Por: Lorena Arraiz Rodríguez
Madrid, 11.10.18.- La guerra interna del partido de gobierno, se ha desatado en su primer frente: La presidenta de la Comunidad de Andalucía, Susana Diaz, ha convocado elecciones anticipadas en su jurisdicción, por varias razones, pero la que las engloba a todas es la de marcar distancia del Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Andalucía “no es un peldaño para llegar a otro sitio”, así justificaba la presidenta andaluza la disolución del Parlamento y la convocatoria de elecciones del próximo 2 de diciembre.
La primera razón -y la más evidente- es que los socialistas andaluces consideran que el Ejecutivo de Sánchez supone un peligro para los intereses electorales del PSOE en Andalucía. Cada equivocación del Gobierno central acaba por dejar consecuencias nefastas en el electorado andaluz, cosa que termina afectando a Susana Díaz, más que a nadie. A ella, que siempre ha sido opositora interna del ahora presidente del Gobierno.
Por otro lado, el Parlamento de Andalucía ha creado recientemente una comisión para investigar el gasto de dinero público de la Junta en prostíbulos, un escándalo que evidentemente tiene un impacto directo en sus votantes. El principal argumento de Susana Díaz y su entorno es que ella no era responsable del partido ni del Gobierno andaluz cuando sucedieron los hechos, pero aún así la imagen es terrible. Con el adelanto, se disuelve la comisión de investigación.
Cada equivocación del Gobierno central acaba por dejar consecuencias nefastas en el electorado andaluz
Pero no solo son preocupaciones regionales las que afectan la política andaluza, también Cataluña influye -y mucho-, ya que de esto resulta fortalecido Ciudadanos (no solo en Cataluña sino a nivel nacional) y también resulta inversamente perjudicado el Ejecutivo de Pedro Sánchez.
Por otro lado, la financiación autonómica ha sido una bandera de lucha de Susana Díaz durante el Gobierno de Rajoy, pero al llegar Sánchez a La Moncloa, ha cambiado totalmente el escenario político y la presidenta andaluza se ha quedado sin modelo de financiación.
Por último, está la ruptura del pacto de gobernabilidad del PSOE con Ciudadanos, que a pesar de que corre el rumor de que esto es solo una fachada y que en el fondo siguen trabajando en conjunto, lo cierto es que el Gobierno andaluz se ha quedado sin aliado en el Parlamento para aprobar sus iniciativas legislativas y ahora tendría que gobernar con una Cámara en minoría -que, por cierto, es más holgada que la que tiene Pedro Sánchez en el Congreso-.