Este nuevo y peligroso virus, transmitido por los camellos, ya ha afectado a tres de los jugadores de la selección gala por lo que hay alerta en el combinado.
Por José Piñeiro
Además de tener que enfrentar el duro compromiso ante Argentina el próximo domingo para definir quién será el campeón de Qatar 2022, Francia está lidiando con un virus que se ha colado en el evento deportivo y que ha estado expandiéndose a sus anchas.
El nombre espanta: coronavirus del síndrome respiratorio de Oriente Medio. La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta de que tiene una tasa de mortalidad del 35% entre los infectados. Por eso, diversos países ya recomiendan seguir unas estrictas medidas de higiene y de distancia social.
La selección francesa podría tener varios afectados, entre ellos Upamecano y Rabiot, que ya no pudieron jugar ante Marrueos. Rabiot incluso fue aislado en el hotel. Pero además, este jueves Didier Deschamps dijo que hay otro más infectado :Kingsley Coman, que tampoco ha jugado este miércoles. «Coman también tuvo fiebre hoy [por este jueves] por la mañana».
El virus no es nuevo, se detectó por primera vez en Arabia Saudí en septiembre de 2012. Desde entonces y hasta el pasado mes de mayo, a la OMS le constan 2587 casos y 891 muertes. En otras palabras: este coronavirus mata al 35% de las personas infectadas. En esta línea, 27 países han notificado casos de MERS-CoV, tal y como se llama la enfermedad por sus siglas en inglés. De hecho, Europa no se libra de este coronavirus: Francia, Italia, Reino Unido, Países Bajos y Austria han reportado personas infectadas. Por lo que respecta a Qatar, las autoridades han comunicado 28 casos y siete personas fallecidas.
En todos los casos, hay un nexo en común: los infectados tuvieron contacto directo con dromedarios. En concreto, bebieron leche cruda de estos animales. De ahí que el síndrome respiratorio de Oriente Medio sea popularmente conocido como el ‘virus del camello‘.
Diferentes investigaciones y la propia OMS han confirmado que este coronavirus tiene una transmisión zoonótica. Es decir, de los animales a las personas. Los estudios han demostrado que los seres humanos se infectan a través del contacto directo o indirecto con dromedarios infectados, aunque todavía no se conoce bien la vía exacta de transmisión. Eso sí, tienen claro que el origen de la enfermedad está en los murciélagos.