El presidente de la FIFA ha dado una rueda de prensa en la que ha comentado el inicio del Mundial. Sus palabras han estado completamente alejadas de la realidad que vive el país.
Gianni Infantino, presidente de la FIFA, resaltó este sábado, un día antes del inicio del Mundial 2022, los avances experimentados en los últimos años en Catar en cuestiones de derechos humanos y sociales. Y denunció la que considera doble moral existente en el mundo occidental.
«Tengo unos sentimientos fuertes, hoy me siento catarí, hoy me siento árabe, hoy me siento africano, hoy me siento gay, hoy me siento discapacitado, hoy me siento un trabajador migrante», comenzó el máximo mandatario del fútbol mundial una extensa disertación ante los medios durante una hora en la que defendió la gestión efectuada y los avances alcanzados.
El presidente de la FIFA, aseguró en la conferencia de prensa celebrada un día antes del partido inaugural de Qatar 2022 que «va a ser el mejor Mundial de la historia». «Los jugadores no llegan en esta ocasión a un mundial al final de la temporada. Sabemos que el 75 por ciento juegan en Europa y cuando juegas un Mundial en junio o julio, sobre todo los mejores, los de la Liga de Campeones y ligas mayores, llegan muy cansados», explicó.
«Además, hay unos estadios increíbles creados para el Mundial», comentó el máximo mandatario del fútbol mundial, quien valoró el hecho también de que es una competición «muy compacta, en la que las selecciones no tienen que viajar, solo trasladarse en autobús a los entrenamientos o a los estadios».
«Y además es la primera vez que los aficionados de todos los países se encuentran en el mismo sitio durante la competición. Es algo extraordinario. El fútbol une al mundo. Y habrá seguridad para todo el mundo», añadió Infantino, que resaltó la importancia de que se hable y todo el mundo se concentre en lo que ocurre en los campos.
Infantino en un largo monólogo en el defendió la decisión de seguir adelante con la realización de la Copa del Mundo a pesar de las críticas de los organismos de derechos humanos sobre una supuesta explotación hacia los trabajadores migrantes que se encargaron de la construcción y remodelación de los estadios.
«Esto me recuerda mi historia personal porque soy hijo de trabajadores migrantes. Mis padres trabajaron mucho tiempo en condiciones difíciles. Sé lo que quiere decir ser discriminado, ser acosado como extranjero. Cuando era niño fui discriminado porque era pelirrojo, porque tenía pecas, era italiano, hablaba mal el alemán. Lo que pasa en este momento es profundamente injusto», sostuvo.
«Recuerdo muy bien cómo eran los trabajadores inmigrantes en Suiza. No era Sudáfrica y el Apartheid. Era Suiza. Recuerdo cómo eran mirados en las fronteras cuando querían entrar para conseguir trabajo, cómo miraban los pasaportes de reojo». Así fue cómo el líder de la multinacional del fútbol intentó torcer la cancha y colocar en la mesa de la discusión la «hipocresía de los europeos».
El duro discurso de Infantino responde a los cuestionamientos que recibieron las autoridades del país anfitrión por parte de diferentes organizaciones internacionales de derechos humanos por el supuesto maltrato a cientos de miles de trabajadores asiáticos y africanos que llegaron a Qatar para levantar y remodelar los ocho estadios que albergarán la competencia.
En ese sentido, Infantino remarcó que la FIFA es uno de los pocos actores en preocuparse por las condiciones de trabajo. «Entre las grandes empresas que ganan miles de millones en Qatar, ¿cuántas se han preocupado por la suerte de los trabajadores migrantes? Ninguna, porque un cambio en la legislación quiere decir menos ingresos. Nosotros lo hemos hecho», señaló. «¿Por qué nadie reconoce este progreso?», remarcó un día antes del partido inaugural de la competencia entre Qatar y Ecuador.
Y contraatacó: «Lo que pasa en este momento es profundamente injusto. Las críticas por el Mundial son una hipocresía. Por lo que los europeos hemos hecho durante los últimos 3.000 años deberíamos estar pidiendo perdón los próximos 3.000 antes de dar lecciones de moral a los otros. Estas lecciones de moral son simplemente hipocresía».
Infantino también se refirió sobre las restricciones existentes para los homosexuales, considerados ilegales en el país anfitrión, y advirtió que como presidente de la FIFA considera que «los gays deberían ser permitidos», aunque explicó que «es necesario un proceso y un tiempo para las cosas cambien».
«Si a mí me preguntan, como presidente de la FIFA, los gays deberían ser permitidos. Pero se trata de un proceso que lleva tiempo. Si le preguntaran lo mismo a mi padre, que ya no está más en este mundo, probablemente tendría una respuesta diferente. Y si le preguntaran a mis hijos también tendrían una respuesta distinta», enfatizó.
Al respecto, aseguró que las autoridades qataríes habían dado la garantía de que «todo el mundo será bienvenido» durante el torneo. «Si alguien dice lo contrario, no es la opinión del país y no es la opinión de la FIFA», añadió.
Al ser consultado sobre la decisión tomada en las últimas horas por la autoridades del país asiático de prohibir la venta de cerveza en los estadios, Infantino relativizó la cuestión y sostuvo que «los fanáticos pueden sobrevivir sin cerveza durante tres horas».
«Pienso personalmente que se puede sobrevivir sin beber cerveza durante tres horas, lo que ya ocurre en Francia, España y en Escocia», indicó.
La cerveza seguirá estando disponible en los palcos VIP de los estadios, en los Fan Zones, lugares para reunirse y seguir los partidos y en algunos bares de hoteles y restaurantes.
Con información de El Confidencial y Clarín.