Imagen: Cortesía / Tweeter @Codalloh_geodes

Los EE.UU. y el Esequibo

Imagen: Cortesía / Tweeter @Codalloh_geodes

Por Alfredo Michelena. Exsecretario de la Comisión Presidencial para Asuntos Fronterizos.

Un nuevo incidente acaba de suceder en nuestra fachada atlántica. Incidente que tenemos que enmarcarlo no solo en nuestra controversia con Guyana por el Esequibo, sino en la política internacional que ha desarrollado el chavismo en estos 20 años y que nos ha aislado y debilitado como país.  

No es la primera vez.

El buque Ramform Tethys, que realizaba  trabajos de exploración sísmica en nuestra plataforma continental, fue forzado a  salir por la Armada venezolana. El barco de la empresa Petroleum Geo-Services (PGS)  de Noruega, realizaba estudios por cuenta de la  petrolera norteamericana Exxon Mobil  y debió partir hacia el Este al aproximarse la nave venezolana, según informó la empresa PGS.

No es la primera vez que nuestra armada ha forzado la salida de barcos de exploración enviados por  Guyana a investigar nuestra plataforma continental. Por lo que no es un descuido, ni un desliz de los guyaneses, ni menos de la Exxon.

Recordemos que en 2013 el navío  RV Teknik Perdana, de la Anadarko Petroleum, fue escoltado fuera de nuestra plataforma continental , obligándolo a dirigirse a la Isla de Margarita, donde la tripulación fue  retenida brevemente.

El bloque Starbroek

La concesión del bloque Starbroek fue protestada por la Venezuela democrática y el chavismo lo dejó correr. Esta concesión la tienen tres compañías que son o fueron socios de Venezuela y PDVSA.  La Exxon Mobil y la Hess Corp son antiguos socios. Hess Corp ha tenido con PDVSA una refinería en St. Croix  y la Exxon fue expropiada por Chávez, lo que derivó en una reclamación internacional que ganó la Exxon. Las empresas petroleras chinas, en especial la  CNPC, son socias del régimen en varios proyectos.  Incluso en 2009 CNOOC firmó un memorándum de entendimiento con PDVSA para el bloque Boyacá 3 de la Faja del Orinoco.

En este bloque se calcula que haya entre 4.000 y 5.000 millones de barriles de petróleo. Lo que convertiría a Guyana en uno de los mayores proveedores de petróleo de Suramérica en pocos años, en especial si nuestra producción sigue cayendo.  Para 2020 se estima que Guyana esté produciendo 120.000 b/d y se elevará a 500.000 b/d para 2022 solo en el campo Liza, uno de los varios campos de esa concesión.

Los aspectos políticos

En las páginas de esta revista hemos abundado de explicaciones y reportajes sobre la historia y la realidad actual de nuestra reclamación del territorio que esquilaron los ingleses y como recurrimos a los norteamericanos para que, aplicando la doctrina Monroe, lográramos evitar que el tajo fuera más grande.  El Laudo de París de 1899, que les cedió el Esequibo a los británicos,  como sabemos estuvo viciado pues ni abogados venezolanos pudieron representarnos ni la decisión se hizo limpiamente, pues el juez ruso (y subrayo ruso) se parcializó con los ingleses y no fueron las razones jurídicas las que privaron.

EE.UU. tendió a apoyarnos en esta controversia. Tanto que los castristas, incluyendo a Chávez, siempre acusaron a la Venezuela democrática de seguir línea del imperio norteamericano en la reclamación, para desestabilizar los gobiernos socialistas de ese país.   EE.UU. asumía que la mejor salida a la controversia era la establecida en el Acuerdo de Ginebra es decir la búsqueda de “soluciones satisfactorias para el arreglo práctico de la controversia”.

Foto: Cortesía/Tweeter

Esto ha cambiado radicalmente

No es posible negar que este cambio provino en buena parte de la posición antinorteamericana que desde el comienzo impulsó e impulsa el chavismo. Tampoco se puede negar que hay una razón económica, es decir que hay un buen negocio en Guyana. Pero este negocio hubiera podido ser en Venezuela si el antiamericanismo no fuera el leitmotiv de la política internacional de la Venezuela chavista.

