Derrotado el Real Madrid

Las alarmas se disparan con fuerza en el Real Madrid

El equipo blanco entra en crisis tras la dolorosa derrota sufrida ante el Barcelona en Riad. Ahora la Copa del jueves ante el Villarreal se convierte en una dramática final.

Por José Félix Díaz – marca.com

Primera derrota en una final de Carlo Ancelotti desde 2010 y llega de la mano de una triste imagen del actual campeón de Liga y Champions. Además, viene acompañada de la resurrección del Barcelona y con Xavi Hernández estrenando su casillero de títulos conquistados como entrenador y marcando tres goles al Real Madrid, justo lo que necesitaba el madridismo.

El Real Madrid ha quedado retratado en Riad. Si ya le costó pisar la final tras ganar al Valencia en los penaltis, ante el Barcelona no mostró respuesta alguna durante los noventa minutos de juego. Errores infantiles (lo del primer gol es para hacérselo mirar), nulo poder ofensivo (primer tiro entre los tres palos llegó en el minuto 69) y hasta cierta desidia en la primera mitad, con gestos de reproches de unos compañeros a otros.

La Supercopa es considerada un título menor, pero el que lo pierde significa una piedra en el camino y más si el que te gana es el eterno rival, que recupera moral y vuelve a la senda del éxito.

El equipo madridista llegaba a Riad con algunas dudas en la mochila por culpa de la derrota ante el Villarreal y sin olvidar todavía la sufrida en Vallecas. La semifinal llevó a que las dudas crecieran y la cadena de errores en el partido decisivo, encienden todas las alarmas.

La Copa, otra final

Ancelotti avisó sobre los reiterados errores defensivos de su equipo en los últimos partidos, pero sus jugadores no han sabido rectificar. Los tres goles llegaron tras desatenciones, pases fallados y descolocación absoluta de una caótica defensa.

La reacción final, con gol de Benzema, de poco sirvió más que para maquillar el marcador y el orgullo del madridismo, que al menos vio como sus jugadores sí que se emplearon a tope en ese tramo final. Las caras del final, en el césped y en el palco, lo dicen todo. El barco zozobra. Como siempre dice el técnico italiano, el fútbol son resultados y los de ahora no son nada buenos.

La consecuencia es que la tensión va en aumento y el partido ante el Villarreal de Copa del próximo jueves vuelve a ser una final. De momento, margen de confianza, pero los fallos pesan y más si te golea el Barcelona ofreciendo una pésima imagen. La tranquilidad en cualquier momento se puede volver tormenta.