Pese a las dificultades, un grupo reducido de migrantes sigue su travesía hacia el norte de México con la esperanza de llegar a Estados Unidos.
La caravana migrante que partió de Tapachula sigue su desafiante camino hacia el norte de México, a pesar de las múltiples adversidades. Aunque muchos han desistido debido a la fatiga, las enfermedades y la falta de recursos básicos como agua y medicinas, un grupo resiliente continúa su marcha con la esperanza de alcanzar la frontera de Estados Unidos.
Este grupo, que originalmente contaba con unos 8.000 integrantes, ha visto cómo su número se reducía notablemente. Sin embargo, los que persisten, se muestran determinados a continuar su ruta, como lo expresó el activista que acompaña a los migrantes, destacando que se mantendrán firmes en su objetivo de llegar al menos hasta el estado vecino de Oaxaca.
Marvin Zavala, un migrante hondureño que se dedicaba al comercio en su país, comparte la historia de muchos al narrar su debilidad física pero firme determinación para seguir adelante «hasta donde Dios quiera», haciendo frente a las difíciles condiciones económicas y de seguridad en Honduras.
La caravana ha enfrentado obstáculos adicionales, como la negativa del Instituto Nacional de Migración (INM) de México para entregar Fórmulas Migratorias Múltiples (FMM), documentos que les permitirían transitar legalmente hacia el norte del país. Los migrantes apelan a la solidaridad del Gobierno mexicano para aliviar su situación.
Marcos Vivence, otro hondureño, ha caminado más de 100 kilómetros desde Tapachula hasta Mapastepec, y, al igual que muchos de sus compatriotas, ha sufrido la escasez de agua, comida y medicamentos. El grupo tiene planeado descansar en Mapastepec antes de continuar hacia Pijijiapan.
La situación en la frontera sur de México es una muestra clara del incremento sin precedentes en el flujo migratorio en la región, tal y como advierte la Organización Internacional de las Migraciones (OIM). El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha señalado que hasta 16.000 migrantes llegan diariamente a las fronteras de su país.
La tenacidad de estos migrantes refleja la profunda crisis humanitaria que impulsa a miles a emprender un viaje lleno de incertidumbres, con la esperanza de encontrar mejores condiciones de vida más allá de sus fronteras nacionales.