Por Rafael Poleo
A Miami se le suele reprochar una escasa oferta cultural. Más exacto sería reclamarle mayor difusión de una oferta que en realidad existe en esta ciudad por donde pasan y donde actúan figuras de primera línea en el mundo de la música, como el increíble pianista Francesco Libetta, quien la semana pasada se presentó en el Festival Internacional de Piano de Key Biscayne.
Calificar de increíble a Libetta no es sino aceptar la opinión de críticos consagrados que le califican como “el pianista de lo imposible” (Bruno Monsaingeon). Imposibles antes de que Libetta las consumara fueron proezas como ejecutar con sólo su mano izquierda el Revolutionary Opus 10 n.12 de Chopin-Godowsky. Esto fue lo que el fenomenal italiano hizo como primer bis en una velada que por un par de horas colocó el espacio musical de Key Biscayne a la altura de los más importantes del mundo. Esta calificación viene reforzada por tantas otras como la de Harold Schonberg, quien a Libetta le llama “maestro de cada período y estilo”, definiendo que “es el mejor representante de un moderno estilo (…) el cual acepta la virtuosidad no como caminando sobre una cuerda tirante sino como una especie de liberalismo donde el significado musical es más importante que el toque muerto del trabajo de los dedos”.
El programa había incluido las Cinco Danzas Españolas Op 24 de Moscheles, la Wanderer Fantasie de Schubert, la Rapsodia Húngara Nº 6 de Liszt, los waltzes Op 64 números 1,2, y 3 de Chopin y la Sonata Nº 14 Op 27 Nº 2 (Sonata Claro de Luna) de Beethoven. Todo en ejecuciones que acreditaron expresiones tan entusiastas como la de Paolo Isotta, crítico del “Corriere de la Sera”, quien en el diario milanés llegó a preguntarse: “¿Qué otro artista de su generación, no sólo en Italia, puede comparársele?”.
Estas veladas que ennoblecen la Crossbridge Church de Key Biscayne vienen enriquecidas por los amenos y enjundiosos comentarios del profesor Frank Cooper, de la Frost School of Music de la Universidad de Miami, interesantes lo mismo para legos que para iniciados. Las presentaciones están a cargo de la eficaz coordinadora del Festival, Amarylli Fridegotto, pianista ella misma de primera línea, una venezolana de Maracay que alcanzó prestigio global antes de radicarse en Key Biscayne y convertirse en propulsora de estos eventos financiados por personalidades e instituciones locales amantes de la música. La próxima presentación de este festival será el belga Julien Libeer, programada para el 18 de enero próximo. Luego vendrán el francés David Kadouch (15 de febrero), el español Josu de Solaun (22 de marzo), el israelí Amir Katz a dos pianos con nuestro comentado Francesco Libetta (12 de abril), el belga Florian Noack ( 3 de mayo). Como jornada especial se presentarán dos venezolanos, el violinista Frank di Polo y el pianista Edepson González, en un evento programado para el 4 de abril. Un precioso paquete de siete recitales que pondrán Miami a la altura de cualquier gran capital de la música en el planeta.