Por Alfredo Michelena.
Mientras que para unos el informe de la CIA deja clara la responsabilidad del príncipe saudí Mohammed bin Salman (MDS), en el asesinato de Jamal Khashogg, para otros no. Uno de los que no se convenció, fue Donadl Trump.
Ya se tiene por cierto que el periodista saudí, Jamal Khashoggi, fue asesinado, el 2 de octubre, en el consulado de su país, en Estambul, Turquía, cuando fue a buscar documentos que le permitirían contraer matrimonio con su prometida. Inicialmente su gobierno negó que hubiera sido asesinado, para luego aceptarlo. El punto ahora es determinar si el príncipe heredero MDS, habría sido responsable de tan cruel asesinato.
Un plan macabro
Khashoggi ya había ido al consulado a buscar los documentos que le permitirían casarse con Hatice Cengiz, una investigadora y estudiante de PhD en la Universidad de Estambul. Se le dijo que volviera la semana siguiente para obtener el documento que certificaría su estatus de divorciado, para poder contraer matrimonio.
Esto dio tiempo para que 15 personas viajaran a Estambul y prepararan el terrible acto. En la mañana del 2 de octubre esas personas fueron llegando al consulado y se les da libre el día a los empleados de la dependencia saudí. A los 11:50 a.m. se llama a Khashoggi y se le informa que ya sus documentos están listos, que debe pasar a recogerlos. Pero antes habían quitado los discos duros de las cámaras de vigilancia interna del consulado. Un poco después de la una de la tarde Khashoggi entraría a la dependencia saudí para no ser visto nunca más.
Ese mismo día uno de los 15 individuos de la comitiva macabra, con mucho parecido al periodista, residenciado en EE.UU. y que escribía para el Washington Post, salió vestido con las ropas del asesinado para tratar de despistar a las autoridades turcas. Estas, avisadas por la novia de Khashoggi que esperaba impaciente en las afueras del consulado, comenzaron a investigar el hecho.
Ante la ausencia del periodista saudí, su gobierno primero negó que algo hubiera pasado. Pero luego por la presión internacional y los datos que fueron revelando las autoridades turcas, incluyendo al presidente turco Recep Erdogan, tuvieron que aceptar que el hombre fue asesinado. Primero dijeron que fue un accidente, pero los datos revelan que fue más que eso. El 15 de octubre se permite finalmente la investigación del consulado por parte del gobierno turco.
La muerte
Hay varias versiones de su asesinato. Una inicial, presentada por Arabia Saudita, es que fue asesinado en una pelea a puñetazos en el consulado en Estambul. Otra versión de la fiscalía saudí es que una banda renegada de agentes enviados a Estambul para que llevaran a Khashoggi de regreso a Arabia Saudita, le aplicaron un droga que le causó la muerte. Pero la fiscalía turca afirmó otra cosa: “La victima fue estrangulada y muerta al momento de su entrada en el consulado” y posteriormente “desmembrado”. Para el Wall Street Journal, a la víctima “la descuartizaron en siete minutos mientras sus asesinos escuchaban música”. Según el periodista del Al Jazeera, Abdel Azim Mohamed, fue descuartizado vivo pero sedado, mientras escuchaban música en el consulado. El periódico turco Yeni Safak, con base a una grabación que dice poseer, también ha informado que la víctima primero fue torturada y luego se le decapitó.
En realidad uno de los 15 saudíes que llegaron al consulado era un médico forense. Se trata de Salah Mohamed Tubaiqi, quien habría llegado con una sierra en el equipaje. Tubaiqi dejó Turquía ese mismo día. La prensa también ha especulado que el cadáver fue disuelto en ácidos y partes de él sacados del país en valija diplomática.
Los culpables
Finalmente el gobierno saudí al aceptar su responsabilidad en el asesinato, presentó una narrativa que explicaba los hechos con base a un grupo renegado que actuó por su cuenta. Y se disculpó diciendo que había sido un «tremendo error» y procedió a actuar en contra de los responsables del «asesinato». Aunque el propio príncipe había dicho en privado a la Casa Blanca, que Khashoggi era un islamista peligroso.
En este sentido los saudíes anunciaron la destitución de seis altos responsables y la detención de 18 personas, pero sin ofrecer nombres. No se sabe si son los 15 detectados por los turcos y menos quienes son los otros tres. Solo se conoce que fueron destituidas dos personas cercanas al príncipe, Saud al Qahtani, consejero real, y el general Ahmed al Assiri, número dos de los servicios secretos quien habría estado a cargo de la operación.
¿Esta el príncipe involucrado?
