ANTONIO A. HERRERA-VAILLANT: Camino al andar

Herrera

El autor destaca que será necesario mantener la unión para lograr una votación opositora tan avasallante como para lograr que el régimen siquiera contemple reconocer un triunfo de las fuerzas democráticas.

Por Antonio A. Herrera-Vaillant

Por fin todos los candidatos a las primarias de opositores al régimen dictatorial han firmado un primordial acuerdo de bases mínimas.

La iniciativa es un excelente estímulo a miles y hasta millones de ciudadanos para votar en las primarias, salga quien salga, todos destacados luchadores. También han frenado la perniciosa tendencia de intercambiar dañinas e injustificadas críticas entre aspirantes.

Lógicamente, la accesibilidad a redes sociales visibilizará deplorables infundios emanados de bots del régimen, y de miopes obsesos que alimentan alguna manía contra alguno de los opositores. Pero, esos chismorreos suma-cero resultarán insignificantes desde la cobardía y el anonimato.

Queda abierto el camino para que voten unos 4 millones de ciudadanos activos, y quien salga seleccionado/a de esa amplísima muestra podrá recibir el apoyo de todos los demás candidatos y grupos que están concurriendo al proceso.

Pero las primarias pautadas para el 23 de octubre son apenas otro pequeño paso: Aún efectuándose exitosamente en la mejor de las condiciones, será apenas un comienzo para el arduo viacrucis que vendrá después, para llegar a unas elecciones razonablemente creíbles en el 2024, a sabiendas que el régimen buscará por todos los medios – lícitos é ilícitos – mantener el poder hegemónico que hoy ostenta.

Será necesario mantener la misma unión para lograr una votación opositora tan avasallante como para lograr que el régimen siquiera contemple reconocer un triunfo de las fuerzas democráticas. Para eso será imprescindible atraer muchos votos de escépticos, neutros, contemporizadores y de sectores que militan o han militado en las filas del chavismo, y que no participan en la primaria.

Mientras tanto, la satrapía empleará cuantos artificios conciba para amenazar, obstaculizar, fomentar la división, desestimular el voto, sabotear las campañas electorales, y en general agotar todas las trapisondas y marramuncias que tiene a su mano una pandilla abusadora e inescrupulosa para mermar votos opositores. Las inhabilitaciones son apenas uno de ellos.

Con todo, si el rechazo a la tiranía y el deseo de cambio logra producir esa potencial avalancha de votos que marca toda encuesta medianamente creíble, tendrían luego que ejecutar un fraude tan gigantesco, atroz y descarado que resultaría visible en todo el planeta. Es allí donde podría comenzar una negociación medianamente aceptable para las grandes mayorías.

Mientras, todo cuanto refuerce una unidad de metas y disminuya al adversario, es indispensable en el arduo camino por andar hasta 2024.

Las opiniones publicadas en El Nuevo País son responsabilidad absoluta de su autor.


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