Veintiséis familias dieron su doloroso testimonio para que la periodista venezolana Carleth Morales Senges pudiera reconstruir los 122 días más cruentos de la historia reciente de Venezuela y redactar un amplio documento de 300 páginas, con la rigurosidad de una investigación y la sensibilidad de quien es empática hasta los tuétanos. Por esta razón hemos querido tomarnos hoy «Un café con… Carleth Morales», autora de «26 crímenes y una crónica. Quién mató a la resistencia en Venezuela».
“El elemento humano prevalece sobre cualquier trabajo periodístico”, asegura, con la fortaleza de quien sabe cuál es su papel en la historia. “Yo, cuando tuve la idea de hacer este trabajo, que me lo planteé realmente como un reportaje extenso que acabó siendo un libro porque no tenía otro soporte de impresión, lo hice para poder dejar una memoria de lo que sucedió entre abril y julio de 2017 y quién mató a esos muchachos. Yo partí de esa pregunta que me hice como periodista, como madre y como venezolana, yo quería saber realmente qué había pasado allí y para poder saber lo que había pasado, hice un trabajo en paralelo con todos los datos -incluso con horas- de lo que sucedió y luego también con la memoria, a través de las entrevistas a los familiares, para saber quiénes eran esos muchachos, por qué habían salido a manifestar y así poder dejar plasmados esos sueños truncados y esas vidas que Venezuela perdió cuando perdió a estos jóvenes”, asegura la periodista y autora de este trabajo perfectamente documentado pero, sobre todo, dolorosamente construido a partir de madres, padres, hermanos y familiares que llorarán a sus muchachos hasta su último respiro.
“Lo más duro ha sido y sigue siendo acompañar a estos familiares, aquí el elemento humano prevalece sobre cualquier trabajo periodístico”
Precisamente, motivada por ese dolor de las familias y por el vacío que siempre tendrán en sus vidas, Carleth Morales sintió la necesidad de contar esta historia desde ese lugar que es transversal a todos, independientemente de gentilicios o profesiones: el lado humano. “Hubo 158 fallecidos durante las protestas de 2017 y eso está documentado tanto por los organismos oficiales como por las estadísticas extraoficiales, por lo que hacer una crónica de 122 días de lo que sucedió cada día, cada hora, es muy sencillo, cualquier persona que tenga tiempo y que tenga buena pluma, puede sentarse y documentar lo que sucedió. Aquí lo duro fue dar con los familiares -por una cuestión de tiempo y de logística-, entrevistar a una madre que llora contigo, que te cuenta cuáles eran los sueños de su hijo (…), a un padre, a un hermano que ha perdido un ser que jamás va a recuperar. De modo que sí, hay que dejar testimonio de cómo sucedieron los hechos para que no se tergiverse la historia, pero eso lo puede hacer cualquiera, lo más duro ha sido y sigue siendo acompañar a estos familiares, aquí el elemento humano prevalece sobre cualquier trabajo periodístico”, ha enfatizado Morales.
Y es que para esta periodista radicada en Madrid y que sus conocidos más cercanos describen como “una ONG ambulante” por su constante disposición a ayudar a sus compatriotas y a cualquiera que necesite una mano amiga, en efecto, el entrevistar a los familiares de las víctimas mortales del 2017 fue solo el inicio de una relación que permanece. “Yo no solamente entrevisté a estos familiares, sino que los sigo acompañando. Yo viajé con el señor Pernalete a Ginebra para acompañarlo a que introdujera una denuncia por la violación de los DDHH en el caso de su hijo. Yo acompaño al señor Fabian Urbina cada vez que va a una audiencia y la difieren. Yo acompaño a la mamá de Neomar ahora que sabemos que está embarazada y va a traer una nueva vida a Venezuela. Yo acompaño a la hermana de Ángelo Quintero cuando me cuenta que ya le nació una hija, luego de Ángelo había perdido la vida. Entonces, ese acompañamiento es lo que marca la diferencia en este libro, el elemento humano no puede compararse con ninguna investigación porque es muy difícil entrevistar a un familiar y seguirle acompañando, eso es muy duro», apunta.
«Somos responsables de no olvidarlos»
La responsabilidad no es lo mismo que la culpa. Ni se escriben iguales. Los culpables serán juzgados y condenados por la justicia -nacional, cuando la haya, o internacional, si es necesario- pero los responsables de que lo que ha pasado permanezca en la memoria de todo el país, somos cada uno de los venezolanos. Y así lo ha expresado, enfática, la autora. “Somos responsables de no olvidarlos. No somos jueces, ni abogados, en nuestras manos no está condenar a los responsables directos e incluso indirectos de estas muertes. Por eso yo siempre comienzo leyendo estos nombres, porque es posible que en la vida no nos dé tiempo para recordar cada uno de los sueños que tenían estos jóvenes, pero por lo menos los nombres sí tenemos la responsabilidad de recordarlos, porque cuando nos encontremos con los padres, tenemos la responsabilidad de mirarle a los ojos, decirle el nombre de su hijo y darle un abrazo. Entonces, nosotros como sociedad tenemos esa responsabilidad”, apuntó.
