Vacuna contra el cáncer

Desarrollan vacuna contra el cáncer que ayudaría a aumentar eficacia en los tratamientos  

Las vacunas de BioNTech/Pfizer se encuentran en ensayos clínicos de fase 2, y se prevé resultados preliminares a partir de mayo de 2023.

Publicado en nationalgeographicla.com

La pandemia de COVID-19 impulsó una revolución en la producción de vacunas. En poco menos de un año, los investigadores presentaron al mundo inmunizadores de ARN mensajero (ARNm), una solución innovadora para combatir uno de los virus más contagiosos del siglo. 

Sin embargo, la tecnología no ha agotado su utilidad al ser usada contra la COVID. Los investigadores lo ven como un medio para desarrollar vacunas eficaces y seguras contra una enfermedad que desafía al cuerpo humano: el cáncer

«Las vacunas COVID han presentado una nueva forma de estimular nuestro sistema inmunitario de manera muy eficaz y estos mecanismos están resultando útiles para combatir otras enfermedades, entre ellas algunos tipos de cáncer», afirma Thiago Oliveira, oncólogo jefe adjunto del Centro de Referencia de Tumores de Cabeza y Cuello del Centro Oncológico A.C. Camargo, hospital de referencia en el tratamiento de la patología en Brasil. 

Entre los laboratorios que están invirtiendo en esta línea de investigación se encuentra uno de los protagonistas durante la pandemia: la empresa alemana de biotecnología Biontech, que en colaboración con Pfizer, ha desarrollado un inmunizador para combatir el nuevo coronavirus. La compañía tiene previsto lanzar su primera vacuna oncológica contra los tumores cutáneos similares al melanoma para 2030.

¿Cómo funciona la vacuna de ARNm contra el cáncer?

La vacuna que desarrolla BioNTech (denominada BNT111) utiliza ARNm para animar al propio organismo a reconocer los marcadores genéticos del cáncer y atacarlos como si fueran invasores, según un artículo publicado en la revista Science Translational Medicine en 2021 por investigadores de la empresa alemana.  

¿Y cómo lo hace la medicina? Según Oliveira, la vacuna se hace a partir de la secuenciación genética del tumor en la que se identifican y seleccionan los antígenos y marcadores específicos, como las proteínas, presentes en el tipo de cáncer que se quiere tratar. 

A partir de esta secuenciación, es posible construir el ARNm in vitro en el laboratorio y es éste el que compone la vacuna. «El ARNm tiene la función de transferir información a las células. Así, cuando este mensajero llega al organismo con los datos del cáncer, se induce al sistema inmunitario a producir anticuerpos que reconocen y atacan solo a las células del tumor», explica el oncólogo. 

¿Cuáles son los beneficios para el tratamiento del cáncer?

La ventaja de este sistema, según Oliveira, es que se puede combatir el cáncer preservando las demás células del cuerpo que no están relacionadas con la enfermedad: «Y esto repercute directamente en el bienestar y la calidad de vida del paciente porque provoca menos efectos secundarios que otros tratamientos tradicionales, como la radioterapia y la quimioterapia».

Además, la vacuna contra el cáncer con ARNm también permite personalizar el tratamiento, lo que puede aumentar su eficacia. «Cada cáncer es único. Por eso, cuando se dispone de una terapia que tiene en cuenta el ADN específico del tumor, el tratamiento es mucho más específico y eficaz», afirma. 

Las vacunas de BioNTech/Pfizer se encuentran en ensayos clínicos de fase 2, según el registro en el portal de Clinical Trials de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, que prevé resultados preliminares a partir de mayo de 2023. Después, la empresa tiene previsto iniciar la fase 3, la última etapa de los estudios que deben demostrar la eficacia y la seguridad del agente inmunizante antes de ponerlo a disposición del público. 

Además de la alemana, Moderna (EE.UU.), una de las empresas que también ha desarrollado vacunas de ARNm contra la COVID, ha publicado que está avanzando en las pruebas de un inmunizador contra el cáncer de piel utilizando esta tecnología.

Junto con la farmacéutica Merck (representada por MSD en Brasil), la empresa norteamericana espera publicar los resultados de las pruebas de fase 2 de su vacuna todavía en 2022. 

¿Previene la vacuna el cáncer? 

La vacuna oncológica, como se denomina, no previene exactamente el cáncer. “Su objetivo es tratar la enfermedad”, señala el Oliveira. El experto dice que este tipo de vacuna no funciona como los inmunizantes contra la COVID-19 ni con otras enfermedades, como la poliomielitis, la fiebre amarilla o las infecciones víricas en general. 

«Las vacunas desarrolladas no actúan de forma preventiva. En cambio, actúan en conjunto con los tratamientos de inmunoterapia», sostiene el oncólogo. 

La idea de la investigación sobre las vacunas de ARNm, tanto de Pfizer como de Moderna, es que los inmunizadores se utilicen como complementos de la inmunoterapia, un tratamiento con fármacos que tratan de estimular el sistema inmunitario para que reconozca y combata las células cancerosas. 

