Gobierno de Trinidad y Tobago debe ser condenado mundialmente


*** El autor responsabiliza al régimen de Nicolás Maduro de las muertes de tres niños migrantes en lo que va de año, todos intentando cruzar fronteras extranjeras al escapar de Venezuela.

La emergencia humanitaria compleja y prolongada que vive Venezuela, ocasionada por el dictador Nicolas Maduro, es un reto para el mundo.

Más de 6.000.000 de compatriotas son migrantes, refugiados y solicitantes en el mundo entero.
Las consecuencias cada día son peores para la familia venezolana. Tres niños migrantes venezolanos murieron en lo que va de este año cuando intentaban cruzar juntos con sus madres alguna frontera. Victoria Lujo, de 7 años, murió en la frontera de México y los Estados Unidos el 18 de enero. Keller Eduardo Vargas, de 2 años, murió el 20 de enero en el paso entre Perú, Bolivia y Chile. Una bebé de 1 año murió en aguas de Trinidad y Tobago, abaleada por la Guardia Costera trinitense.

La pérdida de estas vidas son responsabilidad del régimen acusado de cometer crímenes de lesa humanidad, el de Nicolás Maduro, que nada dice al respecto sino que prefiere saltar su sombra antes de asumir una postura humanitaria, de estadista. Su alma oficial es la que prevalece. Su alma privada no existe dado que los venezolanos huyen de su dictadura por razones económicas, políticas y sociales hacia otra lares para buscar oportunidades de vida.

Es inaceptable este asesinato de la Guardia Costera de Trinidad. ¿Ahora le caen a tiros a los migrantes venezolanos? ¿Se olvidan los gobernantes de la isla que en Venezuela les abrimos las puertas cuando pasaban serias necesidades? Hasta en Mérida vi trinitenses trabajando y nunca fueron estigmatizados.

El origen de esta tragedia es la dictadura de Maduro. Basta de naufragios, desaparecidos o de tiros contra los venezolanos. No lo merecemos. Por eso es importante proyectar una unidad opositora que implemente un plan de acción nacional e internacional sostenido, que nos permita lograr elecciones presidenciales y parlamentarias libres lo antes posible. La gente no espera más, el pueblo sufre.

Los casos de los menores fallecidos deben tener un repudio internacional contundente y aleccionador.
La OEA, la ONU y hasta el Vaticano deben repudiar este hecho mortal en Trinidad y Tobago contra migrantes venezolanos que deben ser tratados como refugiados.

Ahora más que nunca a seguir en la lucha.

Las opiniones publicadas en Zeta son responsabilidad absoluta de su autor.

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