Por.- Jaime Granda
-El madurismo prepara carta alterna si el propio chavismo opositor promueve nuevas elecciones presidenciales
Diputados opositores de la Asamblea Nacional (AN) consignaron el miércoles un documento ante el Ministerio Público (MP) y emplazaron a su titular, Tarek William Saab, a que adelante una denuncia en contra del presidente de la República, Nicolás Maduro, por presunta violación de la Ley Anticorrupción y la Constitución Nacional durante la campaña electoral de mayo.
El parlamentario larense Macario González, acompañado de Olivia Suárez, Guillermo Palacios y Luis Florido, señaló que Maduro “incurrió en delitos que violan la Ley Anticorrupción, específicamente el artículo 70, que prohíbe a los funcionarios públicos involucrarse en las campañas electorales usando los recursos del Estado para ir en detrimento de otras fuerzas políticas u otros candidatos que compitan”.
Ese mismo miércoles, el secretario de la AN, Negal Morales, informó que las instalaciones del Palacio Federal Legislativo, declarado patrimonio histórico, se encuentran en malas condiciones por la negativa del Gobierno de entregar los recursos financieros para las reparaciones y mantenimiento de su infraestructura. Dijo que obras del salón elíptico, a cargo de la custodia del Gobierno, como el Acta de la Independencia del 5 de julio de 1811 y el lienzo de la Batalla de Carabobo, se encuentran deterioradas. Lo mismo ocurre con el salón Tríptico, el de Los Escudos, plazas y edificios laterales.
La abogada Tamara Suju sigue alimentando la denuncia presentada ante la Corte Penal Internacional (CPI) en julio de 2016 y la CPI abrió el 8 de febrero pasado un examen preliminar para analizar los delitos cometidos por el gobierno durante las protestas de 2017. Suju asegura que los casos de torturas que analiza la CPI son atrocidades, pero todavía falta para que se abra una investigación en esa instancia sobre las violaciones de derechos humanos en Venezuela.
La experiencia con denuncias dentro del país, como las presentadas por presunto fraude en las elecciones del 20 de mayo por el comando de Henri Falcón, muestran que terminan siendo saludos a la bandera.
Lo que en este momento parece inquietar al régimen de Nicolás Maduro son las denuncias provenientes del propio chavismo y el creciente rumor sobre un plan de su propia gente para imponer un gobierno de transición.
La otra oposición
Lo que muestran los medios, dentro y fuera de Venezuela, es una pugna interna que va debilitando poco a poco al llamado madurismo.
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El periódico zuliano Versión Final publicó el viernes 29 de junio un trabajo titulado “¿Imaginan a Diosdado como jefe de la transición?” en el cual recuerdan que Gisela Kosak Rovero, escritora y académica venezolana, sentenció ante de las elecciones de mayo: “El madurismo es el chavismo sin gente”. El fracaso del “Movimiento Somos Venezuela”, promovido por Maduro, confirmó esa frase.
El trabajo publicado el viernes destaca el ascenso del ahora presidente de la ilegítima Asamblea Nacional Constituyente y agrega que fuentes cercanas a los grupos de poder de Miraflores aseguran que Diosdado Cabello se reposiciona como alternativa para relevar a Maduro. Incluso, se habla de que trabajaría en lograr una transición que le permita al chavismo real reagruparse, reoxigenarse y procurar la recuperación del poder.
Cita que Toby Valderrama, seudónimo del socialista Antonio Aponte, reveló que Cabello cuenta con el respaldo de Vladimir Padrino López y la FANB, además de dirigentes alejados de Maduro. “Se viene dando un proceso que podría abrir la puerta a la transición más allá del discurso radical de Cabello, quien puertas adentro habla de la necesidad de rescatar el legado, músculo afectivo de la revolución”, suelta un chavista muy bien informado.
Versión Final incluye que frente a la eventualidad creciente de nuevas elecciones presidenciales, Maduro está preparando a Delcy Rodríguez, a la que nombró hace poco Vicepresidente Ejecutiva, porque una mujer tendría ventajas frente a la oposición y frente a la conflictividad interna.
Maduro se complica
La actual posición de Nicolás Maduro no es nada cómoda. La conflictividad laboral afecta todos los servicios públicos y como dijo Rafael Ramírez, ex ministro de Energía y ex presidente de PDVSA, en su artículo dominical: “El país no aguanta más. Ya no hay tiempo para seguir improvisando, reciclando ministros, repitiendo tácticas gastadas, políticas fallidas. Ya no tenemos más tiempo para que el madurismo siga prometiendo cosas que sabe no puede cumplir, haciendo anuncios que se convierten en estruendosos fracasos. Destruyendo una a una las instituciones y empresas del Estado en su afán sectario de controlarlo todo. No hay más tiempo para este gobierno”.
Ramírez agregó: “Nuestro pueblo ha pagado un precio muy alto por la incapacidad para gobernar del madurismo, por la improvisación y por los ’ensayos’ del empirismo político. Una gestión donde se desprecia el conocimiento, la experiencia, donde el trabajo y la capacidad son una excepción. Una dirigencia que ha impuesto el miedo, la persecución como política de Estado, un gobierno policíaco donde se violan de manera permanente los derechos fundamentales de sus ciudadanos”.
A Maduro lo afecta hasta lo ocurrido el domingo pasado en Ciudad Caribia, un conjunto de viviendas situado al lado de la Autopista Caracas-La Guaira y construido por el Gobierno. En la madrugada de ese domingo, ocho hombres, encapuchados y fuertemente armados, robaron a 135 médicos cubanos dentro de un campamento transitorio para médicos. Algunos tenían apenas horas de haber llegado al país, a quienes despojaron de 152 mil dólares, 30 mil pesos cubanos, varios teléfonos celulares, cadenas y computadoras portátiles.
Tanto las autoridades venezolanos como las cubanas saben que en ese conjunto de la Gran Misión Vivienda Venezuela no se mueve gente extraña al chavismo y por lo tanto es evidente que alguien del mismo proyecto delató a las víctimas y no se puede descartar que sea parte de las confrontaciones internas.