Por Aixa López
***La crisis nos toca a todos por igual, a los opositores y a los afectos al Gobierno. La verdad no se puede tapar con un dedo.
Ya es bastante común ver como dirigentes del Gobierno gritan lo que para ellos era un secreto a voces. Dirigentes como Freddy Bernal, Earle Herrera, Jesús Farías, Elías Jaua, Rodrigo Cabezas, José Luis Pérez Pirela, han realizado serias críticas al modelo económico de Nicolás Maduro.
Señores, nadie escapa a esta grave crisis que atraviesa el país, la cual nos toca a todos. El salario se pulveriza; la inflación nos come. Ya ese cuento de que la “Cuarta” es culpable, o el imperio y los americanos, nadie se lo cree. Es el modelo el que no funciona. No sirve.
Lo dicho por Freddy Bernal al señalar que “nosotros somos los culpables de esto, no la cuarta República” es verdad. Ya llevan 20 años gobernando. No pueden seguir culpando a la cuarta porque durante la Cuarta con un salario mínimo se hacía mercado; se iba al cine y a restaurants; se pagaba pasaje; se almorzaba fuera; se podía viajar dentro y fuera del país; la plata alcanzaba y se podía ahorrar. En estos momentos no, porque debes priorizar: o comprar comida hasta donde te alcance, o pagar la inscripción escolar; o te vistes o vas al médico. Es una grave situación.
Pérez Pirela, en varios programas también realizó críticas constructivas con respeto al problema eléctrico, o al bachaqueo de todo. Aquí el único culpable o responsable es Nicolás Maduro. No hay otro. Bueno y de forma corresponsable el difunto Chávez por dejarlo en el poder.
La respuesta de Nicolás Maduro ante las críticas de su propia gente es de calificarlos como «showseros» «contrarrevolucionarios» y «apátridas» a los chavistas que hacen críticas «por moda”.
Maduro cree que está gobernando un país de idiotas, y pide sacrificios en aras de una revolución que lo que ha hecho es involucionar a una de las sociedades que se perfilaba como una de las más modernas de América Latina.
Se ha perdido todo y para llegar a los niveles que alcanzamos se necesitarán años de esfuerzo continuado; mientras que personeros del gobierno como Jorge Rodríguez hacen gala de unos zapatos que, según muestran portales de Internet, cuestan un realero en dólares.
Vivimos en dos países: una parte es el país hambriento, al que los sueldos no le alcanzan para nada y sufre las penurias del transporte, la falta de agua, los apagones, la inseguridad, la escasez de medicamentos, o lo costosos de los mismos si los encuentran. Y, por otra parte, un país que se da esos lujos, como el de Jorge Rodríguez, quien no pasa por ningún tipo de penuria, porque todo lo importa desde la ropa que se pone hasta la comida.
@aixaconcejalccs