*** La invasión de Ucrania por parte de Rusia ha cambiado la opinión pública finlandesa, que siempre ha sido contraria a entrar en la OTAN y salir de su posición de neutralidad.
Por José Piñeiro
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo estar satisfecho luego que la primera ministra finlandesa Sanna Marin y el presidente del país Sauli Niinistö se manifestaran a favor de la entrada de ese país en la organización militar.
Stoltenberg agregó que el país nórdico, que comparte más de 1.300 kilómetros de frontera con Rusia, será recibido “calurosamente en la OTAN y su proceso de acceso será fluido y rápido”.
El anuncio de Marin y Niinistö no ha sido una sorpresa pues la opinión pública finlandesa, tradicionalmente contraria a entrar en la OTAN y salir de su tradicional posición de neutralidad, ha cambiado ante la invasión de Ucrania por Rusia. La amenaza rusa ha empujado este viraje. Y los líderes políticos del país también han seguido esta corriente. Sus declaraciones en los últimos meses dejaban ver con nitidez que estaban dispuestos a dar el paso. Y, por último, la OTAN les ha acompañado y animado en este cambio.
La prueba del aliento de la OTAN a este movimiento en las alianzas geopolíticas actuales -impulsado por la guerra- no se queda en la “cálida acogida” declarada este jueves por Stoltenberg. Ya hace semanas señaló que la organización que coordina está dispuesta a estudiar mecanismos de protección para Suecia y Finlandia, si finalmente dan el paso de pedir la adhesión, para el tiempo entre la petición y el ingreso, cuando ya estarían bajo el paraguas del famoso artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte, el documento fundacional que en ese punto asegura que una agresión a uno de los miembros de la OTAN implica la reacción de todos para defenderlo.
Ultimamente algunos dirigentes han visitado Estocolmo y Helsinski como es el caso del primer ministro británico, Boris Johnson, quien ha firmado acuerdos de asistencia mutua en caso de guerra o catástrofe militar. La declaración de Johnson en Finlandia al firmar este pacto ligó con claridad este paso a la guerra: “La invasión rusa de Ucrania ha cambiado la ecuación de la seguridad europea”.
Unos días antes, había sido el canciller alemán, Olaf Scholz, tras reunirse en Berlín con las primeras ministras de Suecia, Magdalena Andersson, y de Finlandia, Sanna Marin, quien se expresó en términos parecidos, especialmente sobre su respaldo a la entrada de ambos países en la Alianza. Al acabar ese encuentro, Marin fue clarísima sobre por qué estaba dispuesta a dar este paso: “El ataque ruso ha cambiado completamente el escenario de seguridad. No hay marcha atrás”.
Como ha ratificado este jueves Stoltenberg, el proceso de adhesión de Suecia y Finlandia a la Alianza puede ser rápido porque muchas de las exigencias que se reclaman a quienes solicitan desde hace tiempo la entrada -como Georgia- ya las cumplen. El propio secretario general de la OTAN indicó anteriormente que ambos países nórdicos tienen acreditada desde hace mucho tiempo sus normas democráticas y de Estado de derecho, uno de los requisitos.
En el ámbito militar, las Fuerzas Armadas de Finlandia, por ejemplo, tienen muy engrasada su capacidad operativa con las de los miembros de la Alianza. Sus tropas participan regularmente en maniobras militares y el armamento del que dispone es compatible con el utilizado en la organización. “Podrían integrarse con facilidad en la organización si deciden dar el paso”, señaló el máximo mandatario de la OTAN antes del comunicado de este jueves.