Andrew Gillum, nacido para hacer historia

político estadounidense que se ha desempeñado como alcalde de Tallahassee, Florida. Foto: Cortesía.

Por Gustavo Azócar Alcalá

 

Las cosas no marchan muy bien para Donald Trump. El presidente de Estados Unidos enfrentará el próximo 6 de noviembre su primera batalla electoral desde que llegó a la Casa Blanca en enero de 2017. Y de acuerdo con casi todas las encuestas, Trump va a perder la mayoría en la Cámara de Representantes y un importante número de escaños en el senado.

Pero eso no es todo. Trump está a punto de perder un bastión electoral de los republicanos. El estado de Florida, una de las regiones electoralmente más importantes, controlada por los republicanos desde 1999, podría ser gobernada por primera vez por un afroamericano: Andrew Gillum, un demócrata progresista quien lidera las intenciones de voto en la elección a gobernador de Florida, con cuatro puntos de ventaja sobre Ron DeSantis, el candidato republicano respaldado por el presidente.

Trump sabe que perderá la gobernación de la Florida. Eso es lo que explica el despiadado ataque que ha iniciado contra Gillum, quien se desempeña como Alcalde de Tallahassee, capital de Florida, desde 2014. El equipo de campaña de DeSantis, utilizando las mismas técnicas de ataque de Trump, ha dicho que Gillum es un socialista y ha puesto a correr el rumor que si llega a la gobernación convertirá a Florida en una segunda Venezuela.

Es la cosa más ridícula que he escuchado en toda mi vida. Quienes dicen eso definitivamente no conocen a Venezuela. El problema de Venezuela no tiene nada que ver con el socialismo. De hecho, en Venezuela no hay un Gobierno socialista ni nada que se le parezca. En Venezuela lo que hay es una banda de delincuentes, narcotraficantes y militares corruptos que se cogieron el poder luego de dar un golpe de estado en 1992. Esos delincuentes que mal gobiernan a mi país no son socialistas: Son asesinos, ladrones, lavadores de dinero y traficantes de cocaína que se esconden detrás de una supuesta ideología de izquierda para cometer sus fechorías.

Andrew Gillum «es un demócrata liberal en el sentido clásico, de los que defienden un estado activo para corregir males sociales», ha dicho Eduardo Gamarra, politólogo de la Universidad Internacional de Florida. No me imagino a Gillum expropiando empresas, interviniendo fincas, cerrando negocios, metiendo a periodistas en la cárcel, traficando drogas y lavando dinero. Eso es lo que hacen quienes ostentan el poder en Venezuela. Y eso no es socialismo.

No conozco personalmente a Andrew Gillum. Me habría gustado conocerlo. Si viviera en Florida, con seguridad estaría apoyando su campaña electoral. No podré hacerlo, entre otras cosas,  porque hace más de un año, la administración de Donald Trump decidió retirarme la visa americana que tuve durante más de 20 años y que me permitió estudiar y obtener una Maestría en The George Washington University en 2013.  Tal vez eso es lo que Ron De Santis quería  decir cuando le habló a su hija en un spot televisivo (construye una pared).  El candidato republicano quiso hacerle creer a su hija que cualquier persona que llega a EEUU desde el extranjero no es una persona buena.
A algunos republicanos, quizá le molesta el origen humilde de Andrew Gillum, quien nació en una familia pobre de Miami.  El actual alcalde de Tallahassee es hijo de una conductora de autobús y de un obrero de la construcción.  Es el único candidato a gobernador que no es millonario. Pero es que ¿Acaso eso ya es un delito o un impedimento para ser gobernador?

 

La campaña de Gillum es progresista. Su programa de Gobierno fue diseñado pensando en los trabajadores, la mayoría de los cuales están hartos de recibir salarios muy bajos que no permiten vivir y que no alcanzan para pagar un seguro médico. Algunos republicanos acusan a Gillum de ser socialista. Pero Gillum no es socialista. Es progresista, que es diferente. Si en Venezuela tuviésemos un Gobierno progresista la historia sería otra. Pero en Venezuela no hay socialismo. Hay algo mucho peor: Militarismo con populismo, con narcotráfico, lavado de dinero y crimen organizado.

Miles de venezolanos profesionales, decentes y honestos que huyeron de Venezuela no pudieron entrar a EE. UU. por no tener visa. Pero en Florida hay decenas de boliburgueses y revolucionarios que se lucraron con el régimen asesino de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, disfrutando sus dineros malhabidos. Los republicanos han atacado muy duro a Nicolás Maduro, el dictador de Venezuela, pero poco han hecho con los boliburgueses que se robaron dinero de todos los venezolanos y viven actualmente en Florida. Esa debe ser una tarea que ha de ejecutar Andrew Gillum.

Luchar por los derechos de las personas no es ser socialista. Eso es ser justo. Florida tiene uno de los peores salarios de la unión americana. En Florida se explota a la gente. Sobre todo a los indocumentados, que actualmente son millones, muchos de ellos de Venezuela, de donde salieron huyendo de una dictadura militar apoyada por los hermanos Castro, pero también por Vladimir Putin, el hombre que ayudó a Donald Trump a ganar la presidencia en 2016.

Una encuesta de la Universidad del Norte de Florida, UNF, difundida hace algunos días, señala que Gillum, un afroamericano de 39 años, alcalde de Tallahassee y respaldado por el partido Demócrata, cuenta con un 47 % de apoyo de los votantes potenciales de Florida, frente a un 43 % del abogado de la Armada de 40 años, ex soldado en Irak y ex integrante de la Cámara de Representantes, Ron Desantis.

El 10 % de los potenciales votantes aún no sabe por quién votará en las elecciones a la Gobernación que se celebrarán el 6 de noviembre, junto a las legislativas de mitad de mandato presidencial. Según el sondeo de UNF, Gillum cuenta con el respaldo de un 85 % de los potenciales votantes demócratas, pero también con el del 11 % de los republicanos.

He leído y escuchado, desde Venezuela, casi todos los discursos de Andrew Gillum. No son los discursos de un socialista. Mucho menos de un comunista. No sé de dónde carajos sacó Trump y DeSantis que Gillum es  “un socialista fallido”.

Lo más probable es que lo están diciendo para intentar ganarle algunos puntos a DeSantis y a otros candidatos republicanos. Es la misma estrategia que han usado para atacar al Senador moderado e independiente Bill Nelson que fue reconocido por la comunidad venezolana por su apoyo a la democracia y que ha pedido medidas más fuertes en contra de Maduro.

Pero para los que conocemos la verdadera situación de Venezuela, ese discurso no va a funcionar. Andrew Gillum representa un cambio histórico para Florida. El Partido Demócrata no gobierna ese estado desde 1999. Cuando veo a Gillum por televisión, o a través de las redes sociales, veo en él algunos rasgos de otros tantos afroamericanos que nacieron para hacer historia. Gillum me recuerda a Muhamad Alí y a Jackie Robinson. Fue nominado a ser el primer candidato para Gobernador de la Florida el mismo día del discurso “Tengo Un Sueño” de Martin Luther King.  Pero también me recuerda a Ruby Nell Bridges Hall, nacida el 8 de septiembre de 1954 en Tylertown, Mississippi, la primera niña afroamericana en asistir a una escuela de “blancos” en 1960. Ruby produjo una ruptura histórica. Algo parecido ocurrirá cuando Gillum llegue a la gobernación de Florida.

 

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