltan las elecciones. El régimen ha más que probado ser malo para lo bueno y bueno para lo malo.
Me parece muy poco probable, por decir lo menos, que Maduro y su cohorte entreguen el poder tan fácilmente cuando saben muy bien lo que puede pasarles por estar gravemente imputados por la Justicia Internacional. Por eso tienen al CNE más que dispuesto a cantar unos resultados predeterminados y todos los recursos del gobierno para torcer voluntades, que en justicia deberían dirigirse a solucionar la gravísima crisis alimenticia y sanitaria.
Ir a votar por el gobierno y por la “oposición” no es más que participar en una farsa electoral. Lo que debemos hacer es exigir elecciones limpias y transparentes con un nuevo CNE independiente del régimen y exigirle al gobierno no utilizar los recursos de todos para sus propios fines.
Las fuerzas democráticas del país así como los gobiernos de más de 70 países no reconocen esta farsa fraudulenta, cualquiera sea el resultado. El país quiere un cambio ya y no esta burda comedia.