Pero no solo tenemos una responsabilidad para con nuestra propia sociedad y las generaciones futuras, sino también con la Comunidad Internacional. “Cada vez que yo presento este libro ante un organismo internacional, ante una personalidad reconocida que lee estas historias, los familiares lo agradecen y no sabes cuánto, porque saben que la voz y la lucha de sus hijos están vivas a través de estas páginas, así que este libro seguirá su recorrido, yo siempre lo digo, a donde él me lleve yo iré y a donde yo vaya con este libro irán también estas historias”, expresó la periodista que ya lo ha llevado a diferentes instituciones como el Alto Comisionado para los DDHH de la ONU, el Parlamento Europeo, el Congreso de los Diputados en España y el Senado español.
Cuando le hemos pedido a Carleth un mensaje para los venezolanos ha sido muy concreta: “Para responderte eso, voy a leer la dedicatoria del libro: A Cecilia y Carolina. A Santiago, Estefanía y Carlos. A todos los hijos y sobrinos de Venezuela, para que nunca olviden. Ellos son mis hijos y mis sobrinos; estos niños no votaron, fuimos nosotros (…) Es un mensaje de esperanza, un mensaje de que hay que luchar por dejarle a estos niños un país libre porque se lo merecen”.
De venta en España
Durante sus cinco siglos de existencia, los adoquines del madrileño barrio de las Letras han sido pisados por plumas majestuosas como las de Calderón de la Barca, Lope de Vega o Jacinto Benavente. Y la tarde del pasado 27 de septiembre, también por Carleth Morales Senges, quien ha puesto a la venta este invaluable documento en una acogedora librería llamada «La Sombra», pero -paradójicamente- con la plena consciencia de que este libro busca ser luz para los familiares de los asesinados y también para las generaciones futuras, para que nunca olvidemos, como sociedad, este terrible episodio de nuestra historia contemporánea, ni tampoco los nombres de quienes soñaron con una Venezuela libre y democrática y sus vidas le fueron arrebatadas vilmente en dictadura.
“El libro está en las principales librerías en Venezuela, gracias al editor Sergio Dahbar y a su Editorial Dahbar, que es una de las más importantes y que se atreve con estos temas en Venezuela, sabiendo cómo está la situación de la libertad de expresión en nuestro país. Nos pasan tantas cosas a los venezolanos, que no podemos recopilarlas todas y por eso era muy importante que los venezolanos, dentro de Venezuela, tuvieran acceso a la crónica detallada de esos 122 días. ¿Cómo hacemos para llegar a los que están afuera? A través de Amazon (…) Nosotros vamos cubriendo la demanda: nos pedían que estuviera en España y ya está. Ahora nos están pidiendo en Panamá, Colombia, Chile y bueno, ya llegará”, ha adelantado la autora.
Los beneficios del libro
Durante el encuentro, el periodista David Placer («Los brujos de Chávez«) recordó lo que la autora y el editor habían dejado a un lado. «Ellos no lo dicen, pero yo tengo que decirlo, porque a los escritores se nos acusa de pretender lucrarnos con los libros ¡imagínense! pero en este caso, quiero recordar que los beneficios de «26 crímenes y una crónica. Quién mató a la resistencia en Venezuela» será donados a las familias de las víctimas, porque son ellos quienes más lo necesitan», aseguró el periodista y escritor.
“Soy periodista, soy mamá, soy venezolana”
Da igual cuántos años tenga ella yendo y viniendo o cuántos años lleve ya instalada en Madrid. Carleth Morales Senges habla venezolano, siente venezolano y actúa venezolano. Su esposo es español y su hija pequeña es española, de esas que habla con la Z, pero que se sabe también venezolana. “Soy periodista, soy mamá, soy venezolana. Y también soy presidenta de la Asociación de Periodistas venezolanos en España, Venezuelan Press, pero eso lo hago de corazón, por responsabilidad, por cariño, porque siento que es necesaria la unión de los gremios”, dice -humildemente- cuando le preguntamos cómo se define.
Sobre el exilio ha dicho que espera “que Dios me de vida para ver a mi país recuperarse y yo poder formar parte de esa recuperación” y que mientras tanto, trabaja por el país que la ha dado grandes oportunidades. “Tenemos una doble responsabilidad: contribuir con la sociedad que te está acogiendo y demostrar que Venezuela es un país maravilloso que tiene una gente muy preparada, muy honesta y honrada”.
Dejando huella…
También le hemos preguntado cuál es la huella que quisiera dejar en este mundo: “El trabajo que uno hace es la huella que uno va dejando. Haber podido entrar en los corazones y en la mente de quienes estuvieron conmigo en este recorrido por la vida, que puedan recordarme como una buena persona”, cosa que sin duda ya hacen 26 familias que le agradecerán por siempre haber salido de las estadísticas, la política e incluso las opiniones, para centrarse en los sueños truncados, la pasión y los sentimientos de quienes ya no podrán sentir jamás la esperanza de una Venezuela libre.