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Lucha contra la desinformación: Red social X se pone firme

En respuesta a la Comisión Europea, la red social X toma medidas enérgicas para abordar el contenido relacionado con el conflicto Hamás-Israel.

La guerra digital paralela a los conflictos armados en el terreno se intensifica. X (antes Twitter) ha dado un paso adelante, elevando su juego en la batalla contra la desinformación y el contenido terrorista, especialmente en relación con los recientes ataques entre el grupo terrorista Hamás e Israel.

«No hay espacio en X para organizaciones terroristas o grupos extremistas violentos y seguimos eliminando estas cuentas en tiempo real,» declaró Linda Yaccarino, la principal ejecutiva de la empresa, en respuesta a la presión ejercida por la Comisión Europea. Este organismo había solicitado acciones concretas para atender la proliferación de información falsa y contenidos delicados en la plataforma.

La eliminación o etiquetado de «decenas de miles» de mensajes y «cientos» de cuentas vinculadas a Hamás señala una actitud proactiva. Yaccarino enfatizó la redistribución de recursos y el reenfoque de equipos internos para abordar esta tarea vital.

La política interna de la red es clara y decidida: cualquier contenido ilegal, incluyendo materiales terroristas, es removido. En una era donde las líneas entre la información y la desinformación se tornan cada vez más borrosas, medidas como estas se convierten en un bastión contra la propagación de narrativas nocivas.

«Hemos añadido contexto a multitud de contenidos en X sobre el conflicto,» informó Yaccarino, resaltando el papel de unas 700 «notas comunitarias» que trabajan para ofrecer claridad y perspectiva en torno a los eventos en curso en el Medio Oriente.

El comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, se encuentra en la fase de evaluación de la respuesta proporcionada por la Red Social X. El desenlace podría culminar en una investigación formal, poniendo en juego una multa potencial que podría ascender hasta el 6% de la facturación anual global de la empresa.

Este escenario subraya la gravedad y la urgencia con la que las plataformas de redes sociales deben abordar el fenómeno de la desinformación. En un mundo interconectado, donde las narrativas en línea pueden tener un impacto tangible en el terreno, la responsabilidad de curar y controlar el contenido nunca ha sido tan crítica.