Por.- Alex Vallenilla
Los títulos venezolanos siguen hundidos y no hay demanda a pesar de los precios de gangas que tienen, lo que indica que los inversores no prevén cambios por ahora.
La cotización de bonos de deuda de Venezuela y de Pdvsa, refleja en sus precios la situación política y las expectativas que se forjan los inversionistas, muchos procurados con herramientas para la inteligencia financiera y así para determinar el curso de la crisis de este país. El comportamiento de los precios de los títulos venezolanos han estado marcados por los últimos acontecimientos del devenir político y muestran lo que prevén grandes bancos, sus ejecutivos y los audaces especuladores que buscan ganancias en las crisis de muchos países.
La situación actual de Venezuela luce confusa y en la incertidumbre los ciudadanos tratan de determinar qué sucederá. Hubo mucho movimiento en los últimos días, desde el caso del drone que estalló en un evento militar frente a la tarima del mandatario Nicolás Maduro, hasta los efectos de las decisiones en materia económica, la eventual posibilidad de una intervención militar organizada por países vecinos como respuesta al éxodo, el colapso general del país, entre otros.
El mercado por su parte está enviando señales. Actualmente los bonos de deuda de Venezuela y Pdvsa, se encuentran hundidos en su valor, los precios son de gangas, están en 35,89%. Cualquier especulador de perfil agresivo se estuviese haciendo de esos títulos si tuviese información de que en Venezuela se produciría un cambio de gobierno, o de medidas económicas sostenibles, o que existieran planes reales para una intervención militar extranjera pronto. Sin embargo, en el mercado no hay ánimos por los bonos venezolanos en estos momentos, lo que indica que no hay datos que justifiquen hacerse de esos valores.
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En la gráfica, se puede ver la cotización de los bonos desde 2014 hasta lo que va de 2018. Se enumeran los eventos que más influencia han tenido en las decisiones de los inversores, como el inicio de 2014 (1), cuando se produjo una ola de protestas en todo el país, denominada “La Salida”, que generó expectativas de caída del madurismo, pero que al agotarse y ser reprimida no arrojó resultados; luego fracasan las negociaciones entre factores de partidos democráticos y del oficialismo (2), lo que produce la caída de los bonos de deuda al generar decepción en los mercados. A esa situación le acompaña para octubre de ese año, la caída del precio del petróleo (3).
Los bonos de deuda se mantuvieron relativamente estables en 2015, con variaciones menores por eventos de menor impacto, hasta que los partidos políticos derrotan contundentemente al chavismo/madurismo en las elecciones parlamentarias (4), lo que generó nuevamente expectativas de cambio; todo 2016 los bonos de deuda estuvieron en alza hasta que una propuesta de referendo revocatorio fue suspendida por el oficialismo, cuya situación produjo una nueva ronda de negociaciones que también fracasó, se produce una ola de protestas, más grandes y con más personas heridas, asesinadas y arrestadas en 2017 (5), lo que volvió a forjar posibilidades de salida de la administración Maduro.
Las protestas de 2017, como una reacción por la acción del oficialismo de suprimir a la Asamblea Nacional, terminaron con una implementación de una Asamblea Nacional Constituyente (ANC), que el mundo entero no reconoce y que ha complicado la crisis política porque este ente no puede renegociar endeudamiento ni autorizar nuevas emisiones de deuda para oxigenar financieramente al régimen, debido a que ningún país le da legitimidad. Esta ANC (6) y la suspensión de la ola de protestas que dejó decenas de muertos el mismo día en que era electa en un proceso en el que sólo participó el oficialismo, produjo una profunda caída del precio de los bonos: los inversores salían rápidamente de sus posiciones al ver como todo se enlodaba aún más.
A finales de 2017, Nicolás Maduro anunció adelanto de elecciones presidenciales (7), el bajo valor de los bonos de deuda atrajo inversores nuevamente ante las expectativas del evento luego que la popularidad del mandatario se ubicaba en apenas 18%, sin embargo, los partidos políticos decidieron no presentarse y abstenerse (8) ante el reclamo de unas elecciones no transparentes en que el oficialismo emplea a fondo el ventajismo electoral y el uso de recursos estatales para movilizar maquinarias electorales en todo el país, como se demostró el día de las elecciones con la compra de votos con el carnet de la patria.
Actualmente los bonos de deuda siguen hundidos y sin demanda, lo que indica que no existen datos certeros de que desde la comunidad internacional o del gobierno norteamericano se esté preparando alguna acción militar; hasta ahora se trata de especulaciones que se desprenden de declaraciones de algunos funcionarios norteamericanos en el marco de un plan que recién comienza y es que Estados Unidos busca relanzar sus relaciones con Latinoamérica, luego de la entrada de enormes inversiones de China por el orden de 300 mil millones de dólares en los últimos tres años. Para finales de año, el presidente Donald Trump estará en Argentina con motivo de la Cumbre del G-20, de allí estaría haciendo una visita a Colombia, la cual ya lo anunció y voceros políticos del vecino país estiman que esta visita sea el 2 de diciembre de este año, ya que la cumbre de líderes es entre el 30 de noviembre y el 1° de diciembre.
Los inversores de alto riesgo buscan títulos de deuda en una situación de Venezuela de impago, tal como ocurrió con los llamados “fondos buitres” de la deuda argentina al comprar los bonos a precios muy bajos, con la meta de obtener ganancias gigantescas cuando los títulos suben si se producen eventos que confirman el cambio de la situación actual, pero esto no está ocurriendo actualmente con Venezuela.
@alexvallenilla