Fundamento y colapso

People march with Venezuelan flags outside barracks of the Bolivarian National Guard (GNB) to protest after more at least 28 Venezuelans died during a shipwreck trying to migrate to Trinidad and Tobago, in Guiria, Venezuela, on December 17, 2020. - Between 2018 and 2019 around 100 people disappeared while trying to make the perilous 100-kilometer (60-mile) journey from the northeastern port of Guiria to Trinidad. (Photo by YURI CORTEZ / AFP) (Photo by YURI CORTEZ/AFP via Getty Images)

Por FERNANDO LUIS EGAÑA

En la dinámica política lo que no tiene un fundamento estimable, termina en el colapso. El fundamento estimable de la hegemonía, durante el siglo XXI, ha sido la combinación de bonanza petrolera con un proyecto de dominación despótica, disfrazado con algunos ropajes democráticos.


La hegemonía, sustentada en la represión y la depredación, no ha colapsado. Lo que sí ha colapsado es la República, el Estado institucional, la democracia social, la economía productiva y todo lo necesario para el desarrollo integral del país. Incluyendo, en primer lugar, a la educación, los servicios de salud, y demás servicios públicos. 


A primera vista parece una paradoja. Pero no lo es: depaupera e impera, no se inventó en Venezuela. Pero lo fundamental no es eso. No. Es que buena parte de los llamados a representar a esa nación que sobrevive en catástrofe humanitaria, comparten de buena o mala fe, el fundamento estimable de la hegemonía en cuanto al disfraz con algunos ropajes democráticos. 


La fuerza de ese fundamento o premisa está en que los «opositores» la asuman, con todas las críticas farisaicas que quieran, pero que la asuman y traten de desenvolverse en sus coordenadas. Resultado: el colapso de la oposición política, acaso ya tan rechazada como Maduro y los suyos.


No me refiero exclusivamente a los «alacranes», cuyo descaro es notorio. Hay gente respetable que insiste en asumir la referida premisa, así como también sobran los aprovechadores, de vieja y nueva data.


¿Qué hacer? Sustentar la lucha por la causa democrática en sus propios fundamentos estimables. No seguir jugando el juego de la hegemonía. Las farsas con retórica seudo-democrática, que tanto agradan a los señores Borrell de todas partes. 


¿Y cuáles son esos fundamentos o premisas propias? La articulación de la protesta social en el cauce del cambio político efectivo. Las opciones y exigencias constitucionales para el restablecimiento de los derechos de los venezolanos…


Se dice fácil, lo sé. Pero la alternativa es el colapso. Y es un deber patriótico que ello no sea así.

Las opiniones publicadas en Zeta son responsabilidad absoluta de su autor.

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