PERIODISTA
Momento en el que la periodista Marina Ovsiánnikova interrumpe la emisión de las noticias de la televisión rusa

Condenada en ausencia: Periodista rusa sentenciada a 8.5 años

Onda de condenas tras la protesta televisada de Marina Ovsiánnikova contra la guerra en Ucrania.

En un viraje de eventos que destaca la rigidez del sistema judicial ruso, Marina Ovsiánnikova, la periodista que osó alzar su voz contra la guerra en Ucrania en la televisión nacional, fue sentenciada en ausencia a 8.5 años de prisión. Este caso resuena en los anales de la libertad de prensa y la expresión pública, marcando un hito sombrío que será recordado y debatido en los años venideros.

“Ovsiánnikova ha sido condenada a ocho años y medio de privación de libertad en un penal de régimen común”, anunció la oficina de prensa del tribunal del distrito Basmanni de Moscú. La sentencia se da tras la audaz manifestación de Ovsiánnikova en marzo del año pasado, donde, en un acto de desafío tangible, agitó una pancarta contra la guerra en Ucrania en plena transmisión del principal telediario de la televisión rusa.

La fiscalía originalmente había solicitado una sentencia de nueve años para la periodista, acusada de difundir a sabiendas información falsa sobre el empleo de las Fuerzas Armadas de Rusia, un acto supuestamente impulsado «por odio hacia determinado grupo social». Pero la sentencia no se detiene en la encarcelación; Ovsiánnikova también enfrenta una prohibición de trabajar durante cuatro años, post-pena, en la administración de sitios y redes de telecomunicación, incluido internet.

El tribunal, subrayando la seriedad de la sentencia, informó que el plazo de la pena comenzará una vez que Ovsiánnikova sea detenida en territorio ruso o extraditada a Rusia. Actualmente, la periodista se encuentra en Francia, donde ha obtenido el estatus de refugiada política.

Este caso, cargado de implicaciones políticas y humanitarias, lanza un foco crítico sobre las tensiones entre la libertad de expresión y las restricciones gubernamentales en Rusia. Se espera que resuene internacionalmente, incitando debates y diálogos sobre los derechos humanos, la libertad de prensa y la capacidad de los individuos para expresar abierta y libremente sus opiniones en un escenario global.