Según los estudios publicados, BioNTech evalúa cómo funciona la fórmula contra el cáncer junto con el fármaco de inmunoterapia Libtayo (compuesto por el anticuerpo cemiplimab, que combate el cáncer de piel). «Nuestros resultados indican que la vacunación con tecnología de ARN es una potente inmunoterapia en pacientes con melanoma», asegura un extracto del estudio sobre la primera fase del ensayo clínico de la vacuna, publicado en la revista Nature en julio de 2020.

La idea es que la terapia con estas vacunas pueda tratar a pacientes que, hasta entonces, son considerados terminales, y cuyo melanoma se encuentra en los estadios III o IV (es decir, bastante avanzado). El mismo estudio describe que «la evaluación de la seguridad se realizó en 89 pacientes con melanoma avanzado tratados con dosis repetidas de la vacuna contra el cáncer basada en el ARNm BNT111». Más adelante, revela que «el tratamiento con BNT111 fue bien tolerado. Los efectos adversos más comunes fueron síntomas gripales de leves a moderados, como fiebre y escalofríos». 

La vacuna propuesta por Moderna, en cambio, se está combinando con Keytruda, un medicamento utilizado para prevenir la reaparición de los tumores de piel, y tiene como objetivo tanto tratar los cánceres en etapas tempranas como prevenir la reaparición del cáncer en pacientes que ya se han sometido a algún tipo de tratamiento

Este enfoque, continúa Oliveira, puede significar resultados más eficaces: «Los estudios han demostrado que los pacientes que recibieron inmunoterapia con la vacuna tuvieron mayores posibilidades de curación y menos riesgo de recurrencia de la enfermedad».

¿Qué cánceres pueden tratarse con vacunas?

El último estudio de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (Iarc), órgano vinculado a la Organización Mundial de la Salud (OMS), revela que 10 millones de personas mueren en el mundo, cada año, a causa de diferentes tipos de tumores malignos

Los cinco tipos de cáncer más comunes son el de mama, el de pulmón, el colorrectal, el de próstata y el de piel. 

Los investigadores se centran en algunos de ellos. Mientras las vacunas de Pfizer y Moderna se centran en el cáncer de piel, otras investigaciones buscan soluciones para los demás.

A principios de noviembre de 2022, investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, en Estados Unidos, demostraron en un estudio publicado en la revista Jama Oncology que una vacuna experimental contra el cáncer de mama generó una fuerte respuesta inmunitaria durante la primera fase de los ensayos clínicos. 

La vacuna de Washington se dirige a una proteína denominada receptor del factor de crecimiento epidérmico humano de tipo 2 (HER2), presente en hasta el 30% de los cánceres de mama. 

Otro estudio, publicado en la revista científica Nature en 2021 por el equipo del Centro de Investigación del Hospital Universitario de Montreal (CRCHUM, por sus siglas en francés), también presentó una prometedora vacuna contra el cáncer de mama. Sin embargo, la tecnología utilizada en los inmunizadores de Washington y Canadá se basa en el adenovirus

De acuerdo a Oliveira, este método inserta el ADN del marcador tumoral seleccionado, en este caso proteínas presentes en el cáncer de mama, en la envoltura de un virus, que se inyecta en el paciente. 

Este método también permite personalizar el tratamiento, pero puede causar algunos efectos secundarios, ya que implica dar al paciente algo así como una «infección viral debilitada”. “Se parece más a las vacunas tradicionales», precisa Oliveira. 

Qué cánceres se pueden prevenir ya con las vacunas

Por mucho que emocionen los estudios de inmunizadores contra el cáncer, el doctor Fernando Maluf, oncólogo, fundador del Instituto Vencer o Câncer y profesor de la Facultad de Ciencias Médicas de la Santa Casa de São Paulo, recuerda que algunos tipos de cáncer ya se pueden prevenir con vacunas. 

«El virus del VPH, por ejemplo, está relacionado con el cáncer de cuello de útero, pene, vulva, canal anal y orofaringe. La vacuna contra los subtipos más cancerígenos del virus tiene un impacto muy importante porque evita que se produzca la infección», afirma Maluf.  

Otra vacuna que puede prevenir el cáncer es la de la hepatitis B. Esto se debe a que, según el médico, la enfermedad es uno de los factores de riesgo del cáncer de hígado. «La vacuna se recomienda en la infancia y los estudios demuestran que los niños inmunizados tienen un 30% menos de riesgo de padecer cáncer de hígado», explica.

Esto demuestra que, para algunos tipos de cáncer, las vacunas se encuentran entre las principales respuestas para el tratamiento del cáncer. Para otros, la ciencia ha demostrado que su uso es prometedor y, en un futuro próximo, millones de personas podrían beneficiarse de un tratamiento menos invasivo, más eficaz y con menos efectos secundarios.