La socialité dijo que «Me robaron mi infancia y me mata que esto siga ocurriendo a otros niños inocentes».
Por Irma Locantore
La empresaria y modelo estadounidense Paris Hilton denunció los abusos sexuales que sufrió en el internado en el que estuvo de pequeña.
«Es algo de lo que nunca había hablado antes», declaró en el reportaje de New York Times. «En la escuela Provo Canyon (Springville, Utah), fui despertada en medio de la noche por personal masculino que me llevó a una habitación privada y me hizo ‘exámenes cervicales’ en medio de la noche».
«Privada de sueño y muy medicada, no entendía lo que estaba pasando. Me obligaron a tumbarme en una mesa acolchada, abrir las piernas y someterme a ‘exámenes cervicales’. Lloré mientras me sujetaban y decían: ‘Cállate. Cállate. Deja de forcejear'», narra la socialité. «No sé lo que hacían, pero estoy segura de que no eran médicos».
«Era realmente aterrador y es algo que he bloqueado durante muchos años (…) pero ahora, mirando hacia atrás como adulta, era con seguridad abuso sexual«, asegura la neoyorquina. «Esta fue una experiencia recurrente no solo para mí, sino para otras supervivientes».
«Fui violada y estoy llorando mientras escribo esto porque nadie, especialmente un niño, debería ser abusado sexualmente», continúa. «Me robaron mi infancia y me mata que esto siga ocurriendo a otros niños inocentes«.
«Desde el momento en que me levantaba hasta que me acostaba, durante todo el día había gritos en mi cara, alaridos y tortura continua», explica Paris Hilton, quien asegura que las obligaban a medicarse. «Tenía ataques de pánico y lloraba todos los días. Era desgraciada, me sentía como una prisionera y odiaba vivir».
«Es importante sacar a la luz estos momentos dolorosos para poder curarme y ayudar a poner fin a estos abusos», destaca Hilton de 41 años.
Paris Hilton vivió durante 11 meses en Provo Canyon en 1999 y, después de que narrara lo que le habría sucedido, se abrió una petición pública que pide el cierre del internado. Sin embargo, el centro se vendió en el año 2000 y ahora tiene otros propietarios, y alegaron que no «aprueban ni promueven ninguna forma de abuso».