***Según el autor, para que Venezuela pueda recuperar su carácter de República soberana, se debe librar la lucha de las luchas.
Por Fernando Luis Egaña
La lucha debe tener un fundamento existencial. No es una lucha por parcelas de poder o por cargos públicos, o por aplicar tales o cuales políticas públicas en tales o cuales ámbitos determinados. Es mucho más que eso.
Es una lucha para que Venezuela pueda recuperar su carácter de República soberana, independiente, civil y democrática. Una lucha para que nuestra nación sea viable en el mundo, como una nación capaz de ofrecer una vida humana y digna a su pueblo.
Es la lucha de las luchas, porque de ella depende que se mantenga el continuismo destructor y sumiso a los mandoneros de peor índole; o que se abra camino al renacimiento de Venezuela, como solía decir el gran historiador Manuel Caballero.
Por eso la lucha por superar a la hegemonía despótica y depredadora, no debe plantearse en los términos convencionales de las competencias comiciales, y menos todavía cuando los comicios no son libres ni justos.
Las elecciones son un componente esencial de la democracia, pero sin democracia o con despotismo disfrazado de seudodemocracia, la llamada ruta electoral como única vía aceptable de lucha, se tiende a convertir en una calle ciega, para los que ansían un cambio general y efectivo.
La Constitución formalmente vigente es amplia al respecto de la lucha por la recuperación de los derechos de los venezolanos. Y además también es exigente. En estas breves líneas se centra la lucha de las luchas en esa Constitución.
La lucha por Venezuela envuelve todos los aspectos de la vida nacional. Y es que de eso se trata: de reconstruir a la nación desde sus cimientos.
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