Una vez que el reino de Arabia Saudita aceptó que su gente había sido la causante de asesinato del periodista, quien había sido parte del entorno de la corona, pero que había cambiado buscando mayores libertades para su país y se convirtió en su crítico, comenzó a hacerse más fuerte la acusación directa al hijo del rey, el príncipe heredero.
Fuentes bien informadas señalan que ha sido el príncipe quien ha cambiado la política internacional del reino hacia una más agresiva, llevando a cabo operaciones en el exterior entre ellas se habla de “asesinatos, operaciones encubiertas y campañas militares como la guerra en Yemen, supervisada por el Príncipe Mohammed”, según revela el New York Times.
Se sabe es que el mayor general Maher Mutreb, un miembro del equipo de seguridad del príncipe heredero, hizo varias llamada a Ryad. En especial una por la cual se comunicó con el consejero Saud al-Qahtani, para informarle que se había completado la operación. En una las grabaciones que fueron compartidas con las diversas agencias de inteligencia, se escucha a Mutreb decir “dile a tu jefe que la cosa está hecha”. Y todos asumen que ese jefe sería el príncipe.
La prensa turca, en particular el portal web Middle East Eye reproduce lo que le dijo una de sus fuentes: “Sabemos cuándo llegaron los equipos, de qué conversaron con el cónsul general, cómo se prepararon, de qué forma se dividieron en varios equipos y qué misión tenía cada equipo”, y concluye que autoridades saudíes de alto rango estaban al tanto de la “sofisticada” operación para asesinar a Khashoggi.
El amor y el interés….
Trump evitaba pronunciarse sobre si el príncipe estaba involucrado o no, y prefería esperar el informe de sus servicios de inteligencia. Mientras tanto, siguiendo la línea de los sauditas solamente calificó esto como “una operación encubierta que salió mal” y finalmente sancionó a 18 personas que fueron señaladas como del equipo macabro que asesinó a Khashoggi, pero lo hizo solo con suspensión de visas, aunque anunció que vendrían más medidas.
El presidente estadounidense desde el comienzo se negó a sancionar al Reino de Arabia Saudita y lo explicó muy claramente: “Han sido un aliado verdaderamente espectacular en términos de empleos y desarrollo económico”. E incluso hablo de que esas inversiones producían entre 450.000 y 600.000 puestos de trabajo.
Luego avanzó la duda en un comunicado, al aseverar “Nuestras agencias de inteligencia continúan evaluando toda la información, pero podría ser que el príncipe heredero haya tenido conocimiento de este trágico evento… quizás lo sabía, quizás no“.
Trump y la CIA
La bomba llegó con el informe de la CIA. Pero la lectura del mismo ha provocado dos posiciones: la que afirma que el informe señala que el príncipe heredero ordenó la operación y otra que lo interpreta como que hay datos circunstanciales, tales como las llamadas a Ryad y la del hermano de MDS, el Embajador en EE.UU., a Khashoggi donde le dice vaya al Consulado en Estambul y otras evidencias que lo señalan, pero que no hay ninguna prueba fehaciente de su participación directa.
En un reciente comunicado, la Casa Blanca dice: “Puede que nunca sepamos todos los detalles del asesinato de Jamal Khashoggi. En cualquier caso, nuestra relación es con Arabia Saudí. Arabia Saudita ha sido un gran aliado en nuestra importante lucha contra Irán y Estados Unidos tiene la intención de seguir siendo un socio firme de ella». E insiste en el factor económico: «La monarquía acordó gastar e invertir 450.000 millones de dólares en EE.UU. Es una cantidad récord». «Creará miles de empleos y un tremendo desarrollo económico. Si cancelásemos tontamente esos contratos, Rusia y China serían los grandes beneficiados».
“Business is business”
Trump ha sido muy claro al señalar que «Si abandonamos Arabia Saudita será un error terrible». Argumenta que no iba «a destruir» la economía por Khashoggi. «Es una ecuación bastante simple para mí. Busco hacer a Estados Unidos grande de nuevo y busco que Estados Unidos sea primero». Además Arabia Saudita es el principal aliado de los EE.UU. en el Medio Oriente luego de Israel, y factor clave en su política de frente al Estado Islámico, Siria, el terrorismo islámico e Irán.
Muchos se preguntarán cómo Trump puede hacerse el desentendido ante el asesinato de Khashogg, pero hay que recordar que EE.UU. tampoco fue muy duro ni por mucho tiempo, con China después de la represión política de 1999, recordada por la matanza en la Plaza de Tiananmen. Y hoy por hoy la China sigue violando los derechos humanos de sus ciudadanos. Lo que permitió la “normalización” de esas relaciones fueron los negocios, los mismos que están produciendo la actual guerra comercial con China, y que permitirán que Trump mire hacia otro lado en este brutal asesinato.