Por.- Jaime Granda
El Gobierno pretende sustituir con cubanos a los profesionales venezolanos de la salud que protestan. Parte de la oposición insiste en la abstención electoral y eso puede facilitar un referendo revocatorio a diputados de la AN.
Las protestas populares se incrementan en la medida que la hiperinflación va devorando sueldos y salarios, privados y públicos, sin que el Gobierno Nacional atine con medidas que resuelvan la crisis.
Los gremios de la salud y educación han marcado la pauta y logrado el apoyo de trabajadores de los principales servicios públicos como la electricidad, telefonía, agua, transporte y otros.
Julio ha sido mes de protesta permanente del gremio de la salud y el miércoles al cumplir 30 días de conflicto, enfermeras, médicos y demás trabajadores en Caracas marcharon hasta la sede de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV).
Las protestas populares han provocado que dirigentes del principal partido de gobierno admitan que ya no se puede culpar al imperio ni a la IV República por lo que está ocurriendo.
En el primer semestre de 2018 fueron contadas 5.315 protestas populares y eso se agrava día tras días ante la falta de respuestas apropiadas por parte del Gobierno.
Esta semana, voceros del gremio de la salud reiteraron que su lucha es por mejoras salariales y la dotación de los centros médicos, por lo que hicieron un llamado a la dirigencia opositora a no politizar la lucha gremial, asegurando que ellos deben encargarse de sus propios asuntos.
Mauro Zambrano, dirigente sindical del Hospital Clínico Universitario de Caracas, aseguró que no se prestarían para este intento de desvirtuar la lucha del sector permitiendo que dirigentes de cualquier tolda política participen en el paro.
Reiteró el llamado a la sociedad civil a que se una a la protesta por mejores centros de salud, asegurando que son los ciudadanos de a pie lo más afectados por esta situación.
Cubanizar la salud
El Gobierno Nacional no responde a las exigencias del gremio de la salud y parece que pretende sustituir a médicos y enfermeras que protestan por gente traída desde Cuba.
El martes, la agencia de noticias EFE reportó la llegada a Venezuela de otros 62 médicos cubanos recién graduados de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana (UCMH) para prestar servicios en Venezuela.
El conflicto laboral con los trabajadores de la salud es el más grande que ha enfrentado Nicolás Maduro desde que arribó al poder en 2013 y las protestas, que llevan un mes, por mejoras salariales y dotación hospitalaria, se mantienen pese al anuncio hecho el sábado por el mandatario de que invertiría 344 millones de dólares para mejorar los servicios en los casi 300 hospitales públicos del país.
«Ratificamos el día de hoy la continuidad de este paro porque no hemos recibido ningún tipo de respuesta», dijo a periodistas Pablo Zambrano, secretario ejecutivo de la Federación de Trabajadores de la Salud de Venezuela (Fetrasalud), desde una manifestación el martes.
La semana pasada Maduro pidió a su gabinete organizar una consulta nacional para transformar el sistema de salud público del país.
Cuba y Venezuela son estrechos aliados políticos y económicos y el país suramericano envía a la isla caribeña petróleo a precios subsidiados a cambio de los servicios profesionales cubanos, sobre todo de personal sanitario y docente.
El contingente de cooperantes de la salud cubanos en Venezuela contaba en los últimos años con más de 30.000 integrantes entre médicos de diversas especialidades, odontólogos, optometristas, fisioterapeutas y otros técnicos, de acuerdo con datos oficiales.
La exportación de servicios profesionales, fundamentalmente médicos, es la principal fuente de divisas para la isla y aportó entre los años 2011 y 2015 un promedio anual estimado de 11.543 millones de dólares a las arcas cubanas, de acuerdo con fuentes oficiales.
Los resultados económicos de esa actividad superan a la industria del turismo, que registró ingresos de 2.800 millones de dólares en 2016, según los últimos datos disponibles.
La oposición
El partido Voluntad Popular emitió el martes 24 de julio un manifiesto al país con diez puntos centrales para organizarse y avanzar hasta lograr #LaSalida del régimen de Nicolás Maduro y la libertad de los venezolanos.
El primer punto plantea que es el momento de sumar las fuerzas de la protesta y el descontento popular, la fuerte y creciente presión internacional, el malestar y divisiones internas del régimen, y una ofensiva política clara y determinada que pueda liberar a Venezuela. Y debemos hacerlo ya.
El punto 4 admite que ya no basta compartir el objetivo de salir de la dictadura, es fundamental compartir una estrategia para lograrlo. Decidir enfrentar al régimen o someterse a sus reglas y cadenas. Hoy reafirmamos nuestra decisión: enfrentar a la dictadura y jamás someternos a ella.
Los puntos 8 y 9 mantienen la posición de la abstención electoral, no apoyar ni acompañar farsas organizadas por el régimen para intentar ganar estabilidad. Igualmente no participar en ningún proceso de negociación que no tenga como objetivo la salida del poder de la dictadura y el paso a una transición democrática.
El domingo 22, el exsecretario de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Jesús “Chúo” Torrealba, reconoció como positivo las reuniones de Henri Falcón, Henry Ramos y otros buscando corregir equivocaciones, pero emplazó a la oposición a declinar sus agendas personales, “dejar de darse la mano, y tomarse fotos”, para evitar caer en los mismos errores políticos partidistas de 20 años, y activar una hoja de ruta.
En relación al empeño de no acudir a más eventos electorales convocados por el régimen, Torrealba planteó: “¿qué hará la oposición si el Gobierno articula un revocatorio y marcha adelante con este CNE?, ¿vamos a decir que no votamos, y le entregamos en bandeja de plata al oficialismo?, esas cosas hay que definirlas (…) por eso es importante que la convocatoria a la sociedad civil sea atendida por un liderazgo que sea autónomo”.
El antiguo Secretario Ejecutivo de la MUD, Ramón Guillermo Aveledo, por su parte, considera que el chavismo disidente forma una parte importante de la oposición venezolana actualmente.
Los dirigentes con pasado chavista que actualmente se unieron a causas políticas opuestas al Gobierno, como ocurre con algunos miembros del Frente Amplio Venezuela Libre, representan una suma a la actividad opositora en Venezuela.
Asegura que estas tendencias son comunes en el país, ya que una gran porción de la población opositora está compuesta por personas que votaron por el fallecido expresidente Hugo Chávez y el actual mandatario, Nicolás Maduro.
“La mayoría se formó por el desencanto. Hay muchísimos venezolanos allí, incluso que votaron por Maduro en el 2013. Hay que mirar más hacia adelante que hacia atrás”, reflexionó como señal de que debe buscarse la unidad.
Eso coincide un poco con lo dicho por el cardenal Baltazar Porras desde la iglesia Nuestra Señora de la Chiquinquirá en La Florida de Caracas, después de asumir como Administrador Apostólico recién designado por el Papa Francisco.
El cardenal afirmó que «solo compartiendo los unos con los otros» se podrán solucionar los problemas del país.