El presidente dijo que si las petroleras no aumentan la producción doméstica tendrán que pagar un impuesto más elevado sobre su exceso de beneficios y enfrentarse a otras restricciones.
Por Pete Romero
Joe Biden, presidente de Estados Unidos dejó sobre la mesa la posibilidad de que las empresas petroleras tengan que pagar un impuesto especial por sus ganancias inesperadas si no aumentan la producción doméstica para que bajen los precios de la gasolina.
«Como no quieren hacerlo, tienen la oportunidad de hacerlo, bajar los precios para los consumidores en la gasolinera, pero si no lo hacen tendrán que pagar un impuesto más elevado sobre su exceso de beneficios y enfrentarse a otras restricciones», advirtió Biden en un discurso desde la Casa Blanca añadiendo que ya trabaja con los legisladores en el Congreso para valorar estas opciones.
Biden enmarcó su propuesta en un contexto de ganancias récord de las principales petroleras del país como resultado de la invasión rusa de Ucrania, que ha puesto patas arriba el mercado energético internacional.
El presidente, que ya se ha mostrado muy crítico con la decisión de las principales compañías de no aumentar su capacidad de refinado de petróleo, defendió que los beneficios de estas empresas no se deben a ninguna innovación, sino a la coyuntura trágica de la guerra.
«Soy un capitalista, no tengo problema con que las compañías tengan un beneficio justo por su inversión e innovación, pero eso no es ni de lejos lo que está ocurriendo», aseguró.
En Colombia, la reforma tributaria de Gustavo Petro incluye de hecho un impuesto a las ganancias inesperadas de las empresas petroleras y del carbón, que son las principales exportaciones del país.
Biden citó las cifras de ganancias de las 6 principales compañías petroleras estadounidenses, que en los últimos 6 meses han logrado un beneficio de 100.000 millones de dólares.
Según esa fuente, las petroleras, en lugar de aumentar su capacidad de producción doméstica para bajar los precios de los carburantes en las gasolineras, están aprovechando los beneficios para recomprar acciones y así pagar mayores dividendos a sus accionistas.
Los impuestos sobre ganancias inesperadas son una idea propuesta por algunos economistas, como el premio Nobel Joseph Stiglitz, para hacer frente a la desigualdad agravada por eventos como la pandemia o la guerra de Ucrania.