El país ve un resurgimiento en el turismo, con números, aunque modestos, que no se han registrado en una década.
Venezuela está presenciando un auge en el turismo internacional. Las cifras, aunque modestas, están mostrando signos alentadores de crecimiento, como informó el ministro de Turismo, Alí Padrón. De enero a agosto de este año, las visitas de turistas internacionales a Venezuela aumentaron un 25% en comparación con el mismo período de 2022.
“Este año, en los primeros ocho meses, hasta el mes de agosto, ya habíamos superado los números del mismo período del año pasado en un 25%”, dijo Padrón durante una entrevista con Venezolana de Televisión (VTV). Aunque no proporcionó cifras específicas, el ministro está optimista de que el número de llegadas superará el millón al finalizar 2023.
A pesar de que las cifras actuales son modestas, especialmente considerando la vasta potencialidad turística de Venezuela, el país está alcanzando niveles que no se veían desde hace una década. Entre los destinos más populares se encuentran el Parque Nacional Canaima, patrimonio de la humanidad de la UNESCO; el archipiélago Los Roques; los estados costeros de Anzoátegui y Falcón; y la isla Margarita, que en enero recibió su primer crucero procedente de Europa en 15 años, llevando a bordo casi 500 turistas.
Padrón también destacó la reciente activación de una ruta aérea que conecta Caracas y Margarita con Barbados y expresó su expectativa por la pronta llegada de turistas españoles y polacos a la isla.
En agosto pasado, el ministro informó que Venezuela anticipa un aumento de más del 50% en las llegadas internacionales en comparación con 2022, año en el que «656.000 personas llegaron» al país desde el extranjero. Aunque no especificó, se espera que la cifra se refiera tanto a los turistas internacionales como a las personas que llegan desde el extranjero por otros motivos.
Este aumento en el turismo se presenta como una oportunidad vital para Venezuela para revitalizar una industria que ha estado dormida durante años, inyectando esperanza y potencialmente recursos económicos en el país. Con ricas ofertas culturales, naturales y recreativas, Venezuela podría estar en el camino de recuperar su lugar como un destino turístico codiciado en la región.