El panorama político en Venezuela se mantiene turbulento con la reciente designación de los nuevos rectores del Consejo Nacional Electoral (CNE), una maniobra que ha intensificado las tensiones entre el gobierno madurista y la oposición. En este escenario, Julio Borges, vicepresidente de Asuntos Internacionales de Primero Justicia, no ha dudado en expresar su rechazo y preocupación.
En declaraciones recientes, Borges afirmó: «Pongan a quien pongan en el CNE, vamos a derrotar a la dictadura con el voto masivo del pueblo venezolano. Este CNE es una farsa más del régimen, lo rechazamos.»
No obstante, la declaración que más ha generado revuelo y discusiones en los círculos políticos fue su mención sobre una «alianza unánime de la dictadura y sus pseudo-opositores». Estas palabras, cargadas de connotaciones y señalamientos, apuntan a una crítica directa hacia aquellos que, en el pasado, han sostenido diálogos o acuerdos con el régimen.
Las palabras de Borges no pueden ser desligadas de su contexto político. Es curioso que Borges utilice el término «pseudo-opositor», especialmente cuando en el pasado Roberto Picón ocupó un puesto como rector del CNE, un nombramiento que surgió de negociaciones con Henrique Capriles, candidato presidencial de Primero Justicia, el mismo partido de Borges. Durante ese periodo, Borges no hizo mención o crítica alguna a Capriles con ese calificativo.