Con seis precandidatos desconocidos y cargando el bacalao de haberse prestado a la componenda judicial del gobierno para arrebatar sus siglas y bienes a Acción Democrática, la realidad se ha llevado por delante a Bernabé Gutiérrez y sus poquitos seguidores, al extremo de que algunos andan pidiendo cacao públicamente para regresar a la tolda blanca.
Por Elizabeth Fuentes – Publicado en elcooperante.com
El mismo día, cuando Carlos Prosperi inició su campaña formal anunciando que Acción Democrática (AD) había juramentado a 46.000 movilizadores y 10.000 testigos de mesa a nivel nacional para las próximas elecciones primarias, varios de los precandidatos llamados “alacranes de Bernabé Gutiérrez” salieron a pedir cacao para reunificar al partido blanco.
Esa es la única lectura posible a las declaraciones del diputado Luis Eduardo Martínez, entre otros, quien se considera precandidato presidencial de esa facción de Acción Democrática comandada por Bernabé Gutiérrez, el viejo militante que se prestó a la intervención del partido por parte del Tribunal Supremo de Justicia.
Un fracaso político, por decir lo menos, ya que, como vemos hoy día, algunos seguidores de esa facción de Bernabé Gutiérrez – quien funge como Secretario General y se autoproclamó precandidato para las próximas primarias opositoras-, se le alzaron y le están exigiendo elecciones internas para decidir quién debe ocupar esos zapatos. Comunicado público firmado por seis que se consideran precandidatos -Leomagno Flores, Francisco Humbría, Menfri París, José Muqueza, Luis Eduardo Martínez y Rafael Arreaza-, y que pasó por debajo de la mesa como todo lo que ocurre al interior de ese grupo.
Pero fue el diputado Luis Eduardo Martínez, propietario de un apartamento en la lujosa zona de Biscayne Boulevard y tristemente asociado al escándalo de la firma financiera “Saint Michael Investment” -empresa de inversión que fue demandada por estafa por 600 clientes que le confiaron su dinero-, quien trató de hacer noticia con unas declaraciones sorpresivas: el hombre quiere reunificar al partido. O regresar, depende cómo se vea. “No hay ninguna razón para que estemos separados. La única razón que nos separó ya no existe. ¿Qué nos separó? Que unos creíamos que había que votar y otros que no. Hoy todos creemos que hay que votar. Unos creían que la vía era el atajo, nosotros creíamos que la vía era ir construyendo fuerzas, acumulando fuerzas, la vía electoral. Hoy nada de eso nos separa”, dijo de lo más tranquilazo.
Llegó a decir sobre la “división” del partido entre la facción de Bernabé Gutiérrez y la original, liderada por Henry Ramos Allup, “que no se trata de dos facciones… Acción Democrática es un partido con 82 años de historia. El etiquetarla con uno u otro nombre es injusto y forma parte de la lamentable guerrilla mediática que ha marcado los últimos meses. Es injusto con miles y miles y miles de militantes que creen en los valores del partido”.
Insistió en que “estamos obligados a ser una sola facción, una de unidad” y que su recorrido por el país es para promover la unidad como forma de derrotar al actual gobierno en venideros procesos electorales:
“Alguien me decía que el gobierno estaba derrotado, que cualquiera que sea la alternativa, el gobierno va a perder las elecciones. Sí, es cierto, tiene 80, 82, 83 por ciento de rechazo, pero si no somos capaces de entender que tenemos que marchar juntos con esos porcentajes de rechazo, con el mínimo porcentaje de respaldo que tiene hoy, puede perfectamente ganar las elecciones y mantenerse seis años más en el poder”, advirtió.
Dijo la palabra unidad más de veinte veces y recordó que en pocos días AD cumplirá 82 años de fundación.
“Si hay algo que marcó, siempre fue la defensa del voto, fue esa estructura que quebró la estructura de poder en Venezuela a partir de 1945, lo que permitió que millones de venezolanos se empoderaran”, y agregó que estaba presentando su nombre para que las bases seleccionen el candidato presidencial que tendrá la gran responsabilidad de promover la integración de toda AD y convertirnos en la única y verdadera alternativa que pronto, en el 2024, por vía electoral y pacífica garantice que se produzca el cambio que el país y todos requerimos”.
Discurso que repitieron otros “precandidatos” como Francisco Umbría, quien llamó a la “unidad interna de los adecos”, palabras que se podrían leer como un golpe al hígado de Bernabé Gutiérrez, no solo porque le están peleando lo que el “alacrán” creía que era pan comido, sino que una derrota suya en ese microcosmos podría generar una estampida de exmilitantes adecos hacia el partido legal, el original, que ya cuenta con 10 mil testigos de mesas y, hasta ahora, su candidato aparece entre los primeros cinco en las encuestas mientras de Bernabé ya nadie se acuerda.