Israel y el mundo entero lloran la pérdida de vidas inocentes, víctimas de la violencia sin restricciones.
En la cruda luz de una tragedia inconcebible, la comunidad de Kibbutz Kfar Aza, en el sur de Israel, enfrenta la realidad devastadora de la pérdida de 40 bebés, víctimas de los ataques perpetrados por Hamás el 7 de octubre. La Embajada de Israel en Francia confirmó la noticia, un recordatorio brutal de la inhumanidad que marca este conflicto interminable.
“Los bárbaros de Hamás masacraron a 40 bebés durante los ataques del 7 de octubre en Israel. Israel honrará a cada una de las víctimas de estos atroces ataques terroristas islamistas. No nos detendremos ante nada para hacer que estos terroristas paguen un alto precio”, publicó la misión diplomática en su cuenta de X.
El general Itai Veruv, acompañado por corresponsales internacionales de guerra, recorrió la comunidad agrícola, donde la crueldad de los ataques quedó al descubierto en toda su extensión. “Ves a los bebés, a las madres, a los padres, en sus dormitorios, en salas donde trataron de ponerse en resguardo y cómo los terroristas los mataron. No es una guerra, no es un campo de batalla. Es una masacre, es una actividad terrorista”, describió Veruv para ABC Internacional.
Con 900 israelíes muertos en los enfrentamientos y ataques de Hamás hasta la fecha, Israel está sumido en un luto profundo y desgarrador. La noticia del asesinato de 40 bebés sacude la conciencia no solo de una nación sino del mundo entero, arrojando una luz sombría sobre la naturaleza sin restricciones de la violencia que marca esta era de hostilidades.
Las Fuerzas de Defensa Israelí están comprometidas a retomar el control de la comunidad agrícola y a enfrentar a quienes desencadenan esta ola de terror sobre los civiles. Mientras el mundo observa, las vidas de los más inocentes se pierden en el fuego cruzado de un conflicto que parece no tener fin, y cada pérdida resuena con un eco de desesperación y un llamado a la humanidad.