Hay que recordar que las empresas que están impulsando la producción de petróleo y para ser más concretos la Exxon, cuyo anterior presidente fue Canciller estadounidense – Rex Tillerson-  fue expropiada por Chávez y tomada militarmente, y estas cosas más “personales” pesan.  Al final esos pozos no solo afectan la salida atlántica de  Venezuela sino que debilitan económicamente a Venezuela.

EE.UU. ahora con Guyana

Ahora se anuncia que EE.UU. está apoyando a Guyana en su pretensión de resolver el caso en la Corte Internacional de Justicia de la Haya.  Esto se veía venir. Ya  en 2015 cuando por el decreto 1787 se crearon las nuevas Zonas Operativas de Defensa Integral Marítima e Insular (Zodimain), como respuesta a la noticia de los descubrimientos de petróleo en el bloque Starbroek , decreto que por cierto Maduro tuvo que retirar (reimprimir)   por protestas de Colombia y Guyana, el encargado de negocios de EE.UU. en Georgetown, afirmaba “Estamos con el gobierno de Guyana y la ExxonMobil mientras trabajan juntos para extraer recursos naturales de una manera responsable que protege el medio ambiente». Lo que recuerda aquella frase del  presidente de General Motors (GM), en 1955,»lo que es bueno para GM es bueno para los EEUU».   Adicionalmente, frente al Parlamento guyanés el norteamericano declaraba “La disputa debe ser resuelta pacíficamente; ambas partes deben recurrir al sistema legal internacional que existe y esperamos que cualquier resolución que se llegue finalmente esté en total conformidad con el derecho internacional».

Este cambio ha sido confirmado recientemente por el segundo de la Embajada de los EEE.UU. en Guyana, Terry Steers-González, cuando dijo que “Anteriormente, simplemente habíamos apoyado la resolución oportuna de la controversia fronteriza entre Venezuela y Guyana”.  Y agregó: “En gran medida debido al embajador Holloway, el gobierno de los EE.UU. ahora pide a todas las partes que respeten la decisión de arbitraje de 1899″.

Con respecto al incidente Robert Palladino portavoz del Departamento de Estado de los EE.UU. dejó claro en un tweet que «Guyana tiene el derecho soberano de explorar y explotar recursos en sus aguas territoriales y zona económica exclusiva”

Dice un dicho venezolano, que hace mofa de una frase bíblica: “El que a hierro mata, no puede morir a sombrerazos”.

 La respuesta

Venezuela entera, es decir el régimen y la oposición han reaccionado apoyando la acción de la Armada venezolana.

La Cancillería rojita emitió un comunicado señalando que la “Armada Bolivariana procedió a aplicar los protocolos correspondientes con estricto rigor y apego a los acuerdos y tratados internacionales». Mientras la guyanesa es muy clara al decir que esta acción no solo «viola la soberanía y la integridad territorial» de Guyana, sino que «demuestra una vez más” que Venezuela es una “ amenaza real para el su desarrollo económico”.  Como se aprecia Guyana hábilmente ha cambiado la narrativa de lo ocurrido mostrándose víctima de una acto que en realidad ellos permitieron. Con esto, si se puede hilar muy fino, se ejerce más presión sobre un tribunal que ahora tiene pruebas de que este diferendo pudiera terminar con hostilidades militares.

Que el Caricom apoye a Guyana es esperable. Que lo hagan con tanta contundencia es lo que no se entiende, luego de haber disfrutado de una política de apoyo económico como ha sido Petrocaribe y otras grandes inversiones venezolanas hechas en el Caribe. El régimen apenas ha logrado evitar que se le aplique la carta Democrática de la OEA, pero no aguantó  la presión y tuvo que abandonar ese barco.  Que los Chinos estén metidos en el negocio mientras se muestran aliados al régimen, muestra el poco respeto que tienen por nuestra patria así como el poco talante patriótico tiene el régimen al aceptar que un socio termine sacando provecho económico de un despojo territorial que se está haciendo a Venezuela.

Se habla mucho de la alianza ruso-china con la Venezuela chavista, pero en este caso China está con Guyana y Rusia se hace la loca. Y no harán contrapeso.

Por eso es más grave haber perdido a los EE.UU. como un aliado en esta controversia. Y esta pérdida marcará un cambio fundamental en la soberanía territorial de nuestra patria.