*** La liberación de Alex Saab puede terminar siendo uno de los grandes sapos que tendrá que tragarse la oposición en la negociación en México, aunque el régimen también deberá tragarse el suyo, según el autor.
Por Francisco Poleo
Vayan tomándose el digestivo: la presencia de Camilla Fabri en la negociación en México es un abrebocas del sapo que nos tendremos que tragar los venezolanos.
El esposo de la modelo, Alex Saab, es el amo y señor de los secretos del madurismo. Tanto sabe que, desde la celda gringa en donde está confinado, paralizó la negociación hace un año. Ahora, hasta que no se encontró la fórmula para que, de cierta forma, estuviera presente, no se reanudaron oficialmente las conversaciones.
Extraoficialmente, la verdadera negociación lleva meses en marcha. Estados Unidos, Unión Europea, madurismo y oposición llevan meses hablando para ver qué es lo que quiere cada uno. Colombia y Argentina han ayudado a que Maduro, más solo que la una después del disparate bélico de Putin, se sienta apoyado en la mesa.
Resumamos la negociación grosso modo. Lo único que le interesa negociar al madurismo es su impunidad, Saab incluido. A Estados Unidos y a Europa, el petróleo venezolano. Para asegurar los miles de millones de dólares, Washington y Bruselas necesitan la seguridad jurídica que sólo garantiza un estado democrático. La Plataforma Unitaria ofrece esa transición democrática si le permiten participar en unas elecciones libres y justas. Esa estabilidad que necesita Occidente para los negocios sólo será posible si no hay persecución. Círculo cerrado.
Todos deben terminar cediendo, tragándose su respectivo sapo en el camino.
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