Polonia aclara que sí seguirá enviando armas a Ucrania, a pesar del conflicto con Rusia por el comercio de granos.
En un giro inesperado, el Gobierno polaco parece estar navegando por aguas turbulentas con respecto a su política de apoyo militar a Ucrania. A pesar de las declaraciones recientes del primer ministro, Mateusz Morawiecki, quien afirmó que Polonia ya no suministra armamento a Ucrania, el portavoz del Gobierno, Piotr Müller, aclaró que Polonia seguirá con la entrega de suministros previamente acordados.
La industria armamentística polaca firmó un contrato histórico después de 1989 para proporcionar obuses autopropulsados «Krab» a Ucrania. A un valor de 700 millones de euros, este contrato demuestra la magnitud de la cooperación militar entre las dos naciones.
Sin embargo, las tensiones se intensificaron después de que el presidente ucraniano acusara a Polonia de tener una doble cara en su relación: mostrándose como un socio solidario pero favoreciendo en realidad a Rusia. A estas acusaciones, Müller respondió con vehemencia, recordando el apoyo militar crucial que Polonia ha proporcionado a Ucrania durante el conflicto con Rusia.
El núcleo del conflicto diplomático parece residir en las decisiones comerciales de Polonia. El embargo de Varsovia a las importaciones agroalimentarias de Ucrania provocó que Kyiv llevara el caso ante la Organización Mundial del Comercio, creando más tensión entre los dos países.
La Unión Europea, no obstante, ha intervenido para reafirmar su apoyo a Ucrania, subrayando su compromiso a largo plazo, incluso en el frente militar. El mensaje de la UE es claro: aunque haya desacuerdos entre los miembros, el apoyo colectivo a Ucrania sigue siendo una prioridad.
El asunto pone de relieve las delicadas alianzas y las tensiones subyacentes en Europa del Este. Mientras Polonia y Ucrania intentan resolver sus desacuerdos, la mirada internacional estará atenta a cómo estas naciones y la UE navegan por este complejo escenario diplomático.