*** El ex vicepresidente colombiano y periodista analiza los tres escenarios que considera posibles en la segunda vuelta de las presidenciales de su país.
Por Francisco Santos
Hay gran preocupación, y con razón, por el resultado de las elecciones en Colombia del próximo domingo. Sin embargo, al correr diversos escenarios electorales con todo tipo de castigos el resultado es el mismo, Gustavo Petro sube su votación pero no le alcanza.
El partido anti Petro que él mismo creó con su populismo descarado, con su política y discurso de odio sigue hoy más fuerte que nunca y le pone un techo que de todas maneras lo deja como opción de poder para dentro de 4 años. Es más, luego de los terribles videos publicados el pasado fin de semana donde de manera descarada el equipo de campaña con su aprobación traza toda una estrategia de falsedades, algunas con acento criminal, para destruir a los candidatos que se le opusieran, reforzaron ese sentimiento que hay hoy en Colombia en contra de Gustavo Petro, el supuesto candidato del cambio hoy aliado con la peor escoria política de mi país.
Pero veamos los escenarios que aquí explicaré para poder darle un respiro a los lectores preocupados con la democracia colombiana.
En la primera vuelta Petro sacó 8.5 millones de votos, Hernandez 6 millones, Fico 5 millones, Fajardo 880 mil, John Milton Rodríguez (voto cristiano) 274 mil, Enrique Gómez (derecha) 50 mil y el voto en blanco 366 mil.
El primer escenario, que es improbable, pues deja el voto en blanco igual y la verdad ha subido por un esfuerzo importante de la campaña de Petro tiene tres supuestos. Que el 50 por ciento de los votos de Fajardo se trasladan a Hernández lo que es improbable. Que el 85 por ciento de los votos de Fico se van donde Hernández al igual que el resto de votos, lo que es muy probable. Y Petro aumenta su caudal con el resto de votos de Fajardo y unas alianzas políticas un tanto macabras que ha hecho hasta ahora. El resultado sería Petro 9.7 millones de votos 47.08 por ciento, Hernández 10.9 millones 52.92 por ciento y el voto en blanco 366 mil votos.
El segundo escenario tiene como supuestos que Petro se lleva el 8 por ciento de los votos de Fico, el 39 de Fajardo y el 11 de los otros y Hernández se mantiene con el 85 de Fico, el 33 de Fajardo y el 72 de los otros votos. El voto en blanco casi se cuadruplica y llega a 1.383 millones de votos como lo indican algunas encuestas. El resultado final es similar. Petro logra con sus alianzas 9.3 millones de votos (44 %), Hernández 10.4 millones (49 %) y el voto en blanco lo dicho anteriormente.
El tercer escenario se complica pero es bastante más realista y los resultados son casi iguales. Los supuestos son los mismos del escenario anterior con dos diferencias importantes. Petro suma 500 mil votos en la costa y 300 mil en el sur occidente donde sucedió algo similar en las elecciones del 2014 que le dieron el triunfo a Santos. Y cerca de 600 mil de los votos en blanco se van para Hernández. El voto en blanco baja de 1.383 millones a 738 mil votos. Hoy hay una gran movilización en redes, en discusiones a lo largo y ancho del país donde se generó conciencia que un voto en blanco es un voto por Petro y así solo el queda el voto en blanco duro. Y el voto en blanco vergonzante pero utilitario se desliza a Hernández tal y como sucedió con el plebiscito del 2016.
En este escenario Petro quedaría con 10.1 millones de votos (46.1 %) y Hernández con 11.04 millones de votos (50.3 %).
Claro, estos supuestos no tienen en cuenta varios escenarios. Un fraude masivo en las mesas de votación, donde la campaña de Hernández no tiene una estructura organizada para vigilar el voto y el conteo. Ya en las elecciones pasadas de Congreso se dio ese fenómeno hasta ahora no resuelto. Una compra aún más masiva de votos que con las alianzas políticas macabras que ha hecho Petro no sería algo para sorprenderse. La financiación de este fraude ya no sería por cuenta de Odebrecht como pasó en el 2014 sino con dineros de narcos, de Venezuela y de ese eje dictatorial que ve esta como la gran oportunidad de voltear a Colombia.
Pero los síntomas de una posible derrota de Petro ya se ven. Su hija habló de un estallido social si esto se da. Los violentos de la primera línea, un nuevo grupo armado especializado en guerra asimétrica, igualmente anunció acciones dado un escenario de derrota y el mismo candidato lo ha dicho en diversas ocasiones.
De todas maneras esta campaña deja el sinsabor de un país fracturado, de una campaña sucia como nunca habíamos visto por parte del candidato Petro y cuatro años muy difíciles de gobierno donde todos los que creemos en la democracia tendremos que levantarnos y luchar todos los días para defender el orden público y las instituciones.
No deja de ser irónico que viendo el desastre de Venezuela, de Perú, de Chile y de Argentina los ciudadanos caigan en esa tentación de lanzarse al abismo como sucedió en esos países. Si se da el resultado esperado, el ingeniero Hernández deberá conformar un gobierno independiente pues llega sin ninguna atadura, pero eso sí llamar a todas las fuerzas políticas del país para fijar un derrotero de compromisos que unan al país en un frente común para abordar los temas críticos de futuro que Colombia debe enfrentar. Temas como la crisis de pensiones, como la corrupción, el cambio de canasta energética, la transformación del campo en una máquina exportadora como lo hicieron Peru, Chile y Brasil, el acceso a una educación relevante y la lucha contra el narcotráfico, para solo mencionar algunos.
Solo Hernández, el verdadero ‘outsider’ en esta elección puede hacerlo. Y sería una oportunidad única que la democracia más antigua de América Latina, la más estable y la más seria, necesita. En la peor crisis de violencia que Colombia ha vivido, el narcoterrorismo de Pablo Escobar de finales de la década de los 80 del siglo pasado dimos una lección ejemplar. En vez de irse hacia un estado dictatorial como sucedió en el cono sur, eligió una Constituyente que profundizó la democracia y amplió los derechos de los ciudadanos. Es una lástima que Gustavo Petro, quien se reinsertó de la lucha armada en ese proceso, nunca entendió esa lección y hoy lleva a Colombia por un despeñadero producto de su mentalidad narcisa y destructiva.
*Agradezco a Alberto Bernal por su aporte en estos escenarios en un documento que presentó en una conferencia hace unos días. Los dos primeros escenarios son de su autoría, similares a los que ya nosotros habíamos hecho, y el tercero parte de algunos de sus supuestos.
Publicado originalmente en Infobae.
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