Según vaticinios, casi un millón de personas podrían morir durante los primeros meses de la reapertura china.
Por José Piñeiro
La Unión Europea ofreció a China vacunas contra el Covid 19 para ayudar a sus autoridades a contener el enorme brote de la enfermedad que afecta al gigante asiático, y que está provocando una crisis sanitaria en el país y la alarma internacional.
«A la vista de la situación del Covid en China, la comisaria Kyriakides ha contactado con sus homólogos chinos para ofrecer la solidaridad y el apoyo de la Unión Europea, incluida la experiencia en sanidad pública, así como mediante donaciones de vacunas de la UE adaptadas a las variantes», señaló Tim McPhie, portavoz de la Comisión.
No obstante, hasta el momento Pekín no ha respondido a la iniciativa, según confirmó el ejecutivo europeo.
A los países miembros de los 27 les preocupa que la falta de transparencia oculte la circulación de nuevas variantes del virus, por lo que algunos incluso establecen barreras de entrada para los viajeros procedentes de China.
Con ese propósito Italia, Francia y España exigen pruebas con resultados negativos o certificados de vacunación a los turistas del país asiático, pero para que las medidas sean más efectivas es imprescindible una mayor coordinación, afirman los expertos.
Hasta el momento son 12 los países que han apostado por tomar medidas preventivas en sus aeropuertos: Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Italia, España, Canadá, India, Marruecos, Japón, Israel, Australia y Corea del Sur, aunque se espera que con el paso de los días esta lista vaya en aumento. Dichas medidas van desde exigir un test con resultado negativos hasta pruebas aleatorias en el aeropuerto de destino.
Una de las propuestas a debatir en una reunión en Bruselas sobre el tema es el análisis de las aguas residuales de los aviones que procedan de China, una medida ya decidida por Bélgica, para ver si proporcionan nuevas pistas sobre cualquier variante potencialmente peligrosa.
«La razón de por qué proponemos en Europa secuenciar todo tipo de variantes que proceden de China es la transparencia relativa que este país muestra hoy en día», explicó Marc Van Ranst, director del laboratorio de virología clínica y epidemiológica del Instituto Rega.
«No están enviando muchas secuencias a las bases de datos internacionales. No estamos seguros de que si surgiera una nueva variante la introducirían inmediatamente en la base de datos. Es algo horrible tener que pensar esto, porque nos gusta creer que los colegas chinos son científicos íntegros. Pero en cierto momento en China, la ciencia se convierte en política», agregó.
Aunque el profesor Van Ranst sugiere que la amenaza podría venir de otros lugares. Por ejemplo, de Estados Unidos, donde están surgiendo nuevas variantes.
Mientras, el Gobierno chino tachó las restricciones a los viajeros de ese país de ser una «estrategia política», y amenazó incluso con tomar represalias.
«Estamos dispuestos a reforzar la comunicación con la comunidad internacional y a trabajar duro, juntos, para superar la epidemia», dijo la portavoz del ministerio de Exteriores de China, Mao Ning.
«Al mismo tiempo, también creemos que algunos países han impuesto restricciones de entrada dirigidas únicamente a los viajeros chinos. Esta decisión carece de base científica y algunas prácticas son inaceptables. Nos oponemos firmemente a cualquier intento de manipular las medidas de prevención de la epidemia para lograr objetivos políticos. Tomaremos contramedidas basadas en el principio de reciprocidad», advirtió.
Desde la OMS recuerdan que estos controles son «comprensibles», teniendo en cuenta la falta de información desde China sobre la evolución de la pandemia dentro de sus fronteras.
Según vaticinaron investigadores de Hong Kong en un estudio financiado en parte por el Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades, casi un millón de personas podrían morir durante los primeros meses de la reapertura china, aunque el estudio no proporciona un periodo exacto.
Por su lado, un grupo estadounidense calculó hasta medio millón de muertes para abril y otro millón para finales de 2023 si China rechaza los mandatos de distanciamiento social. Airfinity, una empresa de análisis ubicada en el Reino Unido, presentó un pronóstico a corto plazo aún más funesto: 1,7 millones de muertes por Covid-19 para finales de abril.